Líderes de grupos cívicos bolivianos de ocho departamentos reunidos en la ciudad oriental de Santa Cruz decidieron dar 48 horas al presidente Evo Morales para renunciar a su cargo y enviaron una carta a las Fuerzas Armadas para que se unan a su lucha. La cuenta regresiva inició ayer sábado.
«Decirle al tirano que tiene 48 horas para renunciar», expresó el líder del Comité Cívico Pro Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, ante miles de personas que se congregaron la noche de este sábado a los pies del cristo Redentor en la ciudad de Santa Cruz.
Camacho manifestó que Evo Morales tiene ese periodo de tiempo para presentar su renuncia y que el lunes por la noche se volverán a congregar en ese mismo lugar para «tomar determinaciones» y garantizar que el mandatario «se vaya».
«El lunes le prometo, le garantizo que esa llama que volvimos a encender el día de las elecciones cuando declaramos el paro indefinido, esa llama se prende hoy y nuevamente este lunes se vuelve a prender», exclamó el líder cruceño.
También sostuvo que «no estamos derrocando un Gobierno, sino estamos liberando toda una nación».
«Es necesario que nosotros tomemos decisiones mucho más duras para que podamos consolidar el pedido de la renuncia», refrendó Camacho.
Los líderes cívicos de ocho de los nueve departamentos bolivianos se reunieron este sábado antes de ir a la masiva concentración para decidir las nuevas medidas de presión ante la sospecha de un fraude electoral en las elecciones del pasado 20 de octubre y su determinación de que renuncie Morales a la presidencia.
Tras una hilera de discursos, Camacho también leyó una carta que enviarán a los generales del Ejército, Aviación y la Armada boliviana para que en «este momento tan dramático» «estén al lado del pueblo».
«El que gobierna pasa, el pueblo perdura y Dios castiga», sentenció Camacho.
Además, reiteró que el paro que llevan a cabo durante once días con bloqueo de calles continuará, pero que el lunes se pondrá «un punto final» a «esta tarea» cuando Morales deje el poder.
Morales minimizó en un discurso este sábado la repercusión de las movilizaciones en Santa Cruz a «mil, dos mil personas», en una ciudad de más de millón y medio de habitantes.
El mandatario llamó el pasado jueves a cesar las protestas, tanto de quienes piden su renuncia, como a los sectores afines que se movilizaban en su apoyo, después de que el día anterior murieran dos personas en enfrentamientos entre ambos grupos.
Este sábado es festivo en Bolivia por el día de los difuntos, que según la tradición las almas de los muertos visitan la tierra de los vivos.
El órgano electoral realizó este pasado viernes la firma de los resultados que dan la victoria a Evo Morales, un formalismo previsto en el cronograma electoral, y advirtió de que no es posible anular los comicios como pide una parte de la sociedad boliviana.
El detonante de las sospechas de manipulación del voto fue el día después de la votación un repentino cambio de tendencia del cómputo provisional, que pasó de prever una segunda vuelta entre Morales y el opositor Carlos Mesa a augurar un triunfo en primera ronda del mandatario boliviano.
Una delegación de la Organización de Estados Americanos (OEA) realiza desde el jueves una auditoría a los comicios que es cuestionada por una parte de la sociedad boliviana.