Rodolfo Hernández se ha victimizado -logrando en las urnas la solidaridad de los ciudadanos- gracias a su versión del secuestro de Juliana Hernández Oliveros, una hija adoptiva que, según él, fue secuestrada por la guerrilla y por quien le pidieron dinero por su liberación.
A medida que el ingeniero logra crecer en las encuestas, los reflectores de los medios y la opinión pública lo han tenido en la mira, tanto en sus propuestas de gobierno como de sus asuntos familiares.
En los últimos días, producto del empate técnico que registran las encuestas en torno a intención de voto para segunda vuelta presidencial, los temas más sensibles para él se han convertido en el contenido más apetecido en las redes sociales.
De hecho, el escándalo de corrupción conocido como Vitalogic, (revelado por Corrillos en noviembre de 2017) y el “secuestro” de Juliana, su hija adoptiva, han rebasado las tendencias en Twitter. Cuando se le cuestiona sobre estos dos temas, su reacción es controversial, en el primero expresa, enojo y en el segundo, tristeza.
Sin embargo, en ambos casos, sus estrategas han logrado sacar provecho de la situación porque canalizan el sentimiento de solidaridad que solo un hecho tan deplorable -en el caso de un secuestro- puede generar por parte de los ciudadanos.
Aunque en los últimos días ha dicho mucho del supuesto secuestro de Juliana, Corrillos se puso a la tarea de investigar, estableciendo que la verdad sobre la desaparición de la joven dista de la realidad que ha pintado el candidato presidencial.
Lo que se sabe de Juliana
La primera vez que se habló públicamente de Juliana Hernández Oliveros, lo hicieron por separado en abril de 2016, Mauricio, su hermano y Rodolfo Hernández, su padre adoptivo. Ambos coincidieron en que ella había sido secuestrada, pero no atinaron a la fecha de la supuesta retención.
Mauricio, a quien se le conoce en Bucaramanga como ‘curramba’, dijo que ella había sido secuestrada el 12 de junio de 2004 mientras que el entonces alcalde de Bucaramanga, Rodolfo Hernández, reveló que fue en 2009. Ahí comenzaron las inconsistencias ¿o mentiras?
Aunque ‘curramba’ -también hijo adoptivo de Hernández- indicó el 16 de abril de 2016 en una entrevista a Caracol Radio que su hermana había sido secuestrada por un grupo de delincuencia común con la ayuda de una amiga suya, un año antes y previo a la elección de su padre, les confesó a dos colaboradores de la campaña electoral que Juliana, contrario a lo que relató después, había asistido a una fiesta en Cúcuta, por invitación de una compañera de la universidad.
Una fuente cercana a la familia Hernández Oliveros, le dijo a Corrillos que la joven, “se había convertido en una chica rebelde, independiente, que se vestía como hippie y con constantes problemas en el hogar”. Eso la llevó a tener una relación separada de su padre con quien poca empatía existía.
En su relato, Mauricio recordó que “Juliana terminando Derecho en la Santo Tomás de Aquino de Bucaramanga (USTA), allí conoció a una compañera con la que logró una relación muy estrecha”. De hecho, fue la amiga quien la convenció de viajar a Cúcuta y asistir a la fiesta.
¿Fue secuestrada?
El hermano de Juliana, ‘curramba’, contó a los asesores de la campaña a la alcaldía de su padre, que ella había tomado la decisión de ir con su amiga a la fiesta, sin pedir permiso. Y según ella misma le relató después, en esa reunión estaban varios integrantes de la guerrilla del Ejército Popular de Liberación (EPL).
Días después, Juliana le explicó a Mauricio que en la reunión se había hablado de temas políticos, de las luchas guerrilleras en esa zona de frontera y le confesó que allí conoció a un joven de 28 años, 11 años mayor que ella, de nombre Víctor Ramón Navarro Serrano, de quien se había enamorado.
La hija de Hernández se había fijado en alias ‘Megateo’, considerado como el jefe histórico del EPL en la zona del Catatumbo. Él, por su presentación física y forma de expresarse, había creado cierto grado de liderazgo entre los habitantes de la zona, quienes veían en ‘Megateo’ a un incansable luchador por las comunidades.
