Por: Sergio Julián Santiesteban Herrera/ Es absurdo que a estas alturas de la vida vayamos a permitir que nuestros gobernantes vulneren el derecho a la vida atacando el agua, siendo un elemento tan esencial para nuestra vida que como líquido o fluido sabemos qué hace parte de nosotros. Nuestro cuerpo tiene un alto porcentaje de agua, es en su gran mayoría líquido, de tal manera que sin el agua no podemos vivir, eso lo sabemos a ciencia cierta porque lo estudiamos, porque lo vivimos a diario y sabemos que es fundamental para nuestra vida.
¿Qué es el agua? Alguien podría decir que es la fórmula química H2O, que tiene dos moléculas de hidrógeno por una de oxígeno, qué es un líquido, que es transparente, que es incolora, que es inodora, insípida y así cada uno podemos dar una apreciación o una descripción desde nuestro acervo lingüístico, pero todo este significativo no tiene peso, no tiene apreciación, no vale nada si nosotros realmente no le brindamos la importancia al preciado líquido.
Los invito a que pasemos una mañana sin tomar agua y ojalá tengamos dinero en los bolsillos, para que podamos experimentar y podamos sentir que nuestro cuerpo nos pide agua y que por más dinero que tengamos no podemos beberla. Evitar contaminarla es no permitir que acabe en nuestras cuencas hídricas, somos tan bendecidos, somos tan afortunados de saber que estamos rodeados por dos océanos, tenemos el río más caudaloso del mundo, tenemos un río que nace en el páramo de las papas y recorre gran parte de nuestro territorio nacional, desembocando en Bocas de Ceniza, en el Atlántico.
Pero a este río convergen las aguas de infinitos nacimientos de todo el territorio por donde pasa y a donde llegan las quebradas, arroyos, riachuelos… Esta maravillosa riqueza hídrica que tenemos no la valoramos porque A Dios gracias no nos hace falta. Pero quiero recordar que hay municipios en nuestra geografía nacional que no cuentan con agua, por ejemplo, la Guajira entre otras regiones que he visitado y que he vivido. Si no se cuenta con $1.000 en el bolsillo, un niño, un joven, un adulto, un anciano, no puede beber este líquido, de tal manera que yo los invito una vez más a que pensemos y tomemos conciencia de la defensa del agua.
El páramo de Santurbán en Santander
La provincia de Soto Norte, dónde se encuentra el municipio de California, tiene la majestuosidad de nuestra naturaleza que surte de agua al área metropolitana, sabemos que el ecosistema, si lo afectamos, lo alteramos y por ende no va a producir la misma cantidad y calidad de agua.
Calidad que se ve amenazada ante la minería ante la explotación del suelo y del subsuelo y aún más profundo para extraer los minerales, que no son más qué ornatos como lo es el oro, como también está representado en el papel moneda para hacer transacciones comerciales porque anteriormente se hacía el trueque, el cambio de artículos para comercializar, por eso se estandarizó en el papel moneda.
¿Es importante el agua o es importante el oro y los demás minerales? No sé quién de ustedes haya oído o recuerde que: “La ambición es la que llevó a matar la gallinita de los huevos de oro”, pues está gallinita se llama Santurbán, así como lo son las demás cuencas hídricas a lo largo y ancho del del globo terráqueo. Entendamos que tenemos mares con aguas saladas, tenemos ríos, lagunas, quebradas, riachuelos de agua dulce y para que haya agua tiene que haber un ecosistema, el cual debemos proteger y defender, debemos propiciar por retribuirle a la madre naturaleza que durante siglos ha existido y que gracias a nuestros ancestros nos ha permitido nuestra existencia en la conservación del medio ambiente.
Somos pasajeros de la vida
Tenemos que apropiarnos de las cosas buenas y las cosas malas tenerlas en cuenta para no incurrir en ellas. ¿Y cuáles son las cosas buenas? Aquellas que nos ayudan a mantener la salud física y mental, aquellas que están de la mano de los valores, aquella que nos permiten compartir con los demás y los demás podemos decir que son las personas, que son los animales, que son los vegetales, que son los minerales y que tenemos el aire, que tenemos el agua. ¡Agua que es gratis de la mano de Dios!
Por qué acabar o destruir lo que no nos cuesta, debemos aprender a valorar lo que nos brinda la naturaleza antes de que sea demasiado tarde. Estamos en confinamiento y si no aprendemos en este momento que, ante la adversidad de la pandemia, por la amenaza latente de un virus mortal estamos filtrando el aire para no contagiarnos, usando dispositivos de salubridad como lo son los tapabocas, haciendo uso de un lavado de manos…
Hay excusas para para quedar bien, pero ¿qué excusa vamos a presentar cuándo estemos en unos años y la madre naturaleza nos pase la cuenta de cobro? Sí porque nos va a cobrar por no ser conscientes, no ser consecuentes, no retribuir, no agradecer, no corregir, nuestros errores.
Ayudemos a conservar el medio ambiente
Seguimos en nuestros hogares oficinas y lugares de trabajo desechando los artículos u objetos, como electrodomésticos, materias primas a la basura, sabiendo que pueden ser reutilizables, que los desechos orgánicos los podemos separar para que eso sirvan de nutrientes a la tierra, de abonó por medio del compostaje, que los desechos de cartón, de metales, de plásticos… Sabemos que puede ser la materia prima para un nuevo artículo, un nuevo producto. “Pero cómo lo que nada nos cuesta, hagámoslo fiesta”.
La vida es hermosa, la vida es el regalo más grande que tiene el ser humano. ¿Por qué no valorarlo? ¿Por qué no valorar nuestra propia vida? ¿Dónde está el amor a nuestra familia? ¿Dónde está el amor a nuestro entorno llamado urbanización, conjunto, barrio, municipio, departamento, país, mundo?
Porque esto es para todos, ¿cuándo vamos a poner un alto en el camino señores?
“Mi mundo no cambia si yo no cambio”, ¿y cuál es nuestro mundo? Mi mundo, tu mundo eres tú con tu núcleo familiar, tus vecinos, tu ambiente laboral, por donde a diario transitamos, con las personas que interactúanos, los demás ciudades o países que quieres visitar, que anhelas conocer, eso hace parte de nuestro diario vivir, de nuestra cotidianidad.
Los invito a defender la vida, a defender el agua, a defender nuestro ecosistema. Todos hacemos parte de un engranaje llamado mundo, si somos razonables, los que tenemos la capacidad de analizar y pensar, analicemos nuestros animalitos y aprendamos… estamos llamados a dar el ejemplo, aún hay tiempo.
¡No dejemos para mañana lo que podamos hacer hoy!
El agua es vida y la vida no se negocia.
*Mecánico de mantenimiento de plantas industriales y docente industrial.
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