Por: Ruth Stella Catalina Muñoz Serrano/ Suenan los anuncios informativos, los cambios estructurales y los de raíz, pero no suena la comunidad.
Si hay una ola de inconformidad en la ciudad en correlación a ella debería existir un proceso en el que la comunidad haga sentir su voz, pero contrario a esto, parece que hay una ola de desinterés.
Un parque de la ciudad que fue muy batallado por la comunidad está siendo desmantelado ¿y dónde están las denuncias?
El cambio de costumbres no depende de un gobernante, pero parece que en Bucaramanga si, se asocian muchas cifras de seguridad a la falta de acción del alcalde o Gobernador, pero no se menciona el mal proceder cultural.
No se exime la labor del Estado, el gobierno y la comunidad como un proceso totalmente desconectado, por lo contrario, se necesita un estado en el que todo converge y trabajen juntos, no se puede solo asociar las problemáticas sociales a políticas públicas o a actos normativos donde se mencione el accionar externo.
No se les quita la responsabilidad a los mandatarios.
Pero en cuanto a lo social y a las diferentes problemáticas, ¿dónde está la comunidad?
¿Cuál es el papel de cambio de la sociedad?
Profundamente se debe posicionar la postura y dirección en donde, muchos padres de familia, se hagan responsables de los procesos de crianza de sus hijos, y mucho más fácil es darle lugar a escenarios de reconstrucción familiar en donde se le preste la atención necesaria a cada miembro de la familia, porque con disfuncionalidad hemos aprendido a vivir todos, no en la medida en la que algunos han experimentado la vida, pero sí en la forma en la que hay vacíos situacionales, económicos y emocionales.
Por esta razón no se le puede otorgar la responsabilidad de un proceso personal a la gobernanza, si, ellos deben asumir su parte, pero el cambio se entrelaza entre todos, en donde yo tengo que reconocer mi responsabilidad con el cuidado de las cosas, el cuidado de la comunidad y por supuesto de lo material.
Nadie puede usurpar mi capacidad de decisión.
Por eso, es que la norma siempre está acompañada de cimientos fuertes que definan el corazón de una comunidad, el accionar de sus líderes y el resultado de procesos articulados en pro del bienestar de todos.
Se lee muy bonito todo lo anterior, pero a la luz de la verdad ¿Cómo estamos? ¿Y ahora qué sigue?
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*Docente, Psicóloga (UNAD), Especialista en Gerencia de Proyectos (Uniminuto), Magister en Psicología comunitaria (UNAD).
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