Por: Reinaldo Pérez Flórez/ El Congreso de la República es el espacio donde todas las bases sociales del Estado deben verse representadas, vale la pena hacer un ejercicio con los actuales congresistas que tiene nuestro departamento. ¿Qué representan? ¿A quiénes representan? Santander tiene grupos poblacionales muy importantes quienes se vieron afectados en esta época de pandemia, en nuestro departamento existen víctimas del conflicto armado, empresarios que viven de los emprendimientos familiares, personas en condición de discapacidad, mujeres violentadas por un sistema patriarcal que son victimizadas todos los días en los diarios locales.
Ahí es donde se necesitan liderazgos que representen este pluralismo social, cada uno vive una realidad muy distinta, son pocos los liderazgos que se salvan y que han buscado en esta pandemia poder representar los intereses de las y los ciudadanos, la atención a las necesidades básicas de la ciudadanía esta en un deterioro total. La violencia en contra de la mujer es pan de cada día en nuestra sociedad, banderas que ha asumido el congresista Oscar Villamizar, o el fortalecimiento de las familias (multi especies) a través de la Ley de mascotas.
Si las mujeres del departamento sin violentas en pandemia, ¿por qué no las representa una mujer? Efectivamente tenemos un liderazgo muy importante representado en una mujer, ¿qué pasa con ese liderazgo? Debería ella asumir la representación de las mujeres santandereanas que no tienen voz y que son revictimizadas en una ruta de atención que no es eficiente y termina con casos lamentables como el de la joven santandereana Marisol Rodríguez Osorio, mujer asesinada por su pareja delante de su hija de seis años.
Reconocemos que la Ley 2062 es una iniciativa importante para la reactivación de nuestra ciudad bonita, pero cuales son las bases sociales que se van a fortalecer cuando la obra más importante de la administración municipal es la construcción de un cumbiodromo, los bumangueses son gente trabajadora, aguerrida, que si un exalcalde como Fernando Cote Peña vende los activos del municipio que generaban cientos de empleos, estos desempleados se levantan y buscan un emprendimiento propio, no se deja morir de hambre, no se queda lamentando las consecuencias de la soberbia y la arrogancia del mandatario de turno, esta es la prueba de que un cumbiodromo no nos representa.
También hemos encontrado debates de control político en redes sociales, el escenario predilecto del populismo que debemos desenraizar de nuestra ciudad, un congresista defensor de la paramo política que rasga sus vestiduras por los recursos ambientales, dejando a un lado las bases sociales de la provincia de Soto Norte, alrededor de nueve mil almas santandereanas a las que dejan sin opción y sin sustento, marchar por sus derechos lo hace cualquier ciudadano, no necesita ser congresista para eso, los habitantes de Soto Norte siempre lo han protegido, el acto más representativo que le vimos en el páramo, fue el de la publicación de las que fotografías de una dama que decidió exponer sus atributos en las lagunas del páramo de Santurbán, tendencia en redes sociales, su escenario predilecto.
Reconocemos que el trabajo de un congresista es duro, pero si es hora de que empecemos a redireccionar la voluntad del elector, las razones deben ser por el peso de su gestión, no de su emoción, existen liderazgos que “necesitan ser congresistas”, pero para alimentar su propia vanidad. Ya vemos a muchos asomando la su voluntad como si esto fuera un acto de coronación, ser congresista es un acto de servicio, que debe representar a las bases sociales del departamento, no liderazgos unipersonales y populistas que se enriquecieron a costa de las mieles de la contratación estatal.
*Abogado, Especialista en Derecho Constitucional y Especialista en Derecho Administrativo.
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