Por: Reinaldo Pérez Flórez/ Este fin de semana se cumplió el primer mes de marchas y protestas sociales en nuestro país, según la politóloga e historiadora Diana Uribe, “es una explosión grafica sin precedentes, esto es un movimiento importante” lo que dice esta historiadora a quien tanto he leído y seguido, tiene toda la razón, “esto no tiene presente” en nuestra historia reciente. Las cabezas visibles de las bases sociales dicen que el dogma de las marchas se fundamenta en hacer efectivos los puntos fundamentales de nuestra Constitución Política del 91 y hacer exigibles los puntos del acuerdo de paz firmado entre las extintas Farc y el gobierno nacional.
Se cayó la reforma tributaria, la reforma a la salud, se cayó el coco de Carrasquilla, excelente, ¿pero a que costo? En 1789 Francia nos enseñó el valor de la protesta social, creadora y protectora de derechos, el piso moral de los derechos del hombre y el ciudadano fue la guillotina de Maximilien Robespierre, él también era “una persona de bien”; dato importante para quienes se auto proclaman líderes de las marchas, Robespierre precursor y pilar dogmático de los derechos del hombre y del ciudadano, también paso por la guillotina de la revolución.
Debemos tener en cuenta cual fue la ruta de (socialización y concertación) de los derechos humanos en Europa a cargo de la monarquía constitucional de Napoleón Bonaparte, fue a sangre y fuego por toda Europa, tan excelente método trajo como consecuencia que años después el mundo conociera dos de las confrontaciones más sangrientas y que crearon una de las brechas sociales más grandes de nuestra historia reciente, la primera y la segunda guerra mundial. Sobra decir que Simón Bolívar era admirador de la monarquía constitucional de Napoleón, ¿Ya entiendes cual es uno de nuestro antecedente histórico de nuestros problemas sociales?
Si las bases sociales de nuestro país están marchando por la implementación de los acuerdos de paz y por darle una efectiva aplicación a la norma suprema del 91 que es la constitucionalización de los derechos del hombre y del ciudadano, nadie se explica el ¿por qué la exigencia de estos derechos se ha convertido en una vulneración sistemática de derechos humanos? Esto es por parte y parte, ni la institucionalización ni las bases sociales de las marchas han tenido en cuenta la protección de la vida, menos de los derechos humanos. Los acuerdos de paz se firmaron para que nadie más nuestro país debiera rogar por su vida en este país, ¿entonces por qué una patrullera en el Valle del Cauca mientras era violada por los marchantes, debió rogar por su vida?
Mi señora madre, la mujer de mi vida y el amor de mi alma, fue presidenta del sindicato nacional de la empresa de ropa el Roble a finales de los años setenta y comienzos de la ochenta, época donde existían tribunales militares con competencias penales en nuestro país, ella me dice, “desaparecían gente, pero ver que un agente del Estado destruya la visión de un ser humano con un perdigón, es la deshumanización progresiva de la función pública”, escuchar términos como “lloren por un solo ojo” es un termino generador de nuevos conflictos en un país, donde aún no hemos encontrado la ruta de perdón y reconciliación de un conflicto armado que duro más de seis décadas.
La protesta social se hace para proteger, garantizar los derechos colectivo y ciudadanos, tenemos un concepto erróneo para hacer efectivos los derechos de la ciudadanía, no es a sangre fuego, no es con más víctimas, es un legado nefasto de la monarquía democrática de Napoleón Bonaparte y adoptada por nuestro libertador Simón Bolívar, o pregúnteles a nuestros amigos de la ciudad de Pasto acerca del libertador, después de aquella navidad negra del año 1822; es evidente que en Colombia son pocos los que conocen de historia, por eso están dispuestos a repetirla. Es un contrasentido que funcionarios públicos electos democráticamente promuevan la financiación de estas marchas que hace mucho tiempo dejaron de ser pacificas y que han cobrado muchas vidas.
Los acuerdos de la Habana son un desarrollo al derecho fundamental a la Paz, contenido en el articulo 22 de nuestra constitución, fue modificado por el acto legislativo 05 del 2017, que es una garantía de no repetición, donde se prohíbe la promoción, encubrimiento, favorecimiento y financiación de grupos civiles, ¿para que un senador de la republica quiere armar a la sociedad civil?, es exactamente lo mismo que sucedió en Venezuela. Cuidado con el 2022, quien no conoce su historia, esta condenado a repetirla.
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*Abogado, Especialista en Derecho Constitucional y Especialista en Derecho Administrativo.
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