Por: Roberto Aponte/ Muchas veces cuando compramos algo, solemos fijarnos en la calidad o el precio, pero pasando por alto como dicho objeto va a afectar el medio ambiente. El análisis de ciclo de vida determina el impacto ambiental de los elementos que utilizamos, en este se incluyen todos los impactos positivos o negativos desde la creación, fabricación, hasta su disposición y tiende a ser más significativo con productos de uso diario como lo es la ropa.
El estudio del análisis de ciclo de vida, también tiene utilidades desde el punto de vista económico, ya que permite detectar en que puntos de la cadena de producción pueden reducirse costos o incluso aprovechar elementos sobrantes para reintegrarlos al ciclo y otorgarles otros usos. También desde el punto de vista publicitario, aumenta la tendencia de que muchos consumidores conscientes evalúan el ciclo de vida de cualquier producto, el cual a veces puede verse evidenciado por etiquetas que certifican que son bienes ecológicos.
Los factores para considerar la sostenibilidad de la producción de la vestimenta son los siguientes: la fuente de la fibra, fabricación, las condiciones laborales y las emisiones de carbono.
En cuanto al origen del material, las fibras naturales tienen un menor impacto que las sintéticas. Por esto se debe realizar un cultivo de algodón que tenga estas condiciones o utilizar otras materias primas como celulosa o lana de calidad. También que el terreno de cultivo no genere impactos negativos sobre el suelo y agua en el que se encuentra, que muchas veces son causados por pesticidas y fertilizantes.
Por lo general, el algodón puede encontrarse en grandes extensiones de monocultivo, lo que produce un mayor desgaste y consumo sobre el área donde está sembrado, por eso mejores prácticas agrícolas como rotación de cultivos o siembra en conjunto con otras plantas puede reducir estos efectos desfavorables. Además del algodón natural otros materiales de menor impacto ambiental son el cáñamo o lino y el poliéster reciclado.
Respecto a la fabricación, se mide si los materiales utilizados son tóxicos o de menos impacto para el ambiente. Ocasionalmente en la manufactura de la ropa se utilizan componentes químicos que además de generar compuestos peligrosos pueden dejar elementos de acción residual en la ropa los cuales pueden afectar la salud.
Las pinturas químicas que le dan color a la ropa, pueden sustituirse por pigmentos naturales e incentivar el cultivo de las plantas que los producen. También en este aspecto se tiene en cuenta la huella hídrica, es decir la cantidad de agua utilizada en el proceso de manufactura. El proceso de empaquetado también genera un impacto proporcional al plástico utilizado.
La sostenibilidad también evalúa el aspecto social por eso se tienen en cuenta las condiciones laborales, las cuales evalúan el trato al personal, lo que puede generar impacto positivo o negativo en las poblaciones. También otros factores como la salud y seguridad de estos empleados, el efecto económico en el sitio donde residen. En este ámbito por lo general se obtienen mayores beneficios cuando se compra ropa producida por comunidades cercanas.
La reducción de las fuentes de carbono se puede realizar, evitando la deforestación con los cultivos, optimizando energía en la fábrica o reduciendo las distancias de transporte.
En cuanto a la disposición, algunas piezas de vestimenta pueden reutilizarse, la tela reciclada también es considerada como ropa sostenible.
Tras conocer toda esta información debemos darnos cuenta, que debemos comprar solo lo necesario, cuidar la ropa para mantenerla el mayor tiempo posible o en su defecto comprar vestimenta resistente y en cuanto los productos adquiridos cerciorarnos que hayan sido fabricados cerca o que al menos su impacto sea menor.
*Ingeniero Ambiental y escritor
Twitter: @robustories