Las tareas de rescate para encontrar sobrevivientes bajo los edificios derrumbados en el este de Turquía empezaron a reducir su actividad el domingo, un día y medio después de que un fuerte terremoto acabara con la vida de decenas de personas.
Los multitudinarios equipos de rescate desplegados trabajaron durante toda la noche para sacar a 45 personas de los escombros, informaron las autoridades, valiéndose de taladros, excavadoras mecánicas, cubos e incluso de sus propias manos desnudas para tratar de dar con sobrevivientes en tres zonas distintas de la provincia de Elazig.
El terremoto de magnitud 6,8 en la escala de Richter, que tuvo lugar el viernes por la noche, causó la muerte de 31 personas en Elazig y de otras cuatro en la vecina provincia de Malatya, dejando más de 1.600 heridos. Al temblor principal lo siguieron más de 700 réplicas, según la Autoridad de Gestión Desastres y Emergencias de Turquía (AFAD, por sus siglas en turco).
El ministro turco del Interior, Suleyman Soylu, dijo que el grueso de los trabajos de rescate había concluido, aunque los equipos de emergencia habían localizado a seis personas que seguían atrapadas bajo los escombros.
“Han pasado alrededor de 36 horas (desde el terremoto), pero todavía estamos dentro del plazo en el que cabe tener esperanza”, dijo en una conferencia de prensa en Elazig, a unos 550 km (340 millas) al este de Ankara.
En la misma conferencia, el ministro de Salud, Fahrettin Koca, dijo que 104 personas estaban recibiendo cuidados médicos en hospitales, de las cuales 13 permanecían en el área de cuidados intensivos. Sin embargo, ninguna de ellas se encontraba en estado crítico.
Miles de operarios fueron enviados desde otras provincias a las zonas afectadas para colaborar en las tareas de rescate, a las que también se sumaron cientos de voluntarios, según fuentes oficiales. Se proporcionaron tiendas de campaña, camas y mantas para albergar a los desplazados por el terremoto.
Madre e hijo liberados
Entre los rescatados durante la noche se encontraban una mujer de 35 años y su hija pequeña, las cuales fueron grabadas en el momento en que salían de los escombros en el distrito de Mustafa Pasa, en Elazig.
Los miembros del operativo de rescate que escucharon sus gritos tardaron varias horas en llegar a ellas, trabajando bajo temperaturas inferiores a los -4 grados centígrados (24.8°F), según informaron medios estatales. El esposo de la mujer se cuenta entre los fallecidos.
En un vecindario cercano, varias personas trabajaban sobre montañas de escombros formadas después de que el terremoto partiera un edificio de apartamentos por la mitad. Se valieron de cubos para retirar los escombros, soplando silbatos cuando necesitaban silencio para escuchar a las personas atrapadas.
El ministro de Medio Ambiente y Urbanismo, Murat Kurum, dijo en la misma conferencia de prensa que el terremoto había dañado edificios en varias provincias y que era necesario demoler inmediatamente 12 estructuras.
Soylu dijo que los afectados por el terremoto comenzarían a recibir ayuda financiera a partir del lunes, mientras que la AFAD instó a los residentes a no regresar a los edificios dañados debido al potencial riesgo de hundimiento.
El sábado, durante una visita a Elazig y Malatya, el presidente turco Tayyip Erdogan anunció que se construirán rápidamente nuevas casas con armazón de acero en la región para proporcionar alojamiento a los residentes desplazados.
El país tiene un historial de terremotos intensos.
Más de 17.000 personas murieron en agosto de 1999 cuando un terremoto de magnitud 7,6 sacudió Izmit, una ciudad al sudeste de Estambul. En 2011, un terremoto en la ciudad oriental de Van mató a más de 500 personas.