Por: Andrés Martínez Olave/ Los niños y los jóvenes son el presente y el futuro de una nación, aún más cuando ellos son el desarrollo clave de una nueva sociedad.
El pasado mes de julio, en la asamblea departamental del departamento de Santander, se llevó a cabo un diálogo con los distintos jóvenes que forman parte de «la plataforma juvenil» y que fueron electos en las pasadas elecciones de los concejos de juventudes.
La reunión llevada a cabo en el recinto, contó con la participación alrededor de un 10% de los señores diputados electos y de un 10% de los jóvenes, que querían manifestar sus inconformidades de lo que durante años y aún en este presente se vive con los jóvenes.
En el lugar se encontraba de manera formar la secretaría encargada de juventudes de la gobernación de Santander, donde de manera expresa y clara daba respuesta a lo que los jóvenes querían manifestar.
¿Pero en realidad los jóvenes estaban presentes o brillaban por su ausencia?
Cuando anteriormente hablábamos de un 10% de la población juvenil era de notar esa ausencia participativa de la juventud y aún más en ver cómo les importa lo que en realidad sucede; en las imágenes captadas por cámaras, se nota en realidad la gran importancia del joven hacia temas claros y contundentes, y el cómo se sigue creyendo en un gobierno presidencial electo que no muestra garantías claras a la juventud.
¿Tiempo perdido?
En realidad, cada quien saque su apreciación, pero está claro que al joven le conviene solo lo que se quiere unitariamente, más no, lo grupal. Y es allí donde aún existe esa gran barrera que no ha dejado a lo largo de la historia avanzan hacia un cambio real.
Transcurrido el tiempo en este recinto, se escucharon ponencias de cuidado del agua, la ayuda a los jóvenes, los temas de las plataformas juveniles y entre muchos que otras propuestas, pero también se vivió un momento de tensión cuando una joven lanzó un comentario sin contener pruebas claras y un diputado de manera formal la solicitó y a un joven participante no le gustó, y ante esto se hizo llamado a la norma de ese lugar.
Las pruebas nunca llegaron, la joven se retiró del lugar sin que nadie se diera cuenta, pero al final el tiempo terminó en la cruel realidad que vivimos a diario los jóvenes, donde no existe una respuesta clara a tantas necesidades y un cambio lleno de convicción.
Vienen reformas del gobierno nacional, cambios sin pensar y el joven está callado, creyendo en lo un silogismo mágico lleno de misterios sin sentido común.
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