Por: Marco Aurelio Quiroga Velasco/ En un país con una violencia política de 60 años, entre subversión y paramilitares, acompañada del combustible del narcotráfico y una corrupción política sin límites; era normal que el discurso del ciudadano se encaminara sin afanes, hacia el gobierno de exmilitares, humanistas y sin tacha.
La llegada al poder de Gustavo Pedro acentuó mas ese clamor; que lanzo a la arena política en las elecciones de octubre pasado en todo el país a ex miliares como el mayor general en uso de buen retiro Juvenal Diaz Mateus a la gobernación de Santander.
Cuando su nombre empezó a sonar en el imaginario colectivo, no tardaron en aparecer las descalificaciones de rigor; su inexperiencia pública, su familia de políticos, su distancia con el presidente Petro que cerraría apoyos, etcétera, etcétera.
Desde el 1 de enero del 2024 Santander empezó a descubrir, en la medida de sus ejecutorias la verdadera dimensión del hoy gobernador. La prueba de fuego de los incendios forestales, la construcción del plan de desarrollo, las conversaciones con el presidente, pasando la pagina de sus diferencias ideológicas y la anécdota del llamado a calificar servicio, el nombramiento de su gabinete, el bajo perfil en sus apariciones publicas y la ausencia de escándalos de corrupción son ejemplos que nos permiten asegurar que Santander esta en buenas manos.
Su formación militar sin tacha lo hacen un gobernante que entiende perfectamente que es en equipo y con sacrificio que se construye patria. Ese talante hará que Santander avance en temas que son máxima preocupación del señor gobernador; a saber, el turismo, el desarrollo vial. Un gobernante alejado de la trampa, del acoso, de la dadiva, de la corrupción estaba esperando Santander.
Ahora, la tarea y el llamado es para la Asamblea de Santander, los alcaldes municipales, la contraloría departamental y el ciudadano de a pie, para que en una actitud ejemplar seamos punto de apoyo de la idea de departamento que sueña entregar al final de su mandato.
Los diputados actuando con imparcialidad, sin revanchismos, sin pretender tomar ventaja personal en el ejercicio de sus funciones, sino mejor pensando en el futuro de la buena política como instrumento vital para una nueva sociedad.
Los señores congresistas son los embajadores del departamento ante el gobierno nacional por ello, le corresponde ser los coequiperos naturales del gobernador, la llave para lograr recursos que faciliten avanzar en tareas tan sentidas como los acueductos regionales. El señor gobernador entiende que sin agua no hay turismo.
Es el momento para rodear a Juvenal Diaz Mateus, ser parte útil de su gobierno la campaña ya pasó; pasemos la página, seguir mirando el retrovisor sería exponer a Santander a un golpe sin aviso.
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*Abogado, sociólogo, profesor universitario