Por: Hernando Ardila González/ Era la forma como casi siempre antaño nuestras madres no postraban a su absoluta voluntad, (eso para bien). El cómplice paranormal era “El Coco”. Hoy los padres de la patria hacen que ¡Un Fantasma recorra nuestros miedos!
Mucho se refunfuña contra un comunismo que solo ha existido en los albores de la humanidad y contra un Socialismo que solo ha existido en el concepto doctrinario, porque ningún estado en el mundo lo ha logrado.
Unos porque se disfrazan de socialistas, para engañar ilusos y románticos militantes y así salirse con las suyas, (socialdemocracia europea, a la que incluso el Liberalismo Colombiano renunció porque le resultó más útil derechizarse para asistir al banquete de poder y botín manchado de corrupción y sangre, alejándose del horizonte ideológico de Rafael Uribe, Jorge Eliécer Gaitán), y otros porque los ha bloqueado miserablemente en su posibilidad la dictadura mundial del G7, FMI, BID, CIA, OCDE, BM, OEA, ONU y grandes Corporaciones, todos dominados por una élite dueña del poder económico, (no digo cuales para no incurrir en lo que adelante disertaré).
He dicho y así lo plasmo en mis monografías de la maestría que realicé en Argentina, que la humanidad debería tener la oportunidad de permitir que los pueblos se den sus propios modelos económicos o modos de producción, para tener referentes que le permitan sobre la experiencia, construir el tipo de sociedad con la que pueda encarar el gran reto de los próximos 20 años por ahora… ¡la defensa del medio ambiente y el reconocimiento de derechos a la madre tierra!, y luego sí transitar hacia un más allá, obviamente acá.
Lo demás son disputas de devaluada y bizantina «filosofía», que a la usanza de los argumentos en el concilio de Constantinopla para combatir la herejía, colocaba sobre el tapete de la discusión interrogantes como por ejemplo: ¿Es el Hijo de la misma sustancia que el Padre, o se trata de una sustancia similar?, creando la conveniente confusión de los cristianos de a pie sobre los misterios de la religión y que hoy los gobiernos en un símil nauseabundo, alientan para dividir más al pueblo y castrarle así sus posibilidades de avanzar.
Así sobre la mesa de la discusión polítiquera, (porque ni es política, ni es ideológica), colocan el fantasma del Comunismo, Socialismo, Castrochavismo, Foro de Sao Paulo y últimamente el audaz coco del neochavismo, palabrejas sin contenido pero que a los pobres y clase media que deberían determinar la suerte de los países, les produce pánico porque es quedarse sin el verdugo que dé a poquitos le va apretando el cuello, mientras le vende la discusión que si los ángeles tienen sexo o no. “No es esclavo el que tiene cadenas, sino el que se acostumbra a ellas”: E. Cabet.
Pero el tema vital, el de la agenda del Desarrollo Sostenible, el que los expertos científicos ambientalistas pregonan por tierra, mar y aire del llamado punto sin retorno que extinguiría a la humanidad por el calentamiento global consecuencia del consumismo, la contaminación industrial y la depredación de los recursos naturales no renovables, lo que de paso arrasa con nuestros frágiles ecosistemas, (páramos, bosques, glaciares, humedales, etc.), ese tema no llama la atención seriamente ni siquiera de los llamados al relevo generacional, están ocupados o peor aún, los concilios de extrema derecha e izquierda e incluso los mal llamados centros, los tienen ocupados mutándolos de seres racionales a zombis que bizantinamente discuten sobre colores, sabores, texturas y hasta temperatura de los modos de producción según los pontífices Marx, Keynes, Friedman, para nombrar solo los extremos y el centro.
Una discusión si es verdadera y si no se da pronto, haremos eco a Fukuyama, pues ahora sí, será el “Fin de la Historia”, nadie quedará para seguirla escribiendo, reescribiendo o por lo menos contándola. Esa discusión verdadera y urgente es ambientalista, no la de los discursos raídos y verdes desteñidos, sino de compromiso y acción, entendiendo que cuando salvemos a la tierra, nos salvaremos a nosotros mismos y a las demás especies, de la máquina depredadora que por oro y falso desarrollo acaba con nuestros páramos, bosques y biodiversidad… ¡Y ahora también acaba con nosotros mismos!
Despertemos en función de la vida. Hay que dejar de hablar en contra del comunismo, ese fantasma que después del ya muy añejo amanecer de la humanidad, ni siquiera tuvo su cenit y mucho menos su ocaso en términos de lo científico y menos experimental. Hay que también dejar de hablar en contra del socialismo, ese otro y más reciente fantasma del que dijo Étienne Cabet en sus «viajes a Icaria», (supongo que saben que es un clásico de las utopías): «…el Socialismo bebe de las fuentes cristalinas del cristianismo».
Pero por ahora Jesucristo sigue crucificado, así que a los detractores de lo inexistente les digo, ¡quédense tranquilos, no veremos la Tierra Prometida! o como le llamo en mi Tesis: capicialismo o ecocialismo en ecocracia.
Descansen en paz… No la de los sepulcros, ¡Dios nos libre!, (ese sí es el fantasma real cuya guadaña es el credo de quienes nos gobiernan), lo que quise decir, es que descansen en la paz de la conciencia y vamos en el 2022 a remover lo que todo lo depreda…es la única forma verdadera de avanzar. Es decir, hagamos una especie de laissez faire, pero a nuestra manera, ¡dejemos que pasen y vamos a hacer!
Que sean nuestros hijos o nietos, quienes decidan el rumbo ideológico de la humanidad, nosotros perdimos ya ese derecho, solo fuimos revolucionarios de cafetín…bueno ahora de chats. Seamos entonces por lo menos, ¡los cazafantasmas!
*Abogado Penalista, postulado a Maestría en Derecho Constitucional. Presidente Colegio Nacional de Abogados de Colombia Conalbos Santander y Vicepresidente Nacional.
Twitter: @HernandoArdila6