Por: Marco Aurelio Quiroga Velasco/ Esa democracia participativa que irrumpía bajo la fiesta de las campañas políticas y el día electoral, creo una dinámica que sepulto a los caciques electorales y dio la bienvenida al rey de reyes al señor alcalde el amo y señor que sin saberlo podía terminar siendo congresista y porque no gobernador de su departamento.
Unos escogieron la corrupción, otros el narcicismo político otros el camino de la ética de las buenas maneras y se dedicaron a cuidar su prestigio y su buen nombre.
Al inicio, los alcaldes no sabían si era mejor el programa de gobierno, las ideas políticas, la lealtad con sus amigos, cumplir los compromisos, ayudar a las comunidades o dejar obras.
El tiempo les enseño que los programas duran cuatro años y el nuevo alcalde traía su forma propia de resolver los problemas de la cotidianidad; era sin duda el sello del gobernante.
Nuestra amada Bucaramanga en el tema álgido de la movilidad tiene dos últimos referentes que entendieron desde sus alcaldías que las obras al margen de los programas eran la vía indicada.
Nos referimos a Carlos Ibáñez y Luis Francisco Bohórquez recordados por obras definitivas como el intercambiador de la puerta del sol (el primero) y los megaproyectos del tercer carril, el intercambiador de la carrera 27 con quebrada seca, el puente de la carrera 15 con quebrada seca y desde luego el puente de la novena (alcalde Luis Francisco Bohórquez).
Las obras son iconos urbanos que indican en silencio cual es el siguiente paso, los programas son propuestas coyunturales donde el tiempo como juez natural es implacable. Esta situación nos permite indicarle al señor alcalde de Bucaramanga Jaime Andrés Beltrán que es válida la implementación de intervenir en ciertos tramos de la ciudad los molestos trancones, bajo la ayuda de los alféreces quienes transitoriamente remplazan a los convencionales semáforos, pero; la intervención física, de la ciudad es en nuestro parecer la mejor decisión.
Así las cosas estamos esperando el intercambiador de siete bocas, la segunda parte del puente de la novena cuyo proyecto fue presentado al señor ministro de hacienda de la época Mauricio Cárdenas el día de su inauguración por parte del gobernador Richard Aguilar y el señor alcalde de Bucaramanga Luis Francisco Bohórquez, la ampliación de la calle 36 entre carrera 33 y 37 que permita eliminar el tapón en la que termina la calle 36 y abrir la movilidad al oriente de la ciudad (nadie entiende como la calle 36, una vía principal muere en la carrera 33 y lo que es peor es un tapón sobre la carrera 37) y la cuarta obra el par vial 52 – 53.
Estas cuatro obras señor alcalde de Bucaramanga deben ser su prioridad como vía a seguir en esta encrucijada de la movilidad en la ciudad bonita. Le sugerimos avanzar con mayor énfasis pensando en su entrega a cuatro años en lo que respecta al intercambiador de Siete Bocas.
En cuatro años algunas de estas obras deben ser una realidad y su legado real, concreto para nuestra ciudad y sus habitantes. Es importante indicar señor alcalde de Bucaramanga que estas obras necesitan del concurso, del entusiasmo, del compromiso del acompañamiento y en ultimas de la ayuda financiera del gobernador de Santander y del presidente de la República.
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*Abogado, sociólogo, profesor universitario
Muy buena propuesta para que las desarrollé en éste periodo sr Alcalde.