Por: Luis Gabriel Taboada Castro/ Hace unos días, escribí sobre “La Armonía del Gobernante” compartiendo un discurso de posesión de hace 60 años del Señor alcalde Gabriel Castro Millán (Mi abuelo Q.P.D) de Corozal, Sucre.
En esta oportunidad, y sin saber que el señor presidente con su actuar como gobernante de mi país me da la oportunidad de retomar dicha enseñanza, veo la necesidad de hablar de la situación actual que vive Colombia.
El tema que caracteriza a cada Gobernante son las diferentes acciones estratégicas que realizan para mantener durante su gobierno una armonía con la comunidad tratando de obtener: un equilibrio social, una paz, una correspondencia y un buen entendimiento con todos los diferentes actores que a diario se comunican e interrelacionan en un Gobierno.
El pueblo, la clase política, las familias, sus propios intereses, los enemigos políticos, en fin, son un buen número de actores que se deben atender para mantener la Armonía a la hora de Gobernar. Al señor Presidente Duque le tocó una época con actores adicionales como el de la pandemia Covid-19, que le acumuló una serie de necesidades que el pueblo traía desde años atrás y al parecer no le dio tiempo de resolver durante el 2020.
Su estrategia de continuar con la armonía le ha fallado al presidente Duque, perdiendo todas sus notas musicales desentonando el futuro de los colombianos llenándolos de incertidumbres políticas, sociales, económicas, entre otras.
El hecho de que la pandemia haya congelado (temporalmente) de alguna manera los profundos problemas del país, no significa que el pueblo los haya superado o que por milagro se hayan resuelto. Por el contrario, pasaron a ser problemas con grandes raíces y con un resentimiento hondo en el corazón del pueblo en contra del gobierno nacional y el congreso actual.
El discurso de posesión del señor Alcalde Gabriel Castro Millán (Q.P.D) en 1962 en Corozal, Sucre, resaltaba la importancia y lo peligroso de aferrarse al poder cuando el propósito es una intención de mantenerse mucho tiempo en él. El presidente Duque debe entender que su paso como gobernante está por terminar, le queda 19 meses donde alcanzaría hacer algo para salvar su buen nombre y dejar un país en mejores condiciones sociales y económicas.
El discurso nos recuerda la importancia de escuchar los buenos consejos, que favorezcan al pueblo, por parte de su partido y los de la oposición, siendo ésto una manera en que ellos puedan prestar un gran servicio al país. El mejor consejo lo da el pueblo, porque son los que realmente viven el dolor de las diferentes necesidades y problemáticas que como ser humano se tiene. El pueblo ha vivido las verdes y las maduras y ha tenido una resistencia inigualable, el pueblo es el que elige y debe ser el mismo pueblo que ayude a un gobierno a aportar ideas, a dar soluciones a la problemática de todo un país, que admiro mucho, pero hay que escucharlo sin juzgarlo y sin hacer uso de tantos intermediaros que, por lo general, buscan otro tipo de intereses.
En algunas líneas del discurso del señor Alcalde Gabriel Castro Millán se destacan estas líneas, “la gallardía que debe tener un gobernante al momento de reconocer y aceptar las manifestaciones hechas con mucha franqueza de su pueblo y reconocer que sus capacidades no han sido lo suficientemente aptas para constituir una garantía para el progreso del país y que en dado caso siendo un buen hijo de esta tierra, debería hacer inmediata y voluntaria dejación del cargo”. Presidente Duque usted es un colombiano con muchas capacidades no deje perder esta oportunidad de terminar su periodo reorientado su gobierno al servicio del pueblo especialmente de los más necesitados.
Los líderes sociales del país, y muchas personas, le están brindando colaboración para salir de este conflicto generado por la precaria situación social y económica que vive la población más necesitada. Además, se le suman los diferentes actores con intereses obscuro y muy particulares que afectan negativamente su mandato, del cual usted debe desprenderse rápida y sagazmente. Una de las claves del discurso que resalto mucho, es la de escuchar y recibir las propuestas que le presenta el pueblo en aras de mejorar el servicio de un gobierno a su gente.
Como acto de justicia para Colombia, recuerde las necesidades de todos los ciudadanos de los diferentes estratos sociales y busque la forma de ofrecer oportunidades de trabajo digno. El pueblo pide con urgencia trabajo y que brinde apoyo a los que trabajan de manera independiente, que día a día se levantan con esfuerzo, pero también con mucha esperanza de progresar y de ser generadores de empleo de sus propias empresas. Eso es justicia y equidad.
Todas las regiones del país piden obras necesarias e indispensables para el progreso. Estoy seguro de que los colombianos están dispuestos a ayudarlo en la consecución de los medios económicos que permitan la realización de ellas. No obstante, hay que hacerlo con transparencia y que los beneficios económicos que se generen realmente sean para todos y no de unos pocos.
Es de entender que usted políticamente se debe a su partido, pero lo que lo hace grande es respetar los derechos de los demás partidos y buscar los mecanismos de participación que generen equidad y distribución de las responsabilidades del estado al servicio de la administración pública propiciando bienestar social de todos los colombianos sin excepción.
Sería bueno recordar permanentemente a nuestros hermanos colombianos, de todas las clases sociales del país y poder como gobernarte decirles que todas las alabanzas que se han hecho de la erguida y altanera sencillez y otras muchas cualidades de nuestras razas autóctonas, han golpeado íntimamente la sangre indígena que llevamos y que el llamado al cuarto frío (el despacho) de todo gobernante no sea una imperdonable debilidad humana que le esté haciendo cambiar sus modos de ser y de actuar.
Hay que recordar que la ley no puede establecer categorías entre grandes y pequeños. En un gobierno, la Ley debe ser igual para todos, dándole la razón a quienes la tengan y castigando a quienes den lugar a ellos. Es de caballeros admitir los errores que se puedan cometer – que serán muchos, – pero se debe también indicar como se debe corregir, en vez de dedicarse juzgar o hacer críticas inútiles.
Unamos voluntades y conocimientos al servicio del progreso. Acabar con egoísmos perversos, y demostrar que somos dignos de ser hijos de una tierra fecunda en virtudes, como la nuestra. Nuestra Colombia.
Que las lecciones aprendidas de este lamentable momento histórico que está viviendo el presidente Duque sea de enseñanza para todos los gobernantes territoriales de mi amada Colombia. El pueblo se está organizando en aras de reclamar sus derechos en sus territorios, como también está dispuesto a cumplir con sus deberes, y se está dando cuenta verdaderamente de que están hechos.
Un abrazo grande
*Administrador de Empresas, Especialista Gestión de la Calidad. Finanzas públicas y Contratación Estatal.
Correo: lgtaboadac@hotmail.com