Por: José Roberto Álvarez/ El servicio de una empresa debería ser catalogado como una competencia fundamental. Esto quiere decir que difícilmente pudiera copiar o comprar la competencia.
Al inicio de los tiempos de Uber el servicio era una cosa que sobresaltaba. ¿Solicitar un taxi desde un celular sin la necesidad de enfrentarme a los embates del medio ambiente y la ciudad? ¡De locos!
Fueron momentos difíciles para quienes acogieron esa actividad como negocio y subsistencia. Muchos desempleados con buena formación académica o empresarial se vieron en la necesidad de ingresar al negocio de la movilidad.
Hoy por hoy encontramos interesantes perfiles de profesionales conduciendo a otros afortunados profesionales, a sus empleos. La realidad es que todos son felices pues el negocio se volvió bueno para los dos actores; conductores y usuarios.
Pasaron momentos difíciles ya que el famoso Uldarico, así llamaban al tal dueño de los taxis en Bogotá, se dio a la tarea de satanizar a los Uber y de perseguirlos con policía y demás, para inmovilizar a los Uber. Fueron bastantes las multas que ahí lograron los de tránsito.
Luego llego el pronunciamiento del gobierno a favor de los taxis y con ello la innovadora jugada legal y de marketing de Uber que se convirtió en un intermediario entre los conductores y usuarios de viajes. ¡Maestros!
Ya, con la estructura jurídica para que los dejen de joder y así poder trabajar legalmente se echaron a las petacas del servicio. Hoy el servicio es bueno en tiempos de repuesta pero muy mediocre en condiciones de contrato.
Así pues, las condiciones del servicio de Uber hoy por hoy son muy similares a las de los taxis: ¿Cómo me va a pagar, con tarjeta o en efectivo? ¿Me puede decir para dónde vamos? Y así sucesivamente como cuando usábamos y nos quejamos de los amarillos.
Eso mismo podemos ver en otros sectores de la economía. A propósito de la vida nómada que llevo, luego de mi separación, lo cual he aprovechado para aprender de la cultura de algunas regiones del país y que por fortuna me ha permitido vivir en otras ciudades.
He podido constatar cómo algunos negocios relacionados al turismo vienen haciendo hasta lo imposible por mantenerse vigentes, con su nómina e infraestructura. Pero lamentablemente han dejado de lado el servicio
La realidad de bajar costos está bien, pero lo que no podemos o mejor no debemos hacer es sacrificar el servicio. La peor amenaza a enfrentar es la mala imagen trasmitida de vos a vos. Eso acaba a cualquiera…Y sino pregunte por EIMI.
…
*Administrador de negocios internacionales, Especialista en marketing internacional, Especialista en marketing digital, docente universitario y dirigente gremial.
Likedin: linkedin.com/in/josé-roberto-álvarez-rueda-517b9bb0
Twitter: @acopiglobal
Correo: director@acopiglobal.com