Por: Martin Camilo Carvajal Camaro/ La sostenibilidad contempla el desarrollo que satisface necesidades en el presente sin comprometer capacidad de las futuras generaciones, garantizando el equilibrio necesario entre crecimiento económico, protección del ambiente y bienestar social.
El crecimiento económico es una cadena que tiene varios eslabones y uno de ellos es el ambiental, las industrias no pueden disponer de él como si fuera una fuente inagotable de recursos, aun cuando estén cumpliendo con la misión de satisfacer necesidades de los humanos, a través del consumo. Los recursos naturales son limitados y su indebida explotación o mal manejo puede derivar en que en el mediano o largo plazo no existan fuentes importantes de abastecimiento de un elemento esencial como el agua, se afecte la calidad del aire o se atente contra ecosistemas estratégicos y la biodiversidad.
Las alternativas que hoy están a disposición del hombre para la protección de los recursos naturales, se encuentran en la innovación, la generación de negocios sostenibles y en la responsabilidad social corporativa, generando desarrollo basado en la sostenibilidad ambiental.
La protección del ambiente es esencial para la mitigación de los efectos propios del calentamiento global, variabilidad climática, deforestación, escasez de agua, pobreza y desigualdad social, gestionar con eficiencia los recursos naturales no sólo es importante para que estos no se agoten, sino también para asegurar calidad de vida de las personas que podrían verse afectadas con la explotación inadecuada de estos, los recursos que ofrece la naturaleza no son inagotables, por lo que deben ser bienes que deben protegerse y racionarse.
Algunos ejemplos de medidas que se pueden tomar para conseguirlo son energías renovables, ahorro y uso eficiente del agua, reciclaje, control de la deforestación, movilidad sostenible, ecoturismo, economía circular, agricultura orgánica y desarrollo rural.
El bienestar social se encuentra en el crecimiento sostenible, la búsqueda de solución a los problemas que puedan afectar a la calidad de vida de las personas y la responsabilidad social con las mismas.
El concepto de desarrollo sostenible puede abarcar muchas áreas, no obstante, se basa en una serie de principios básicos tales como un sistema político democrático en el que todos los ciudadanos puedan participar, una economía que genere un conocimiento técnico de forma autónoma y constante, un sistema de producción que respete y conserve el ambiente y procure la sostenibilidad ambiental evitando la generación de residuos contaminantes, un sistema tecnológico que investigue y encuentre soluciones de manera constante, respetando siempre biodiversidad y protección del ambiente y una administración flexible con capacidad de innovar y de corregir sus errores de manera autónoma.
Para el logro de estos objetivos y específicamente para llegar al equilibrio entre el desarrollo económico con la conservación y la restauración ambiental, se hace necesario la implementación de acciones y estrategias que los fomenten, donde cada integrante de la sociedad puede aportar a la mejora en este propósito, desde los hogares, generando hábitos de consumo responsable en la vida diaria de cada uno de los miembros del núcleo familiar, desde las comunidades ampliando los conocimientos ecológicos y ambientales para resaltar la importancia de su cuidado y desde las administraciones, velando por el cumplimiento de la normativa relacionada con buenas prácticas ambientales, estableciendo lineamientos para la sostenibilidad ambiental, así como indicadores de medición y evaluación del cumplimiento de cada uno de ellos, mejorando los programas de educación ambiental, con planes preventivos y de conocimiento de esta importante temática en todas las instancias, nuestro compromiso debe orientarse hacia la protección y cuidado de nuestra casa, el planeta tierra.
*Abogado, Especialista en Gerencia Pública.
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