«La soberanía de México no es negociable», de esta manera respondió la mandataria mexicana a las acusaciones realizadas por el Gobierno estadounidense el pasado 1 de febrero, en las cuales señalaron a Ciudad de México de presuntamente colaborar con el narcotráfico para facilitar la entrada de fentanilo a Estados Unidos, uno de los argumentos en los que se respalda la nueva política arancelaria impulsada por Donald Trump.
En un video publicado en sus redes sociales, Claudia Sheinbaum tachó de «terriblemente irresponsables» las acusaciones estadounidenses, afirmando que estas podrían considerarse un «intento injerencista» de parte de Washington.
La mandataria hizo eco de su primera respuesta a la imposición arancelaria desde Estados Unidos, mencionando que dichas medidas no son el camino a seguir para enfrentar el problema del fentanilo en la sociedad estadounidense.
“Rechazamos categóricamente la calumnia de la Casa Blanca al Gobierno de México de tener alianzas con organizaciones criminales, así como cualquier intención injerencista en nuestro territorio. La soberanía no se negocia», mencionó la presidenta.
En un tono desafiante, la lideresa mexicana cuestionó el manejo interno de la Casa Blanca sobre el fenómeno del fentanilo, criticando al Gobierno estadounidense por no tomar medidas concretas para enfrentar problemas relacionados al crimen organizado en territorio estadounidense como la venta interna de drogas, el lavado de dinero y la venta de armas a grupos criminales mexicanos.
«¿Por qué no empiezan combatiendo la venta de estupefacientes en las calles de sus principales ciudades? ¿O cómo es que las personas con adicciones compran esa droga? ¿Por qué nunca hemos oído de detenciones en Estados Unidos de los grupos delictivos estadounidenses?», cuestionó la mandataria.
Empero, la primera presidenta mexicana aclaró que México no busca la confrontación con Estados Unidos, afirmando que su gabinete ya se comunicó con el de Trump para ofrecerles la construcción de una mesa de trabajo en temas de seguridad y salud pública para enfrentar de manera conjunta la crisis del fentanilo en la sociedad estadounidense: «coordinación sí, subordinación no», escribió Sheinbaum.
«No me falta valentía»
Sobre la orden presidencial firmada el 1 de febrero por el presidente estadounidense, que impone aranceles del 25% a los productos de origen mexicano que ingresen a Estados Unidos, la inquilina del Palacio Nacional avisó sobre los efectos negativos que tendrá el aumento en los aranceles para ambas sociedades, aunque remarcó que serían los estadounidenses los que se llevarían la peor parte.
En un evento público este 2 de febrero, Sheinbaum mostró de nueva cuenta su rechazo ante la medida, argumentando que las afectaciones principales a corto plazo las sufrirán los consumidores estadounidenses, no los mexicanos.
Sin embargo, la presidenta izquierdista también reconoció que, en el mediano plazo, existirían afectaciones para la economía mexicana si los aranceles se mantienen, ya que las empresas extranjeras «pueden elegir si se quedan o se van» a raíz de ese costo extra.
Por las afectaciones de los aranceles a ambas economías, la jefa de Estado mexicana remarcó la necesidad de retomar el diálogo entre los dos Gobiernos, apelando a los esfuerzos de las últimas semanas en las que su gabinete ha sostenido numerosas reuniones con sus homólogos estadounidenses para intercambiar ideas y fijar posturas ante la nueva, y hostil, política migratoria trumpista.
“México tiene un plan A, B y C”
«No es con la imposición de aranceles como se resuelven los problemas, sino hablando y dialogando como lo hicimos en las últimas semanas con el Departamento de Estado para atender el fenómeno de la migración”, apuntó la presidenta, alegando que su Gobierno extendió otra invitación a Washington para conversar sobre el futuro de los aranceles en contra de México.
Pero la mandataria reconoció que, de no tener respuesta en las próximas horas, revelaría los pasos concretos de su llamado ‘Plan B’, estrategia que Ciudad de México adoptará para responder a la nueva política arancelaria de Trump. “No me falta valentía porque tengo a un pueblo detrás de mí”, dijo Sheinbaum ante sus seguidores.
En su primera reacción a la firma de los aranceles, la presidenta adelantó que su Gobierno tomaría acciones «arancelarias y no arancelarias» para hacer frente a la polémica decisión del magnate neoyorquino.
México se une a Canadá y China entre los países que son objeto de los nuevos aranceles trumpistas y que ya han anunciado represalias económicas en contra de Washington por la polémica decisión.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, anunció la imposición de aranceles del 25% por valor de 155.000 millones de dólares canadienses a productos estadounidenses, mientras que Beijing avisó que llevaría la nueva política arancelaria de Washington ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) además de avisar sobre contramedidas económicas.