Luego de 65 meses de construcción, de superar el riesgo de colapso por sobrepaso del embalse en mayo de 2018 y de culminar con éxito el reforzamiento interior con una pantalla de bentonita, la presa del proyecto hidroeléctrico de Ituango alcanzó ayer la cima.
En el muro, que sirve para contener el río Cauca y embalsar el agua, culminó el terraplén final situado a 225 metros de altura (435 metros sobre el nivel del mar, m.s.n.m.), 50 más que el edificio Coltejer.
La presa, de enrocado y con núcleo impermeabilizado, tiene 20 millones de metros cúbicos. Está localizada aguas arriba donde desemboca el río Ituango al Cauca, con un kilómetro de base y 550 metros de longitud en su parte superior. Sobre la cresta se habilitará, antes de un mes, la vía hacia el casco urbano de Ituango.
Se empezó a construir en febrero de 2014 luego de la desviación del río Cauca, y su culminación estaba prevista para julio de 2018.
Cuando se presentó la contingencia, el 28 de abril de 2018, la presa estaba en la cota 380 m.s.n.m., es decir, a 30 metros de la altura de seguridad. Por eso los constructores tomaron la decisión de implementar un lleno de emergencia para asegurar que el agua no sobrepasara el muro.
“Aún quedan 30 meses arduos de trabajo. En Hidroituango se tomaron decisiones inéditas en la ingeniería mundial. La primera de ellas fue el lleno prioritario de la presa en el afán que nos obligaba la naturaleza. Esto evitó una avalancha de grandes proporciones”, dijo Jorge Londoño De la Cuesta, gerente de EPM.
Desde la ocurrencia de la contingencia por el desplome del túnel auxiliar de desviación en abril de 2018 se emitieron alertas aguas abajo de la presa. Aún, sobre el corregimiento de Puerta Valdivia, pesa una alerta roja por una posible mancha de inundación provocada por una creciente de 8.000 m3/seg.
Tras la conclusión de la presa, Londoño señaló que el nivel de alarma en la obra bajó hasta el “riesgo natural” de un proyecto de este tipo, por lo que anunció que solicitará a la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo pasar de alerta roja a naranja.
Contó que esperan la respuesta afirmativa a la petición en dos semanas, condición con la que se normalizaría la vida de las comunidades afectadas en la cuenca del Bajo Cauca. “Esto nos muestra que la luz se ve al final del túnel “, añadió el directivo.