Luego de la intervención rusa en Ucrania vino una andanada de sanciones económicas impuestas todas por la OTAN, lideradas sin duda alguna por los Estados Unidos en contra de ese país. No podría afirmar si Rusia como tal tenía previsto lo que se le iba a venir encima, pero luego de más de un año de ese conflicto, estas sanciones parecen estar haciendo más mella en los países europeos que en la misma Rusia.
Por: Ramón Sandoval Rodríguez/ El acelerado encarecimiento de la energía que es en términos generales lo que mueve la economía de un país, hoy tiene a Europa al borde de la quiebra, sus habitantes ya no pueden más con los altos costos de los servicios públicos, de los alimentos, el costo del galón de gasolina se desbordó exorbitantemente, con las consecuencias que esto conlleva en el amento del transporte y, por consiguiente, se ve reflejado en el aumento de los productos de la canasta familiar.
Lo anterior nos deja en la disyuntiva de no saber a quién han perjudicado más esas sanciones, si a Rusia, o al mismo Europa. Lo que si podemos determinar, sin lugar a la menor duda, es que el directamente favorecido económicamente con esta guerra es Estados Unidos, que antes de la misma se encontraba en una delicada y muy precaria, casi que peligrosa -diría yo- situación económica.
Las fuertes sanciones aplicadas eran para perjudicar a Rusia, para acabarlo económicamente, para debilitar su acelerado crecimiento económico, pero al parecer esto no ocurrió así, Rusia decidió extender sus mercados que antes eran con Europa, hacia los países asiáticos, China que es el gigante, hoy compra en rubros un altísimo porcentaje de petróleo y gas que Rusia le vendía a toda Europa, lo mismo viene haciendo con Irán, la India, Turquía y otros países de esa región; incluso La India le viene comprando hoy tres, o cuatro veces más petróleo del que regularmente le compraba, excedentes que resultan en los mismos Estados Unidos, solo que con un cambio de etiqueta, que dice desde luego: Made in India. En otras palabras, quien impone las sanciones en contra de Rusia, de una manera grotesca resulta comprando y utilizando petróleo del mismo país sancionado, lo que en castellano llamaríamos, doble moral.
Por otra parte, mientras en Rusia los mismos medios económicos norteamericanos aseguran que, aunque bajó el crecimiento económico de ese país luego de las sanciones interpuestas por la OTAN y de su intervención en Ucrania, Rusia se sostiene, sin embargo, el mundo ha notado con estupor que a hoy en los Estados Unidos se han quebrado seis bancos, lo que a todas luces nos demuestra que el búmeran se ha devuelto y de qué manera, en contra de quienes impusieron las sanciones.
Aquí nos encontraríamos ante otro intríngulis al intentar descifrar que si al tomar la decisión de implementar esas duras sanciones económicas en contra de Rusia, cuál de los dos bandos midió con exactitud las consecuencias que se derivarían de ello y, esto si se los dejo a ustedes amigos lectores, porque de ser adversa esta determinación, estaríamos además afirmando que la que hoy aún se autodenomina como primera potencia del mundo en términos económicos, se equivocó, cosa que no cabría en una superpotencia y que lo que nos estaría demostrando es que ya no lo es.
Lo cierto de todo esto es que la guerra de Ucrania contra Rusia, realmente no lo es, que la forma correcta de decir esto es que hoy hay un conflicto entre Rusia y la OTAN junto a los Estados Unidos, y que los últimos eligieron hacerla en Ucrania, ¿para qué? Pues, para que no se diera esa carnicería en ninguno de sus países y segundo, para lo mismo que Estados Unidos ha venido haciendo por muchas décadas en otros países del mundo, armar guerras para beneficiarse económicamente de ellas a través de la venta de armas, y por supuesto, para invadir a Rusia y apropiarse de sus inmensas riquezas; cosa que Rusia tiene claro y que su gente lleva en su ADN, y no lo van a permitir ya que esta es una intensión que el mundo ha tenido por más de 300 años y, nunca lo han podido lograr.
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*Periodista, afiliado al CPB (Círculo de Periodistas de Bucaramanga).