Por: Yuli Metaute Londoño/ «Creo que el único motivo por el que he sido capaz de seguir escribiendo todos estos años, y de entregar mis escritos a la imprenta, es porque sé que mi papá hubiera gozado más que nadie al leer todas estas páginas mías que no alcanzó a leer. Que no leerá nunca. Es una de las paradojas más tristes de mi vida: casi todo lo que he escrito, lo he escrito para alguien que no puede leerme, y este mismo libro no es otra cosa que la carta a una sombra»; letras icónicas que quedaron plasmadas en doscientas ochenta y ocho páginas del libro, el olvido que seremos, escrito por uno de mis favoritos; Héctor Abad Faciolince, en un proceso que yo llamo de catarsis, por la pérdida de su padre, el médico y defensor de la igualdad y de los derechos humanos, Héctor Abad Gómez a quien asesinaron el 25 de agosto de 1987.
En un relato épico de Faciolince, donde los que leímos el libro pudimos sonreír con las anécdotas ocurrentes de su niñez al lado de ese cómplice que la guerra insensata no solo le arrebató a él y a su familia, sino a todos los colombianos, letras tan honestas y llenas de coraje que nos sacaron también lágrimas furtivas y nos enseñaron a conocer un poco más la esencia de ese médico bondadoso que desde su labor le aportó muchísimo a la salud pública en nuestro país y que denunció sin tapujos lo que tenía que denunciar.
Siempre pensaré que Abad Gómez tenía espíritu periodístico, no solo lo digo por su ímpetu a la hora de denunciar, si no por las columnas de opinión que escribió en uno de los diarios más prestigiosos de Colombia, además de su programa radial, llamado Pensando en voz alta, en el que semana tras semana, narraba los sucesos del país. Pienso que, de alguna manera, él estaba describiendo los hechos que lo llevaron a su muerte.
Pero, pasar de leer esta obra literaria, a tener el honor de ver en audiovisual, Carta a una Sombra, otro relato basado en este libro, que no fue una adaptación en sí, sino que funcionó como una pieza con autonomía propia, donde se pudo conocer más a los personajes del libro y se pudo explorar otros puntos de vista.
Tener el honor de ver en primicia este documental en el Festival de Cine de Cartagena en el año 2015 y ver lo que logró en los corazones de los espectadores, fue muy gratificante; fue tal cual lo que generó la historia en mí. Luego llegaron las nominaciones y el reconocimiento que tuvo el documental no solo en Colombia, sino en varios festivales de cine del mundo, esto me ratificó que no tienes que ser colombiano para conectarte con una historia tan dolorosa, pero a la vez hermosa, bien contada desde la epopeya en el libro, el documental y la película reciente; está basada en su libro homónimo y producida por Dago García Producciones.
Recibió 9 nominaciones para los Premios de Cine Macondo 2021, en las categorías, mejor película de ficción, mejor dirección, mejor vestuario, mejor dirección de arte y fotografía.
Hace 34 años, nos arrebataron la risa de Héctor Abad Gómez, pero es imperecedero en nuestra historia colombiana, su lucha quedó inmortalizada en el libro, en el documental y en la película de Dago; para enseñarle a las nuevas generaciones que los héroes de carne y hueso en nuestro país, si existen.
¡Todos los honores para el Olvido que Seremos!
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*Comunicadora Social y Periodista, locutora, presentadora de TV. Adscrita a la Asociación Colombiana de Periodistas de Bogotá. Actualmente labora para RCN Radio, conduciendo noticiero, programa deportivo y transmisiones del Fútbol Profesional Colombiano. Directora de Cotorra Digital.
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