Por: Andrés Martínez Olave/ Desde las pasadas elecciones al Senado y Cámara, grandes representantes lograron llegar al poder de Nariño, siendo al inicio ‘los nadies’ de muchos y que hoy en día el nombre en alto de nuestro amado departamento.
Uno de ellos es el senador Gustavo Moreno, un joven soñador con ilusiones y propósitos claros, donde su bandera en estos momentos es mejorar causales de dificultad en el país, siendo una de esas los hacinamientos en las cárceles y sobre todo lo que se vive en ella.
Este joven soñador, pero con pies de plomo ha logrado estar en casi todas las regiones del país, asistiendo de manera humilde y cordial, buscando el mensaje claro de ‘energía nueva’ en el Senado.
Luego de eso llega Jota Pe Hernández, con una votación enorme y sin pelos en la lengua, llegando a denunciar a aquellos que dicen hacer de todo pero que a su vez no hacen nada, siendo este un senador con batallas claras en mejorar el país y todo aquello que se dice hacer.
Al mismo tiempo llega el senador del pueblo y para el pueblo, José A. Marín siendo el uno de los senadores luchadores de proyectos en defensa de la ciudadanía.
Pero aquel que no me daban ni una esperanza logra llegar a la Cámara de Representantes, Álvaro Rueda, joven abogado, llevando las banderas de aquellos que un día les cerraron puertas y le dijeron no, y que hoy en día lleva el propósito claro de defender a su Santander por encima de cualquier cosa.
El caminar es largo, y en el aparece el senador Fabián Diaz y Miguel Ángel Pinto, donde buscan cada uno de ellos mostrarse con reformas, cambios y propuestas que beneficien a los santandereanos a nivel ambiental como es el caso de Fabián y a nivel empresarial como es en el caso de Miguel Ángel.
Santander si tiene quien lo represente realmente, solo que no les exigimos a aquellos que por voto propio llegaron a ocupar cargos tan importantes en nuestro país.
El país está en nuestras manos, no en la de ellos, no se deje engañar y exijamos lo que nos corresponde.
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