Por: Jhonathan Méndez/ En Colombia, esta realidad ha sido evidente en festivales, conciertos y espectáculos públicos donde la presencia femenina sigue siendo mínima. Sin embargo, el proyecto de ley 416 de 2024, conocido como «Súbeles a ellas», propone un cambio de ritmo que promete revolucionar la escena musical del país.
Un escenario desigual
Las cifras no mienten. En la mayoría de festivales y espectáculos musicales en Colombia, los carteles están dominados por artistas masculinos. Estudios recientes muestran que menos del 30% de los puestos laborales en la industria de la música son ocupados por mujeres, y su participación en eventos públicos financiados con recursos del Estado es aún menor.
La discriminación en la música no es solo cuestión de números, sino de experiencias. En 2019, la reconocida cantante Andrea Echeverri denunció que, a pesar de su trayectoria, seguía enfrentando desigualdades en la industria.
Casos como el de la agrupación Monsieur Periné, donde su vocalista Catalina García ha hablado sobre la falta de reconocimiento a las mujeres en la música alternativa, evidencian que el problema persiste. Y es que no es solo la falta de visibilidad en los escenarios, sino el acoso y la subestimación de su talento lo que sigue marginando a las mujeres en el sector.
El proyecto de ley, un cambio necesario
El Proyecto de Ley «Súbeles a ellas» busca garantizar la participación mínima del 40% de mujeres en espectáculos públicos musicales que cuenten con recursos estatales. Esto no es solo una cuota, es un paso firme hacia la equidad en la industria musical.
La propuesta contempla incentivos para la formación y visibilización de mujeres artistas, así como la implementación de los Puntos Violeta, espacios seguros dentro de los eventos para prevenir y atender situaciones de violencia de género.
Además, la ley propone la creación del Directorio Violeta, una plataforma que registrará a mujeres en la música, facilitando su acceso a oportunidades y garantizando que no queden relegadas a la sombra de la industria.
Más que cupos, un cambio cultural
Algunos detractores argumentan que este tipo de iniciativas pueden forzar la inclusión en lugar de promover el talento. Sin embargo, la realidad es que durante décadas la música ha sido un terreno donde el acceso ha estado desbalanceado. Abrir espacios a las mujeres no es un favor ni una imposición, es una necesidad para democratizar la cultura.
Históricamente, medidas como esta han logrado cambios significativos en la representación de minorías en diferentes sectores. Si la industria no abre las puertas por sí misma, es el Estado quien debe intervenir para garantizar que todas las voces sean escuchadas.
La música necesita todas las voces
El arte no puede seguir siendo exclusivo. Cada acorde, cada ritmo y cada letra cuentan historias que reflejan la identidad de un país. La música colombiana ha sido moldeada por grandes artistas femeninas que han marcado generaciones, pero aún falta mucho por hacer para que el reconocimiento sea equitativo.
El Proyecto de Ley 416 de 2024 no busca excluir a nadie, sino sumar. Sumarnos a un futuro donde la música se escuche en todos los tonos, donde las nuevas generaciones encuentren referentes femeninos y donde los escenarios no sean un espacio reservado para unos pocos.
Porque la música, como la cultura, debe ser un reflejo de la sociedad. Y en una sociedad justa, todas las voces tienen derecho a sonar fuerte y claro.
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*Artista y consejero cultural santandereano.
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