Por: Ruby Stella Morales Sierra/ El gran tropezón de la pandemia que nos azota, puso un tate quieto temporal a las revocatorias de los mandatarios recién elegidos, el Consejo Nacional Electoral y la Registraduría Nacional del Estado Civil, ordenaron esperar que el Ministerio de Salud emita un concepto científico sobre cómo sacar el quite a los riesgos de propagación de la pandemia por la recolección de firmas y luego movilizar a los votantes de nuevo a las urnas.
La revocatoria es una figura democrática de la Constitución de 1991 para reemplazar a gobernantes ineptos e incumplidos, por solicitud de algún grupo arrepentido o inconforme que asume la recolecta de firmas y que participaría en la campaña con nuevos candidatos, ajenos al partido o movimiento que resultó ganador en las últimas elecciones.
Son 28 solicitudes de revocatorias inscritas incluidos tres alcaldes del departamento de Bolívar y cuatro del Valle, a quienes quieren sacar a empellones y llevar de nuevo al electorado a una nueva elección que ratifique o eche al elegido por la puerta del voto de los inconformes.
Río revuelto
La figura popular ha sido quebrada y demonizada. Presenta profundas grietas de oportunismos y revanchas de poder con intereses más que evidentes representados en los promotores de los grupos que piden las revocatorias.
Hay que ver quiénes serán realmente los beneficiados con este ‘ejercicio democrático’ forzado que lleva un gran desgaste para los mandatarios y los electores, además de la pérdida de enormes recursos públicos para su ejecución.
El electorado tiene a la vista los intereses económicos de quienes ambicionan el manejo de los presupuestos públicos. Con toda la arremetida de posibles robos y corrupción de los recursos. Son quienes mueven los hilos de los comités de revocatorias, animado por inconformes o por quienes traiciona a sus amigos y aliados a quienes ayudaron a elegir.
Quizá haya más malos mandatarios que revocatorias efectivas. Pero son muchas las que se emprenden y pocas las que lograron concretar y tampoco lograron sacar a sus acosados gobernantes. Nadie duda que en su mayoría son consecuencia de desacuerdos económicos y negocios pulpos que no lograron cuajar por debajo de la mesa.
Poca democracia
En Colombia solo se conoce el caso efectivo de Bello, Antioquia. Todas las demás han sido un desgaste y gastadero de plata pública que se invierte en toda una logística cuantiosa que se ha echado a la basura a través de todo el montaje electoral de la Registraduría Nacional del Estado Civil.
¡Pero ojo! De todas formas, en este primer año de pandemia las revocatorias se evidencias como una maniobra mezquina surgida de la oscuridad de la politiquería asquerosa y traicionera arropada en el sentimiento de falsa indignación y descontento.
¿Cómo exigir a los gobernantes haber cumplido el Programa de Gobierno y el Plan de Desarrollo en un año tan atroz y atípico atravesado por la feroz pandemia y las consecuencias de pérdidas de vidas, infectados, pérdidas de empleo y quiebra de pequeños y medianos empresarios?
Y no es que debamos justificar a los gobernantes realmente malos en este primer año. Pero de ahí a alborotar lo poco que se ha logrado armar de suministro de bienes y servicios, hay mucho trecho.
Se sabe de los desaciertos y cuestionados manejos de los recursos asignados a la emergencia sanitaria. De eso se encargan las autoridades respectivas con las sanciones correspondientes.
Detrás de las revocatorias de ciudades como Medellín y Bogotá está la disputa de los partidos políticos tradicionales y personajes asociados a la bandola de contratistas multimillonarias que intentan forzar otro raponazo para volver a sus anchas al asalto de los recursos públicos.
Los traidores de Bucaramanga
Para el caso de Bucaramanga, el exalcalde Rodolfo Hernández habría ligado su propia campaña en solitario a la presidencia, anunciada esta semana, con la campaña de revocatoria contra su ungido y bien ponderado candidato y elegido alcalde Juan Carlos Cárdenas, ahora caído en desgracia frente a su mentor y sus intereses. Con el ofensivo nombre de Sáquele Roja al Traidor, arrancó el proceso.
En la audiencia pública de defensa de su mandato, realizada en días pasados en el Teatro Santander y transmitida a la ciudadanía, el alcalde Cárdenas reiteró que no fue elegido para ser títere de nadie. Es su deber demostrar en todos sus actos que se esfuerza por gobernar libre de ataduras. Y tiene la oportunidad. Es el dueño temporal del esfero oficial.
