Por: Édgar Mauricio Ferez Santander/ Desde que Donald Trump irrumpió en la política estadounidense, su discurso ha apelado a la idea de una nación amenazada por enemigos internos y externos. Su política migratoria, la promesa de construir un muro en la frontera con México y su retórica contra las minorías consolidaron una agenda basada en el miedo. En este marco, el «sueño americano», entendido como un ideal de prosperidad y libertad para todos, se fue reduciendo a un privilegio reservado para ciertos grupos.
Trump capitalizó el descontento de sectores sociales que se sentían olvidados y les ofreció un enemigo común: los inmigrantes, las minorías étnicas y los críticos del sistema. Lo paradójico es que, en esta lógica excluyente, muchos de los que apoyaron este discurso —trabajadores blancos de clase media-baja, conservadores religiosos y nacionalistas— hoy enfrentan el costo de esas mismas políticas. La reciente oleada de restricciones laborales, recortes sociales y discursos supremacistas ha terminado por afectar también a quienes se consideraban parte del proyecto trumpista.
La canción «¿Por qué no se van?» de Los Prisioneros se convierte en un espejo de esta situación. En este tema, Jorge González denuncia la hipocresía de quienes veneran modelos extranjeros y menosprecian su propia realidad social. Su letra cuestiona directamente a quienes, cegados por el espejismo del progreso norteamericano, terminan siendo rechazados por el mismo sistema que admiraban:
«¿Por qué no se van?
No se han dado cuenta que no los quieren allá»
Esta línea cobra especial sentido cuando se observa cómo ciudadanos estadounidenses que defendieron la política xenófoba y de exclusión hoy se ven atrapados en un entorno que ya no los acoge. Quienes fueron fervientes defensores del «America First» ahora se enfrentan a una economía que no los protege y a un entorno social que los considera prescindibles.
En la canción «This Is Not America», Calle 13 lanza una dura crítica contra la arrogancia y el desconocimiento histórico que muchos ciudadanos estadounidenses han demostrado al apropiarse del término «América» como si solo les perteneciera. Con frases como:
«América no es solo USA, papi»
La canción expone la ignorancia geopolítica que lleva a algunos sectores de Estados Unidos a invisibilizar al resto del continente. Esta actitud de superioridad ha alimentado discursos de exclusión que hoy terminan afectando incluso a quienes se sentían seguros dentro de esa burbuja de poder.
La apropiación del término «América» por parte de Estados Unidos no es solo un error lingüístico; es también una manifestación del mismo nacionalismo extremo que hoy expulsa a sus propios ciudadanos del sistema que idealizaban. En este contexto, la advertencia de Calle 13 se convierte en un recordatorio contundente de que la historia del continente no se reduce a las fronteras estadounidenses.
Por otro lado, Calle 13 en su canción «Pal’ Norte» y su colaboración con Los Tigres del Norte en «Somos más americanos» reivindican el papel histórico de los pueblos latinoamericanos en la construcción de Estados Unidos. En este último tema, se enfatiza que las tierras que hoy conforman buena parte del suroeste estadounidense fueron, en su origen, territorios mexicanos. La letra expresa con contundencia:
«Soy extranjero en mi propia tierra
Y no vengo a darles guerra
Soy hombre trabajador»
Este mensaje desafía la visión excluyente del nacionalismo radical al recordar que la prosperidad de Estados Unidos se ha edificado, en gran medida, gracias al aporte de migrantes y comunidades latinas.
Lo irónico es que muchos de los ciudadanos que ahora se sienten excluidos formaron parte de un discurso que promovía esa exclusión. Quienes vieron en Trump un defensor de sus intereses económicos y sociales ahora enfrentan un panorama donde el desempleo, el aumento de la pobreza y la polarización política los afecta directamente. El sistema que creían defender terminó desplazándolos.
Este fenómeno revela cómo el miedo, cuando se convierte en política de Estado, no distingue fronteras sociales ni ideológicas. Las políticas de prohibición y control que Trump promovió, especialmente en temas migratorios y laborales, terminaron impactando negativamente también a sus propios seguidores.
Estados Unidos ha proyectado durante décadas la imagen de una sociedad próspera, inclusiva y abierta a quienes se esfuerzan por progresar. Sin embargo, esa narrativa ha colapsado para muchos que hoy enfrentan la precariedad, la desigualdad y la marginación. El «imperio» que prometía ser el faro del mundo libre se ha convertido en un espacio donde incluso sus propios ciudadanos se sienten expulsados de su propia nación.
Frente a esta realidad, las palabras de Los Prisioneros, Calle 13 y Los Tigres del Norte cobran mayor vigencia: el sueño americano ya no es universal, y quienes contribuyeron a su destrucción hoy sufren sus consecuencias. El llamado a la reflexión es claro: no basta con señalar al otro como enemigo, sino que es necesario reconocer la diversidad y el aporte colectivo como base para reconstruir una sociedad más justa.
Donald Trump no solo promueve políticas basadas en el miedo, sino que consolidó una sociedad de prohibición donde incluso sus propios seguidores terminaron siendo víctimas. En este panorama, la música se convierte en una poderosa herramienta de crítica social. Tanto Los Prisioneros como Calle 13 nos recuerdan que la verdadera riqueza de una nación no radica en la exclusión, sino en el reconocimiento de su diversidad cultural e histórica. Solo así será posible rescatar el verdadero significado del sueño americano.
…
*Historiador, Magíster de la Universidad de Murcia y Candidato a doctor en estudios migratorios Universidad de Granada-España.