Por: Reinaldo Pérez Flórez/ El año 1992 fue un muy importante para la democracia, pero en especial para la paz, se habían generado una serie de paquetes legislativos donde se descentralizaba la función administrativa del Estado, pero lo más importante, se empezaba a fortalecer un mandato ciudadano en nuestro país que iba ayudar a darle desarrollo al artículo 22 de nuestra Constitución Política, y era el derecho fundamental a la paz.
A pesar de que el gobierno nacional no había cumplido con los acuerdos pactados con la Alianza Democrática M19 y que a los pocos meses de haberse desmovilizado asesinaron a su máximo líder Carlos Pizarro, ellos cumplieron su palabra se reinsertaron a la sociedad civil, “Palabra que sí”, ellos fueron testimonio vivo de cómo se debían llevar esos procesos de reinserción, es por eso que la ciudadanía empezó a escuchar sobre los famosos diálogos de Tlaxcala en (México), era una oportunidad única e irrepetible para que de una vez por todas terminara el conflicto armado más largo de Latinoamérica, entre el gobierno de Gaviria y la Coordinadora guerrillera Simón Bolívar, integradas por las FARC, EPL y ELN.
La versión libre de Félix María Quintero Carrillo en Justicia y Paz, alias “Sebastián o Roldan” del EPL, quien fuese el autor material del secuestro de Algemiro Duran exministro el 26 de Enero de 1992, quien murió en esa zona el 14 de Mayo del mismo año, todos imaginaban que ese secuestro fue producto de la voluntad de la guerrilla del EPL, que según el postulado de Justicia y Paz, fueron instrumento de retaliación por parte del ex congresista Luis Jesús Botello Gómez, quien también pedía apoyo político por parte del EPL para ser elegido congresista en esa época, indudablemente este secuestro tenía un interés económico, también era una especie de moneda de cambio que tenía la coordinadora guerrillera para las negociaciones del Tlaxcala, pero eso no hubiese ocurrido si su contrincante político no le facilita la información y la ubicación del exministro a el comandante de la época Jesús Manuel Niño, alias “Manuel”, según el postulado que entrego la versión, el cabecilla y el congresista al calor de unos tragos en un hotel de Chinácota, planearon como ibas hacer los cobros del secuestro.
La guerrilla no contaba con que el exministro Duran, no soportara las largas caminatas, y que falleciera en cautiverio, eso no es nada, todo el tiempo negaron que el dirigente conservador había muerto, la prensa regional concretamente el equipo del Noticiero Criptón, Noticiero de las 7 y TV Hoy, integrados por los veteranos periodistas Néstor Jerez y Marcos Quintero entre otros, estaban en la búsqueda de las pruebas de supervivencia y en su recorrido por la zona un habitante de la región les dijo “no perdieran el tiempo buscando pruebas de supervivencia el doctor ya está muerto”, la comisión que iba a una liberación intuía que algo había pasado con el exministro, esta comisión del gobierno Gaviria exigió que la prensa debía salir de la zona; al enterarse de esta situación los equipos periodísticos se adentraron en la zona rural y por cosas del destino, encontraron una camilla artesanal hecha con ramas, rastros de sangre en una especie de campamento móvil en la zona, los rastros de sangre y la camilla les hizo concluir a los periodistas que algo grave había pasado y pocos metros después encontraron una fosa común, en el momento no se pudo corroborar que era el cuerpo del exministro, después la comisión del gobierno Gaviria confirmo la muerte de dirigente conservador.
Con la muerte de Argelino Durán Quintero, fue insostenible seguir con las negociaciones en Tlaxcala (México) , esto sumado con la guerra contra Pablo Escobar, ponía en duda la gobernabilidad del presidente más joven del último siglo, hoy 27 años después pocos están dispuestos a discernir esta verdad sobre la muerte del exministro por una sencilla razón, la paz siempre ha tenido intereses y enemigos ocultos, sean políticos o territoriales, los grupos al margen de la ley siempre fueron instrumento de intereses egoístas y en el peor de los casos partidistas, que cobraron la vida de grandes hombres, y familias inocentes que jamás sabrán quienes fueron sus verdaderos verdugos, porque a los factores reales de poder de nuestro país, siempre les ha dado temor que se conozca la verdad, como la de Argemiro Durán, por eso seguiremos viendo episodios como los de esta semana donde ya habíamos pensado que había terminado la negra noche en nuestro país, pero el incumplimiento del gobierno nacional, el traqueteo de “televisores” y de uno que otro bandido llevo a que nuevamente Iván Márquez y un resucitado Jesús Santrich con ‘Paisa’ abordo, retomarán el macabro camino de las armas; a pesar de ello, nosotros los colombianos y quienes hemos sido víctimas de este conflicto armado, jamás debemos sentirnos avergonzados por los esfuerzos que se han hecho históricamente por buscar la paz.
Que la paz no te avergüence, lo que debe avergonzarnos son los muertos y el modo en que se ha venido desapareciendo la memoria de todos los que han sido víctimas de este conflicto.
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