Por: Carmen Elisa Balaguera Reyes/ La violencia machista es un problema social de enormes y profundas proporciones. Gran parte de nuestros comportamientos y actitudes se basan en la educación y los ejemplos que hemos recibido. Estos están en casa, en el colegio, en el trabajo, en las canciones, en los anuncios, entre otros y aplicados en todos los mensajes y que, en ocasiones, reproducen imaginarios sociales y estereotipos que normalizan los tipos de violencia machista.
Los índices de violencia y con el aislamiento se han disparado de manera grave. Todos los días ocurren casos que ya ni la misma prensa se encarga de hacerlos notar. Eso sucede aquí y ahora en cualquier lugar en el mundo, pero el tema de la violencia contra la mujer se dio en una instancia que, como dicen muchos “No te lo puedo creer”, en el mismísimo Congreso de los Estados Unidos de América.
Luego de un acalorado debate por el tema de las marchas y la forma como el gobierno de los Estados Unidos ha venido respondiendo, la congresista neoyorquina la Alexandria Ocasio-Cortez hizo unas afirmaciones lo que indignó a varios congresistas.
Fue un acalorado debate sobre el incremento de las cifras de desempleo y de los hechos violentos en Nueva York, lo que fue asociado por ella a los niveles de pobreza.
Veamos lo que ocurrió en las escaleras del Capitolio, el Representante Republicano Ted Yoho, antes de entrar al recinto para participar en una votación legislativa se le acercó y la señaló con un dedo en su cara como “asquerosa, loca, desquiciada y peligrosa”, y por la espalda una frase lapidadora “maldita perra” por su espalda, la reacción de la joven congresistas fue la de no contestarle, ellos los jóvenes conocen muy bien el poder ágil y contundente que tienen sus redes sociales.
El congresista sale al siguiente día a pedir disculpas públicas por su comportamiento, pero la congresista Alexandria no se queda atrás y aprovecha este impase para promulgar un discurso que quedará grabado en el corazón de muchos. Pues como algún político afirmaba los insultos esconden la ausencia de ideas y deja en claro que lo cortés no quita lo valiente. Un discurso donde desarticula la cultura del acoso y la violencia contra la mujer. Un discurso que pasara a la historia como uno de los mejores en contra de la violencia contra las mujeres. (Video)
Entre otras frases, que contundencia lanzó dice: «No necesito que el representante Yoho se disculpe conmigo. Claramente él no quiere. Claramente, cuando se le da la oportunidad, no lo hace y no me quedaré despierta hasta tarde en la noche esperando una disculpa de un hombre que no tiene remordimientos por usar lenguaje abusivo hacia las mujeres.”
«Yoho mencionó que tiene una esposa y dos hijas. Yo soy dos años más joven que la más pequeña. Soy la hija de alguien también. Mi padre, afortunadamente, no está vivo para ver cómo Yoho trató a su hija (…) Estoy aquí porque tengo que demostrarles a mis padres que soy su hija y que no me criaron para aceptar el abuso (…) dijo Alexandria, la hija de Blanca y Sergio Ocasio, como se describe”. El poder de la palabra es lo que la hace diferente y que lo seguirá utilizando para condenar la desigualdad.
Su demoledora intervención desdibujó los intentos de disculpa del Senador «El daño que el señor Yoho me intentó hacer no fue solo un incidente dirigido a mí. Cuando haces eso a cualquier mujer lo que estás haciendo es dar permiso a otros para usar ese lenguaje contra tu esposa, tus hijas, mujeres en tus comunidades. Eso no es aceptable», dijo. «Tener una hija no hace a un hombre decente. Tener una esposa no hace a un hombre decente. Tratar a la gente con dignidad y respeto hace a un hombre decente. Y cuando un hombre decente se equivoca, como hacemos todos, intenta lo mejor que puede disculparse. No para guardar las apariencias, no para ganar un voto, se disculpa genuinamente para reconocer y reparar el daño hecho y que todos podamos avanzar”.
Otra frase que llama la atención fue “puedes ser un hombre poderoso y acosar a las mujeres, tener hijas o esposa y acosar sin remordimiento, con un sentido de impunidad”.
“Es una cultura sobre impunidad, de aceptar la violencia y el lenguaje violento en contra de las mujeres, y una estructura entera de poder que lo respalda”, añadió.
Un acontecimiento que para muchos pasó sin pena ni gloria en nuestros noticieros; pero llegarán jóvenes mujeres y hombres que seguirán las tareas y las luchas que se han venido dando desde muchos ángulos, asegurando que es en la Educación donde podremos derrotar ese verdadero bicho del machismo.
*Socióloga.
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