¿Será que algún día sabremos detalles de los negocios que se esconden tras bambalinas y que habrían provocado la ira del ex alcalde Hernández? Aquí las pistas:
«Este proceso de revocatoria tiene un hedor como al basurero El Carrasco en el 2018: politiquería, partidos vinculados al paramilitarismo, viudos de poder y enemigos del Páramo de Santurbán juntos. Una bomba de tiempo, un cóctel molotov», precisó el alcalde en su discurso de defensa.
El alcalde de la Ciudad Bonita tendrá que enfrentar la artillería de opinión mediática de su mentor-revocador, representado en una masa explosiva y creyente en el mesías patriarcal que hace el trabajo sucio por ellos.
La misma figura del abuelo mal hablado que ha logrado identificarse con una muchedumbre que piensa y se parece a la figura del supuesto vengador social y que se identifican con sus emociones furiosas, frías y groseras; los que se enredaron en el cuento del imperativo kantiano y el globo de la lucha anticorrupción.
Hay que pararle bolas a este entramado de la revocatoria, en la que el alcalde Cárdenas, aprovecho para denunciar que estaría presionado para gastar $20.000 millones con fines electorales. ¿O sea que ya no se irían para la campaña presidencial estos 20.000 millones de los impuestos de los bumangueses? Toca que las autoridades investiguen cómo es la cosa.
Y aunque no mencionó al exalcalde, nadie duda que se estaría refiriendo a su mentor dolido y exigente, de quien se conoció durante su mandato por haber presionado a sus funcionarios para realizar actos administrativos en contra de la ley. Varios casos se conocieron, entre ellos el sonado entramado de Vitalogic, otro caso denunciado por un exdirector de la Secretaría de Tránsito que llevó a su salida y muchos otros. Incluyendo a quien esto escribe, quien se negó a obedecer órdenes ilegales e ilegítimas. ¡Qué bueno respirar con tranquilidad!
Recogiendo votos
Reitero que el exalcalde Hernández es un alma sufriente por la ambición de poder. Otro mesías de la derecha que le hace coqueteos a quien sea con tal de acrecentar su popularidad y seguir echando su cuento. Bandazos entre Uribe y Petro que la inteligencia de los electores debe resolver.
El exalcalde no se ha parado en delicadezas para intentar lograr sus objetivos. Ya está montado en el corcel de las posibles elecciones atípicas en Bucaramanga a través de su comité revocador.
Buscaría mantener vivos los odios, fastidios y contrariedades que ha logrado despertar con la ayuda de su mismo discurso de vengador y las estrategias mediáticas de los asesores publicitarios.
Sigue utilizando la metodología de los acérrimos propagandistas tanto de la derecha como de la izquierda ciegas: sembrar odio, pensar poco y obedecer mucho y aventar el lenguaje de la violencia por doquier. Es el mundo paralelo perverso para dominar al electorado presa de la frustración acumulada. Y lo más triste: la gente sí tiene cientos de razones para estar dolida por décadas de depredación de recursos públicos y de politiquería…Pero llegarán los cambios.
En cuerpo ajeno
Qué incómodo debe ser para el alcalde Cárdenas saber que su mentor le está recogiendo el favor de los 140.000 votos obtenidos a través de su movimiento Liga y sus acompañantes políticos. Gana con cara y gana con sello pues en caso de que los logaritmos electorales no le funcionen para la revocatoria, habrá mantenido engrasada su maquinaria mediática en sus aspiraciones como candidato presidencial.
Y hay que sumarle los alfiles que lograron llegar a los concejos de Bucaramanga y Floridablanca y su pupila diputada de la Asamblea Departamental, aparentemente expulsada de su movimiento ‘anticorrupción’ por no hacerle caso a su jefe político.
El alcalde Cárdenas tiene el dolor de cabeza por el costo de brindar su nombre para hacerse elegir en cuerpo ajeno, como lo entendieron los votantes que lo eligieron. Pero la historia ha demostrado que finalmente los gemelos no terminan la fiesta completa. (Con excepción sabida del binomio Duque-Uribe que confirmaría la regla).
Para quienes creen que la convocatoria no conducirá a nada, hay que sopesar la capacidad económica del ex alcalde para llevar a término los costos onerosos que acarrea una campaña de recolección de firmas. Costos que se duplicarían por los riesgos de contagio al acudir en persona a la ciudadanía y el cumplimiento de las exigencias biosanitarias que acarrea la búsqueda de las firmas de ciudadanos que apoyarían la revocatoria.
No olvidar que el que tiene plata marranea, dicen los entendidos.
Esta historia continúa.
*Periodista
Correo: rubymoralessierra@gmail.com
Facebook.com/rubby.morales/
Twitter: @RubySMoraleS