Por: Juvenal Bolívar Vega/ Colombia ha sido escenario de importantes reivindicaciones en favor de los derechos de las mujeres. A lo largo de la historia, las mujeres han luchado por la igualdad de género, la educación, el empleo y la participación política. Pero, a pesar de los avances legislativos y de las conquistas obtenidas, muchas no aprovechan de los beneficios que les permite la ley.
A lo largo de la historia, las mujeres han llevado a cabo reivindicaciones trascendentales, dignas de admirar: la lucha por el derecho al voto, que se logró en 1954; la creación de la Ley de Cuotas, que establece un porcentaje mínimo de participación femenina en los cargos públicos y la aprobación de la Ley de Violencia contra la Mujer, que busca proteger a las mujeres de la violencia doméstica y sexual; son algunas de ellas.
¿Ellas son ‘machistas’?
Afirmar que «las mujeres son más machistas que los propios hombres» es una generalización que no se sostiene desde una perspectiva científica o social. De hecho, el ‘machismo’ es un sistema de creencias y prácticas que perpetúa la desigualdad de género y la opresión de las mujeres, y no es exclusivo de ningún género.
Sin embargo, es cierto que algunas mujeres pueden internalizar y reproducir patrones ‘machistas’, lo que se conoce como «machismo internalizado».
El fenómeno de ‘mujeres machistas’ podría generarse debido a que muchas de ellas pudieron haber sido ‘formadas’ para creer que los hombres son superiores o que las mujeres deben cumplir con ciertos roles y expectativas.
Además, los expertos creen que las mujeres pueden caer en este ‘machismo internalizado’ porque aprenden a imitar comportamientos machistas observando a otras mujeres o a hombres en su entorno. Y, claro, la presión social: las mujeres pueden sentir presión para adaptarse a las normas y expectativas machistas para evitar ser rechazadas o marginadas.
Previo a la conmemoración del Día de la Mujer, hice con mis estudiantes de las UTS y de Unipaz, un foro sobre la posible existencia del fenómeno de ‘mujer machista’, en la que se evidencia, además, que algunas mujeres (por no decir, la gran mayoría) creen más en las capacidades de los hombres que en las propias o en las de otras mujeres.
Entonces, pudimos establecer que, entre los factores que pueden contribuir al ‘machismo internalizado’ están: la falta de educación y conciencia sobre los derechos de las mujeres y la igualdad de género; la exposición a modelos de poder patriarcales que puede perpetuar la idea de que los hombres son superiores y que las mujeres deben cumplir con ciertos roles y, la cultura y la tradición, los cuales pueden perpetuar patrones machistas y limitar las oportunidades y la autonomía de las mujeres.
¡Empoderar, el verbo a conjugar!
En la actualidad, la mujer juega un papel importante en la sociedad que se refleja en diversas áreas, desde la maternidad y la crianza hasta el trabajo, la economía, el liderazgo y la participación política. Pero las cifras deben mejorar.
Generar conciencia y educación son fundamentales para combatir el ‘machismo internalizado’ y promover la igualdad de género. Temas como derechos de las mujeres y la igualdad de género pueden ayudar a las mujeres a reconocer y cuestionar patrones machistas.
La exposición a modelos positivos de mujeres líderes y empoderadas puede inspirar a las mujeres a adoptar comportamientos y actitudes más igualitarias. Una experiencia exitosa es el concurso Las Superpoderosas que desde Corrillos y junto a otros aliados, realizamos cada año.
También, el apoyo y la solidaridad entre mujeres pueden ayudar a crear un entorno seguro y empoderante para cuestionar y superar patrones machistas y lograr que los sueños se pueden hacer realidad.
Termino esta columna invitándolas a todas, a enfrentar los desafíos de la vida, a aprovechar esos derechos alcanzados y, ante todo, a dejar atrás esas falsas ideas de “no soy capaz” y de “es imposible”. De hecho, si quisieran, podrían dominar el mundo, solo hace falta que se decidan.
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*Comunicador Social, Candidato MBA con concentración en Marketing Digital, Diplomado en Marketing Político y docente universitario.
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De Beauvoir, S. (1949). El segundo sexo. Buenos Aires: Sudamericana.
Friedan, B. (1963). La mística de la feminidad. Madrid: Ediciones Morata.
Anzaldua, G. (1987). Borderlands/La Frontera: The New Mestiza. San Francisco: Aunt Lute Books.
Una defensa de derechos equívoca, irracional pretendiendo igualar episodios de destrucción incitados por hombres.
Nuestra identidad pérdida