Los días 6 y 7 de marzo tuvo lugar el XX Congreso internacional de humanidades que organiza la Universidad Santo Tomás. Está vez el congreso se centró en el tema “Cíborg: la condición humana” sí, “cíborg” en español y no “cyborg” en inglés, así Word intente corregir estas líneas.
Por: Fray Andrés Julián Herrera Porras, O.P/ La pregunta por “lo humano” ha sido particularmente importante para el desarrollo histórico de nuestras sociedades. Es precisamente el considerar a los otros como “no humanos” lo que permitió el esclavismo en diferentes momentos de la historia. También fue, y sigue siendo, el considerar a la mujer como “hombres incompletos”, humanos incompletos, lo que dio origen al machismo que sigue moldeando las relaciones humanas en la sociedad.
El mayor problema de las definiciones es que hacen que todo aquello que no quepa dentro de la definición deje de ser lo definido por está. Es decir, si la definición de “perro” según una búsqueda rápida en google es: “Mamífero carnívoro doméstico de la familia de los cánidos que se caracteriza por tener los sentidos del olfato y el oído muy finos, por su inteligencia y por su fidelidad al ser humano, que lo ha domesticado desde tiempos prehistóricos; hay muchísimas razas, de características muy diversas.” Todo lo que no esté dentro de esa definición no es un perro, al menos no para esta definición.
Uno de los mayores problemas que suscitó la invasión de nuestra América fue el encuentro del que podríamos llamar “humano occidental” con otros “humanos”. Es importante que aclarar que los negros no eran considerados “humanos” y por eso la novedad se da con el mal llamado “nuevo mundo”. Se trata pues, de una problemática de encontrarse con lo desconocido y querer acaparar esa novedad dentro de las categorías preexistentes.
El mundo de la tecnología nos ha llevado a un encuentro con muchas novedades que han modificado la vida, nos ha venido convirtiendo en humanos cíborg, parece ser que cuando parecía que ya sabíamos lo que era “lo humano” y lo habíamos declarado en cuerpos legales como los derechos humanos, nacen nuevas controversias, nace el denominado “transhumanismo”.
De eso trató el XX Congreso Internacional de Humanidades propuesto por la Universidad Santo Tomás, fue un espacio donde la academia se dio cita para pensar sobre lo que nos hace o no humanos, sobre lo que nos deshumaniza, sobre las renuncias que algunos proponen al humanismo y sobre todo lo contrario, sobre la apuesta de algunos por aferrarse al humanismo como lanza de flecha en la lucha por la dignidad humana y la dignificación de los seres humanos en nuestra contemporaneidad.
Con todo esto se puede decir con cierta seguridad que la comprensión de lo que es o no humano siempre será un ejercicio limitado que requiere actualizarse con cierta periodicidad; en términos fenomenológicos se podría decir que el fenómeno de lo humano, lo que es “ser humano”, se presenta en un tiempo y espacio de forma diferente cada vez según cambian sus circunstancias, haciendo que la reducción eidética, la búsqueda de su esencia, de lo que es, sea cada vez. Parece que definir “humano” es imposible en nuestros días.
Ahora bien, si no logramos definir lo que se es, lo que somos, se complican aún más otras preguntas muy relevantes para nuestras sociedades contemporáneas, preguntas sobre la forma de relacionarnos, las formas de gobierno, la organización de nuestras instituciones, las políticas públicas necesarias, las relaciones de pareja, la crianza de las nuevas generaciones, entre muchas otras. Asistimos al derrumbe de las certezas y la proliferación de las preguntas. No se trata de un escenario completamente nuevo en sí mismo, empero, lo novedoso y problemático es la celeridad de nuestra época y la falta de lugar para el ocio, por el exceso de su negación (negocio), que reduce los espacios para pensar en estas preguntas.
Quizá una posible solución a esta crisis de lo humano, crisis de significado y de su realización en el mundo, sea la opción personal de algunos que opten por el ocio, que opten u optemos por pensar y pensarnos, quizá no se traté de buscar una definición sino definiciones. El problema es que quien opte por el ocio estará negando abiertamente el negocio.
Apuntaciones:
- Señora vicepresidenta, le exijo como ciudadano que sea responsable con su discurso, por supuesto que habría razones que justifiquen determinadas acciones, pero eso no implica la necesidad de justificar las acciones cuestionadas. Usted es una servidora pública, una empleada de todos los colombianos y cualquiera de nosotros tiene el derecho, la obligación, de cuestionar sus manejos de los recursos públicos y usted el deber de responder en qué se gasta hasta el último centavo que se use del erario público.
- El Papa Francisco cumplió el 13 de marzo diez años de pontificado. Un pontificado lleno de retos, de aplausos y detractores. Quiera Dios le permita seguir dando el giro a la Iglesia Católica para que cada vez sea más tienda de campaña y menos museo.
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*Abogado. Estudiante de la licenciatura en Filosofía y Letras. Miembro activo del grupo de investigación Raimundo de Peñafort. Afiliado de la Sociedad Internacional Tomás de Aquino.
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