En diálogo con Corrillos! la excontralora Sandra Morelli destapó todas sus cartas. Aseguró que de más de ochenta denuncias quedan muy pocas, se archivaron o no hubo mérito como el caso de las chuzadas a Ramiro Bejarano y a Cecilia Orozco.
“El paso del tiempo es criminal para establecer la verdad verdadera desde el punto de vista procesal, jurídico y con las garantías efectivas”.
Así lo dijo a Corrillos! en el Club Campestre, en el área metropolitana de Bucaramanga, la abogada Sandra Morelli Rico, quien fue la Contralora General de la República entre el 10 de agosto de 2010 y el 29 de agosto de 2014, durante la presidencia de Juan Manuel Santos.
La señora Morelli se refirió así al trabajo que hace la Contraloría, a todo nivel, cuando la entidad viene a señalar dos o tres años después los errores en una obra o en un contrato. Eso le parece absurdo.
En el sistema que puse a funcionar, dijo Morelli, se auditaron 40 billones de pesos en los cuatro años de mi Contraloría. Control en tiempo real, porque no podemos esperar a que pasen dos o tres años, después de recibida una obra o de ejecutado un contrato, para llegar a decir, aquí hubo daño fiscal. Venga investigo.
Compareció vía Skype
En Bucaramanga estuvo la excontralora en una invitación académica para hablar de la reforma al control fiscal en Colombia con base en el Acto Legislativo promulgado el año 2019.
Al dejar la Contraloría General, estuvo en Italia durante once meses, algunos dijeron que Morelli le huía a la justicia.
Ella lo explica de otra forma, dijo que existía el ánimo en la Fiscalía de dictarle medida de aseguramiento y se fue para Italia en donde estuvo once meses. Era insoportable si me dictaban una medida intramural dejar a mi hijo, soy viuda y mi madre es una señora mayor. Decidí ir a Italia para evitar esa aprehensión física, sin embargo siempre estuve presente vía Skype en las audiencias.
No existían los presupuestos para dictar medida de aseguramiento, parecía un asunto más personal del Fiscal General de la Nación, Luis Eduardo Montealegre Lynett, dijo la excontralora.
A los once meses regresó a Colombia, estuvo un año más cesante, por los temas de impedimento que son dos años, y luego empezó a ejercer como abogada.
Derecho a denunciar
Algunos funcionarios dicen que antes de posesionarse lo primero que deben hacer es contratar un abogado. Morelli asegura que tuvo como ochenta denuncias y con el tiempo se han reducido, porque no se abrió investigación, los procesos no se tramitaron o se archivaron, y terminé absuelta, como en el caso de las chuzadas que denunciaron Ramiro Bejarano y Cecilia Orozco.
La Fiscalía definió que no existieron las chuzadas o si existieron no participé, dijo a Corrillos!.
Al respecto señaló que es un tema muy complejo, no podemos desconocer el derecho ciudadano de denunciar, y muchas denuncias por prevaricato por acción o por omisión están dentro de lo normal del devenir de la función pública y del control al que el funcionario debe someterse.
En riesgo pusieron la Contraloría
Lo inadmisible, advirtió, es cuando se instrumentalizan las instituciones para fines políticos, para fines de corrupción económica. O en mi caso con la Fiscalía General de la Nación para desmontar todas las investigaciones que la Contraloría tenía en el tema de salud y el tema de SaludCoop, teniendo en cuenta los intereses personales del exfiscal.
Recordó Morelli que el exfiscal hizo unos planteamientos absurdos, que la Fiscalía no estaba sometida a control fiscal, que doce o quince billones de pesos intocables, que no se auditan y eso es inaudito.
Le pareció a Morelli que eso fue poner en riesgo la entraña de la Contraloría en aras de unos intereses particulares. Aparte de mi caso personal, ese actuar nos devuelve a las épocas más primitivas de las naciones, aseguró la abogada.
Códigos de conducta
Manifestó la excontralora Morelli que, hay unas estrategias políticas, el liderazgo en el país se castiga. Con las personas que no tenemos esa tradición política, en el sentido negativo del término, existen unos códigos de conducta y si no se está con ellos, hay una lógica de eliminar esos liderazgos espontáneos.
Dijo Morelli que esos códigos de conducta son, “yo te hago un favor”, “tú me lo debes”, “yo te tapo un torcido”, “tú me tapas otro”, y entramos en unas lógicas mafiosas de intercambio entre los distintos servidores o funcionarios, contratistas o particulares, que se convierte en una casta que se crea alrededor de lo público y lo burocrático en donde usted “entra o no entra”.
La subalterna del Presidente
En otro sentido señaló que sentí que había gran ausencia de conocimiento de la lógica del Estado. Me daba cuenta que el Presidente de la República creía que yo era la subalterna de él, incluso de buena fe. Y había como con una incapacidad de dejarse controlar y dejar plantear los temas por fuera de un gabinete de gobierno.
De las Cortes, dijo, se tomaron unas decisiones absurdas para evitar que yo recusara al Fiscal Montealegre, por parte del llamado cartel de la toga, que Morelli fue la primera que lo denunció con nombres y apellidos en una entrevista a un medio de comunicación. Fui tachada de loca, dijo.
Pero, aseguró que, no tacho de rama corrupta en globo al Poder Judicial, eso tiene unas etapas muy oscuras y otras mejores.
A cumplir las normas
Dijo además que según lo que me enseñaron mis profesores en Francia y en Italia a las Contralorías no es mucho lo que se les debe cambiar, lo que se debe hacer es cumplir las normas, entender y aplicar las normas.
Solo se piensa en el momento legislativo de reformas, de nuevas leyes, de ir al Congreso y modificarlo todo, pero si el operador, el funcionario pública aplica las normas, a ver cómo las interpreta de la mejor manera para cumplir su función, podrían pasar muchos años sin cambios y el Estado funcionaría muy bien, aseguró la abogada.
Contralorías débiles
Afirmó la abogada Morelli que hay un problema y es la debilidad institucional de las contralorías territoriales, que no cuentan con los recursos para auditar una obra que sea, pero eliminarlas es violar la autonomía de las entidades territoriales.
Se plantea que en el nivel nacional se asuman las competencias de las contralorías territoriales, ello no es acorde con la Constitución, pero tampoco es realista decir que son autónomas en su totalidad, hagan lo que quieran, la Contraloría General no puede intervenir en su función.
Lo que se debe hacer, explicó Morelli, es convenios de cooperación para no malgastar recursos, convenios interadministrativos que son fundamentales para la adecuada auditoría de los recursos públicos.
La Contraloría debería calcar el modelo que se hace para obtener recursos, cada recurso que se obtiene en un nivel que ese nivel audite, por ejemplo recursos del nivel nacional, o departamental, o municipal, o distrital. Y debería existir, dijo, como obligación de la Contraloría General apoyar técnica y financieramente a las contralorías territoriales.
Afirmó la excontralora que al elegir el Contralor municipal o territorial, hoy embolatado en Bucaramanga, el problema no está en el método, la calentura no está en las sábanas.