Los cerca de 3.000 centros de votación ya han abierto este domingo en Chile, dando inicio a una de las votaciones más importantes de la historia reciente del país. Los chilenos tendrán que decidir entre la aprobación o el rechazo de una nueva Constitución.
Boric vota en Magallanes
Es el momento de «escribir nuestra historia» declaró el mandatario tras depositar su sufragio. Acompañado de su pareja, Irina Karamanos, sus padres y uno de sus dos hermanos, votó este domingo en la ciudad meridional de Punta Arenas, en el colegio en el que estudió de pequeño, y situado a escasos metros de la casa familiar.
Gabriel Boric, partidario del cambio constituyente, prometió preservar la unidad independientemente del resultado: «Puedo garantizar que nuestra voluntad y nuestra acción independiente de cuál sea el resultado, será convocar a una amplia unidad nacional de todos los sectores, de todas las organizaciones sociales, de la sociedad civil, de los partidos políticos, queremos escuchar todas las voces para poder seguir adelante con este proceso».
Chile vota ante los ojos del mundo
«Este es un momento histórico del cual es muy importante que todos y todas independiente de nuestra opción nos sintamos profundamente orgullosos», apuntó el presidente de la República.
También instó a los chilenos a expresarse mediante el voto «con responsabilidad, con calma y con mucha alegría»: «Nos están mirando, desde todo el mundo, ejerzamos nuestro derecho y deber a escribir nuestra historia».
Finalmente, el presidente insistió en que continuará con su agenda durante los tres años y medio que le restan de mandato y no descartó la posibilidad de que haya una reestructuración de Gobierno en los próximos días o semanas.
Casi 3.000 centros de votación
Las urnas estarán abiertas hasta las 18:00 hora local (21:00 GMT) y el resultado, que se espera muy ajustado, se conocerá un par de horas más tarde.
Algunos centros de votación de fuera del país, como los de Nueva Zelanda, Australia, Japón, Corea del Sur y China, ya se han cerrado y muestran una ventaja favorable al nuevo texto. Sin embargo, los votos de fuera del país son históricamente más progresistas que los del resto del electorado.
Una votación obligatoria
Aunque casi el 80% de los chilenos votó para redactar una nueva Constitución a finales de 2020, las encuestas muestran que el apoyo público al nuevo texto ha ido disminuyendo. Los últimos sondeos realizados antes de un apagón de dos semanas mostraban al «no» en cabeza con un 47%, frente al 38% del «sí» y un 17% de indecisos.
Si embargo, los expertos alertan de que el escenario está abierto porque por primera vez el voto es universal y obligatorio, y hay una gran bolsa de votantes que llevan años ausentes de las urnas.
El texto propuesto
El nuevo texto propuesto es el resultado de un acuerdo alcanzado para sofocar las violentas protestas contra la desigualdad en 2019. Se centra en los derechos sociales, el medio ambiente, la igualdad de género y los derechos indígenas, y declara a Chile un «Estado social y democrático de derecho, plurinacional, intercultural, regional y ecológico».
Sus defensores dicen que ayudará a crear un Chile «más justo», mientras que sus detractores argumentan que es un texto «radical» y que «no une al país».
De aprobarse, el texto sustituirá a la actual Carta Magna, heredada de la dictadura (1973-1990) y vista por una parte de la sociedad como el origen de las desigualdades del país por fomentar la privatización de servicios básicos, como educación, salud o pensiones. De rechazarse, seguirá vigente la actual Ley Fundamental.