Sindicatos y estudiantes de Colombia protestaron el lunes contra las políticas económicas y sociales del presidente Iván Duque, en su intento por revivir las manifestaciones masivas tras el fin de la cuarentena por Covid-19, y rechazaron los recientes incidentes de brutalidad policial.
En vehículos, motocicletas y bicicletas decoradas con globos verdes y pancartas, los trabajadores trataron de respetar las exigencias de uso de tapabocas, distanciamiento y la prohibición de multitudes para evitar la propagación del coronavirus, en la segunda jornada de protesta desde que se levantó a finales de agosto la cuarentena que regía desde marzo.
“Estoy protestando por mis derechos, porque no es justo que le quiten la vida a una persona. Aquí hay mucha agresividad y corrupción”, dijo Alejandro Ortiz, un estudiante de 19 años que se concentró con cientos de jóvenes en la histórica Plaza de Bolívar, en el centro de Bogotá.
Allí, la marcha se tornó menos pacífica, con algunos manifestantes arrojando piedras a los policías apostados frente a la sede del Palacio de Justicia.
Muy cerca, vándalos destruyeron una sucursal bancaria, ante lo cual la policía antimotines los dispersó con gases lacrimógenos.
El Covid-19 deja hasta el momento más de 765.000 personas infectadas y 24.000 muertas en el país, que entre el 21 de noviembre y mediados de diciembre del año pasado enfrentó varias manifestaciones y tres huelgas que se suspendieron por las festividades de Navidad y Año Nuevo.
La reciente muerte de un ciudadano en un procedimiento de la policía y la posterior ola de protestas que se desató en Bogotá y en la vecina ciudad de Soacha en las que murieron 13 personas, sumado a recientes masacres y crímenes de líderes sociales dieron otro motivo de protesta a los manifestantes.
“Estoy aquí para exigir respeto a la vida, respecto a los derechos de los trabajadores, el fin de la violencia policial que se ha exacerbado contra los manifestantes”, dijo Diana Amézquita, una abogada de 38 años, participante en una de las caravanas.
Las manifestaciones del año pasado, en gran medida pacíficas, terminaron con algunos disturbios en los primeros días, con saqueos a comercios y ataques de encapuchados contra estaciones de transporte público y autobuses, que llevaron al Gobierno a decretar toque de queda en Bogotá y Cali.
A diferencia de muchas de las movilizaciones del año pasado, en las primeras horas de las realizadas el lunes no hubo disturbios, saqueos a comercios, actos de vandalismo ni choques con la policía.
Pero la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, hizo un llamado a las personas a regresar a sus casas temprano y anunció que el sistema de transporte masivo Transmilenio cerrará operaciones a las 8.00 de la noche.
En un enfrentamiento que se registró en Bogotá en noviembre murió el joven Dilan Cruz, quien fue impactado en la cabeza con un proyectil de un gas lacrimógeno disparado por un policía y se convirtió en un símbolo de las protestas.
La reactivación de las movilizaciones y las huelgas que tenían previstas para el inicio del año los sindicatos y estudiantes se suspendieron por la aparición del coronavirus y las medidas de aislamiento decretadas por el Gobierno para contener la pandemia que provocó una desaceleración económica y un desempleo que ronda el 25%.