Juliana había caído en el encanto de ‘Megateo’ y por ello decidió unirse a su causa, dejando atrás la vida urbana, sus estudios en la universidad y a su familia. Tomó la decisión de ingresar a las filas de la guerrilla por su propia cuenta.
Las mentiras de Rodolfo
Según lo que expresó en ese entonces Mauricio, su padre, Rodolfo Hernández, al saber la noticia de la decisión de Juliana de entrar a las filas de la guerrilla, dijo: “ella está muerta para mí”.
A criterio de Mauricio, la reacción de su padre fue drástica, “nunca lo había visto tan enojado”, precisó. De hecho, nunca decidió buscarla y las veces que ‘curramba’ le hablaba de ella, se hacía el que no le importaba.
Juliana estuvo en el EPL, como compañera de ‘Megateo’ entre 2004 y octubre de 2015, cuando el jefe del grupo subversivo fue dado de baja en Hacarí, Norte de Santander. Según el informe de las autoridades, murió desmembrado por manipulación inadecuada de una bomba de parte de él, en medio de un combate contra la Fuerza Pública en agosto de 2015; pero solo se confirmó la muerte de ‘Megateo’ varias semanas después debido a que su cuerpo no apareció en la zona. Solo se encontró una pierna, confirmando su muerte mediante prueba de ADN del miembro corporal, cotejado con ADN de una tía de él.
De hecho, tal como lo registraron los medios en ese entonces, la muerte de ‘Megateo’ fue dada a conocer por el presidente de la República, Juan Manuel Santos, a comienzos de octubre de 2015, en el marco de un operativo conocido por las Fuerzas Militares como Operación Solemne, en el que también murieron cuatro personas más.
¿Está viva o muerta?
La historia que ha delineado Rodolfo Hernández sobre su hija Juliana indica que ella fue raptada mientras transitaba por Ocaña (Norte de Santander) y que sus captores le habían pedido dos millones de dólares de rescate.
Al comienzo de la búsqueda, Hernández había afirmado que ella estaba en manos de la guerrilla de las Farc, pero luego acusó al ELN como el grupo responsable de su desaparición.
En varias oportunidades, desde que fue alcalde de Bucaramanga, Hernández ha expresado su decisión de no pagar el rescate porque en el pasado ya había entregado dinero a un grupo armado a cambio de la liberación de su padre, Luis Jesús Hernández.
De hecho, la teoría que ha divulgado el candidato presidencial es que su hija fue asesinada, aunque jamás han encontrado su cuerpo.
Esta semana la propia guerrilla del ELN desmintió al Ingeniero en un comunicado que sostiene que “ninguna de nuestras estructuras en la región tiene responsabilidad directa ni indirecta en este caso, es falso que ella hubiese desaparecido o muerto en manos del ELN; nunca nos comunicamos con Rodolfo Hernández para solicitar dinero por su liberación porque ella no estaba con nosotros, ni teníamos informaciones al respecto”.
Embustero y corrupto. Gana votos inventando un secuestro de su hija adoptiva. Lágrimas de cocodrilo. A él no le importa usar a sus hijos para alcanzar sus propósitos. Recuerdan: “¿Qué se fumó Luis Carlos cuando firmó el corretaje?”, evadiendo su responsabilidad. Miente Rodolfo. pic.twitter.com/9gXBPpf8Ez
— Juvenal Bolivar (@JuvenalBolivar) June 9, 2022
De hecho, el grupo subversivo dijo en su escrito que no descarta que alguna banda “en complicidad con los organismos de inteligencia, como ha ocurrido en otras ocasiones, se haya comunicado utilizando el nombre del ELN para exigir dinero por su liberación”.
La versión del falso secuestro de su hija Juliana ha sido clave en la campaña de Rodolfo Hernández. En dos apariciones del candidato presidencial en televisión, una en Noticias RCN y la otra en CNN, el candidato lloró en cámara recordando a Juliana.
Y, como forma de instar a los medios a no seguir indagando sobre la suerte de ella, su equipo de campaña publicó un comunicado pidiendo que se respetara la privacidad de la familia sobre este suceso.