El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, prometió el viernes continuar su batalla legal, mientras su rival demócrata Joe Biden se aproximaba a obtener suficientes votos para ganar la presidencia y tenía previsto dar un discurso televisado en horario de máxima audiencia el viernes por la noche.
“Seguiremos este proceso a través de cada aspecto de la ley para garantizar que el pueblo americano tenga confianza en nuestro gobierno. Nunca dejaré de luchar por ustedes y por nuestra nación”, dijo Trump en una declaración publicada por la Casa Blanca.
Por su parte, el candidato demócrata Joe Biden estaba cerca de ganar la presidencia de Estados Unidos el viernes, a medida que aumentaba un estrecho liderazgo sobre el presidente Donald Trump en los disputados estados de Pensilvania y Georgia tres días después de que se cerraron los centros de votación.
Biden cuenta con una ventaja de 253 votos frente a los 214 de Trump en el Colegio Electoral, que determina el ganador, según Edison Research. Si logra los 20 votos electorales de Pensilvania, el exvicepresidente superaría los 270 necesarios para asegurarse la presidencia.
Biden también lograría la victoria si se queda con dos de los otros tres estados clave donde el viernes mantenía una ligera ventaja: Georgia, Arizona y Nevada. Como en Pensilvania, los tres seguían contabilizando votos.
A medida que Biden se acercaba a la victoria, se esperaba que realizara un discurso al país la noche del viernes, según dos personas familiarizadas con los planes. Podría ser un discurso de triunfo, dado que sus asesores dicen que parece estar a punto de ganar.
Trump, en tanto, mostró pocas señales de que estaba dispuesto a conceder la derrota, dejando en claro en un comunicado el viernes que seguiría afirmando infundadamente que hubo fraude electoral.
“Desde el inicio hemos dicho que deben contarse todas las papeletas legales y todas las papeletas ilegales no deberían contarse, pero hemos encontrado resistencia a este principio básico por parte de los demócratas en todo momento”, dijo en la declaración difundida por su campaña.
“Seguiremos este proceso en todos los aspectos de la ley para garantizar que el pueblo estadounidense tenga confianza en nuestro gobierno”, aseguró Trump.
El comunicado se conoce un día después de que Trump realizara un ataque sin precedentes al proceso democrático de un presidente en ejercicio, compareciendo el jueves por la noche en la sala de prensa de la Casa Blanca y afirmando sin fundamentos que le estaban “robando” las elecciones.
Tanto en Pensilvania como en Georgia, Biden superó a Trump cuando los funcionarios procesaron miles de papeletas por correo que se emitieron en los bastiones demócratas urbanos, incluidos Filadelfia y Atlanta.
El aumento en la votación por correo ha ralentizado el recuento en numerosos estados, un nuevo recordatorio de la pandemia que seguirá siendo el mayor desafío para el próximo presidente.
Cientos de demócratas se reunieron frente al sitio de recuento de votos del centro de Filadelfia, vestidos con camisetas amarillas que decían “Cuenten todos los votos”. En Detroit, una multitud de partidarios de Trump, algunos armados, protestó frente al lugar de conteo, ondeando banderas y gritando “¡Lucha!”.
Una sensación de triste resignación se instaló en la Casa Blanca el viernes, donde Trump estaba monitoreando la televisión y hablando con los asesores por teléfono. Un asesor dijo que estaba claro que la carrera se inclinaba en su contra, pero que el mandatario no estaba preparado para admitir la derrota.
Su campaña está presentando demandas en los estados disputados, una iniciativa que según los expertos legales es poco probable que consiga alterar el resultado final de los comicios.
El abogado general de la campaña, Matt Morgan, dijo en un comunicado el viernes que las elecciones en Georgia, Nevada y Pensilvania tuvieron irregularidades y que Trump finalmente ganaría en Arizona. Afirmó que esperaban lograr un recuento en Georgia, como ha dicho que lo hará en Wisconsin, donde Biden ganó por más de 20.000 votos. Un margen tan amplio nunca ha sido anulado por un recuento, según Edison Research.
Funcionarios electorales de todo el país han dicho que no tienen conocimiento de ninguna irregularidad significativa. Los de Georgia aseguraron el viernes que esperan un recuento, lo que un candidato puede solicitar si el margen final es inferior al 0,5%, como es actualmente.
Impulso de Biden
Biden expresó confianza el jueves en que ganaría y pidió paciencia. En respuesta a la idea de que Trump podría no ceder, el portavoz del demócrata, Andrew Bates, dijo en un comunicado el viernes: “El gobierno de Estados Unidos es perfectamente capaz de escoltar a los intrusos fuera de la Casa Blanca”.
La cerrada elección ha subrayado las profundas divisiones políticas del país, y si gana, Biden enfrentará una difícil tarea gobernando en un Washington profundamente polarizado.
Los republicanos podrían mantener el control del Senado, pendientes del resultado en cuatro contiendas indecisas, incluidas dos en Georgia, por lo que podrían bloquear grandes partes de su agenda legislativa, como la ampliación del cuidado de la salud y el combate contra el cambio climático.
El ganador enfrentará una pandemia que ha matado a más de 235.000 personas en Estados Unidos y ha dejado a millones más sin trabajo, además de un país que enfrenta las secuelas de meses de disturbios por el racismo y la brutalidad policial.
En Pensilvania, Biden aventajaba por 13.220 votos a Trump pasado el mediodía del viernes, mientras que en Georgia lideraba el recuento por 1.579 sufragios. Ambos márgenes crecerían a medida que se contabilizaran los votos adicionales.Slideshow ( 8 images )
Los funcionarios de Pensilvania estimaron el viernes que les quedaban 40.000 papeletas por contar, mientras que los de Georgia dijeron el viernes por la mañana que quedaban alrededor de 4.000 votos regulares.
Biden, de 77 años, se convertiría en el primer demócrata en ganar Georgia desde Bill Clinton en 1992. En Arizona su ventaja creció ligeramente el viernes a 43,779 votos, y en Nevada su margen saltó a 20,552 sufragios.
Trump, de 74 años, ha intentado presentar como fraudulento el lento recuento de los votos por correo, cuya popularidad aumentó debido al temor de contagio de coronavirus si el sufragio era presencial. Históricamente, los estados se han tomado un tiempo después del día de las elecciones para contar todos los votos.