El número de migrantes que murieron en el mar tratando de llegar a Europa se duplicó este año, de acuerdo a un nuevo informe de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Al menos 1.146 personas fallecieron tratando de llegar al continente durante el primer semestre de 2021. En 2020, 513 habían perdido la vida durante el mismo período, mientras que 674 lo hicieron en 2019.
«Las organizaciones civiles de búsqueda y salvamento siguen enfrentándose a importantes obstáculos, con la mayoría de sus barcos varados en puertos europeos debido a incautaciones administrativas y procedimientos penales y administrativos en curso contra miembros de la tripulación», denuncia el informe.
La OIM también asegura que el aumento de las muertes se produce en un momento en que se incrementaron las intercepciones de barcos que transportan migrantes frente a las costas del norte de África.
Durante años, Italia y la Unión Europea han financiado, capacitado y equipado a los guardacostas libios para evitar que los traficantes lleven migrantes y refugiados a Europa a bordo de embarcaciones improvisadas. Además, un barco de la marina italiana anclado en Trípoli les proporciona asistencia técnica.
Guardacostas acusados de malos tratos
La guardia costera se enfrenta a múltiples acusaciones de malos tratos a los solicitantes de asilo, lo que ha llevado a muchas ONG a denunciar esta política. Según el derecho marítimo internacional, las personas rescatadas en el mar deben desembarcar en un puerto seguro. Y la ONU no considera que Libia sea un puerto seguro.
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Mourad a été soigné en mer.
Esther a accouché en mer.
Alex est né en mer.
Comme eux, + de 32 000 personnes en détresse ont été secourues par SOS MEDITERRANEE depuis 2016.#RepondezACeSOS, votre don est vital pour sauver des vies.➡️https://t.co/AtSW5I50w5 pic.twitter.com/FwBvrOASHR
— SOS MEDITERRANEE France (@SOSMedFrance) June 29, 2021
«La OIM reitera el llamado a los Estados a tomar medidas urgentes y proactivas para reducir la pérdida de vidas en las rutas migratorias marítimas hacia Europa y cumplir con sus obligaciones bajo el derecho internacional», dijo el director general de la OIM, Antonio Vitorino. «Incrementar los esfuerzos de búsqueda y rescate, implementar mecanismos de desembarco predecibles y garantizar el acceso a rutas migratorias seguras y legales son pasos clave para lograr este objetivo», agregó.
En los primeros seis meses del año, la mayoría de las muertes se registraron en el mar Mediterráneo (896), lo que representa un aumento del 130% en comparación con el mismo período en 2020. La mayoría murió en el Mediterráneo central (741), descrito regularmente por las organizaciones humanitarias como la ruta migratoria más peligrosa del mundo, seguida del Mediterráneo oriental (149). Seis murieron tratando de llegar a Grecia por mar desde Turquía. Durante la misma fecha, al menos 250 migrantes fallecieron en el mar durante su intento de cruzar a las Islas Canarias, ubicadas en el Océano Atlántico.
Sin embargo, estas cifras son ciertamente mucho más bajas que la realidad, subraya la OIM, que argumenta que «cientos de casos de naufragios invisibles» son reportados por las ONG que están en contacto directo con quienes están a bordo o con sus familias. Estos casos, que son extremadamente difíciles de verificar, «muestran que el número de muertos en las rutas marítimas hacia Europa es muy superior a lo que indican los datos disponibles», añade el organismo internacional con sede en Ginebra.
El informe muestra un incremento por segundo año consecutivo en las operaciones marítimas de los estados del norte de África a lo largo de la ruta del Mediterráneo central. Según la OIM, más de 31.500 personas fueron interceptadas o rescatadas por las autoridades del norte de África en la primera mitad del año, frente a las 23.117 de los primeros seis meses de 2020.
Este tipo de operaciones realizadas frente a las costas tunecinas aumentaron un 90% durante el primer semestre del año en comparación con el mismo período del año pasado. Además, más de 15.300 personas fueron devueltas a Libia en los primeros seis meses de 2021, casi tres veces más que en el mismo período de 2020 (5.476). Para la OIM, esta situación es «preocupante dado que los migrantes que son devueltos a Libia son sometidos a detenciones arbitrarias, extorsión, desapariciones y actos de tortura».