Por: José Luis Arias Rey/ Como colombiano, como jurista, hoy siento una profunda tristeza de ver como los principios y los valores democráticos se doblegaron ante los intereses mezquinos de una izquierda que ha demostrado, estar dispuesta a hacer todo lo que sea necesario para derrocar el régimen democrático y las instituciones republicanas que el país tiene desde su independencia hasta nuestros días.
La institucionalidad, de a poco, fue cooptada por una izquierda que, fiel a sus principios, ha combinado todas las formas de lucha para asirse a un poder que le ha sido esquivo, tanto en lo militar, como en las urnas.
El libreto diseñado en el foro de Sao Pablo, pareciera, después de mucha brega, empezar a dar los frutos que esperaban, la justicia colombiana se doblego a los intereses políticos de una izquierda sin pudor, que mientras por una parte defiende la libertad de oscuros personajes como Gustavo Petro Urrego, célebre por recibir en las penumbras bolsadas de dinero, hecho, que dicho sea de paso, no ha tenido eco en nuestro sistema jurisdiccional, pues no se ha producido el menor hecho judicial, derivado de tan penosa situación, por otra parte, persigue sin pudor a aquellos que no comparten sus posturas ideológicas, verbigracia personas como el Coronel Plazas Vega, Andrés Felipe Arias y hoy el expresidente Álvaro Uribe Vélez, son perseguidos por esa misma justicia que hoy se alinea al servicio de esa causa política, que no goza del beneplácito de la nación colombiana.
Enfrentamos un plan orquestado para desprestigiar a aquellos que han tenido el valor de enfrentarlos sin temor y con compromiso de salvaguardar las instituciones que sirven de cimiento a la república, nunca un presidente, enfrento con tanta convicción y vehemencia el embate de una izquierda armada, que amenazaba la vida, bienes y honra de los colombianos.
Las víctimas de esa guerrilla, vemos con desilusión, una rampante impunidad, frente a esos hechos que sufrimos de mano de esa guerrilla y con dolor, somos testigos de la impunidad que se ha venido construyendo de a poco, para reinsertar a la vida social, política y económica del país, sujetos que hoy gozan de un estatus, que desde la institucionalidad se ha les ha otorgado, sin que hayan mostrado el más mínimo asomo de arrepentimiento, sin que hayan pagado por sus crímenes, mientras que aquellos, que en cumplimiento de su deber, los han enfrentado en concordancia con sus deberes constitucionales y legales, poco a poco sufren los embates de un desprestigio y una persecución sin cuartel, que pretende borrarlos de la historia y ser presentados como delincuentes, todo ello con base en el constructor de un plan de desprestigio que empieza a dar sus frutos.
Uno no entiende como hechos como los protagonizados por el excandidato presidencial Gustavo Petro, no dan siquiera origen a investigaciones judiciales preliminares, existiendo filmaciones que ponen en evidencia, por lo menos, situaciones que sugieren conductas non santas y esos mismo jueces, con base en denuncias anónimas produzcan decisiones judiciales que privan de su libertad a aquellos que se han opuesto vehementemente a la consolidación de una impunidad, que en nada contribuye a la pacificación del país y que contrario a lo que se piensa, ahonda más la brecha entre los distintos actores de la vida nacional.
Esta es una victoria pírrica de la una izquierda liderada por personajes que mientras se muestran como adalides de la moral, en su conciencia llevan el Inri de sus culpas, sus crímenes no dejan de ser crímenes por haber sido amnistiados, una amnistía deja sin pena a un delincuente, pero no lo convierte en inocente, las nuevas generaciones de colombianos, deben entender esa profunda diferencia que existe entre la inocencia y el perdón otorgado al delincuente.
Lo que espera la nación colombiana, es una justicia imparcial que investigue sin consideración alguna, a todo aquel que haya trasgredido las normas jurídicas que regulan nuestra vida en sociedad, esperamos que se persiga con el mismo ahínco con que se persiguió la parapolítica, a aquellos que hicieron la ‘farcpolítica’, es de público conocimiento el apoyo que ese grupo armado, dio en lo político, a personas que hoy posan de salvaguardas de la de decencia, mientras en el pasado recibieron los favores de un grupo terrorista.
Bastaría preguntarnos por qué personas como Antanas Mokus, a pesar de haber confesado públicamente haber auxiliado desde la alcaldía de Bogotá a los miembros de la “extinta” Farc, a la fecha dicha confesión, no ha servido para que nuestros “jueces” hayan iniciado un proceso judicial en su contra, queda demostrado que ese sistema judicial sirve a los intereses de unos y persigue sin compasión alguna, a quienes no comulgan con un ideario político que se nos quiere imponer a la fuerza y que de manera coordinada ha venido lavando los cerebros de una juventud que no conoce la historia y que pareciera encontrar en esa ideología las respuestas a una realidad que nos afecta a todos los colombianos.
Es evidente que en los acuerdos de la Habana existe una agenda oculta que empieza develarse, tendiente a sacar de la contienda democrática a aquellos que no comulgan con ese esperpento que se nos impuso a la fuerza y que tiene como fin último, derrumbar el sistema democrático, dejarnos a merced de una ideología que ha demostrado ser incapaz de reencausar los destinos de nuestra nación.
Los colombianos enfrentamos el más grande reto de nuestra era republicana, somos miles de connacionales los que daremos la batalla para salvaguardar la democracia, para hacer respetar la constitución y la ley.
Se equivocan los que creen que esto ya está consumado, estoy seguro que esos jueces parciales y sin pudor, encontraran en las urnas la respuesta a sus desaciertos y a su conducta parcial y que desdibuja el ideario de justicia por que siempre se ha luchado.
La noche de la historia dará el sitial a cada uno de acuerdo a sus actos y ese día se sabrá la verdad, mientras tanto, desde las trincheras de la democracia seguiremos enfrentando la ignominia a que se nos pretende condenar.
*Abogado y Magister en Derecho Público
Twitter: @asjuram