Tras la oración del rito musulmán Eid al-Adha, el presidente interino de Mali, Assim Goïta, se dirigía al tradicional acto en el que el Imán de la Gran Mezquita degolla un carnero como simbolismo del comienzo de la celebración. Allí, un hombre armado con un cuchillo se le abalanzó, pero sus guardaespaldas contuvieron el ataque.
Según la oficina de la presidencia, Goïta se encuentra “sano y salvo” y fue trasladado a las afueras de la ciudad al campamento militar de Kaiti donde se le “reforzó la seguridad”. Un oficial que habló a AP desde el anonimato informó que detuvieron a dos personas y abrieron una investigación sobre lo sucedido.
Después del ataque el propio Goïta se pronunció a través de la televisión estatal y dijo que el intento de apuñalarlo se trataba de un “incidente aislado”.
Sin embargo, aún no hay claridad sobre las motivaciones del “intento de asesinato”, como lo calificaron fuentes vinculadas al Gobierno. El país vive un momento de inestabilidad política en el que en menos de un año se ha enfrentado a dos golpes de Estado que llevaron a que la Unión Africana suspendiera a Mali, y Francia decidiera acabar con las operaciones militares en conjunto con las fuerzas del país.
Un Gobierno de transición que se tambalea
El ataque se da dos meses después del segundo golpe de Estado en el país. El 24 de mayo, los militares de Mali arrestaron al presidente interino Bah N’Daou y al primer ministro del país Moctar Ouane. Después del arresto los dos fueron obligados a dimitir.
Assimi Goïta, quien era entonces el vicepresidente, fue investido el 7 de junio como presidente de la “transición”. En la ceremonia anunció: «La nueva situación nos permite poner el proceso de transición en la dirección deseada por el pueblo. Los retos son inmensos, pero las expectativas legítimas del pueblo son también grandes». Además, se comprometió a “honrar sus compromisos”.
El propio Goïta había dirigido el otro alzamiento en agosto del año pasado contra el presidente Ibrahim Boubacar Keïta.
La Unión Africana y de la Comunidad de Estados de África del Oeste (CEDEAO) y múltiples países condenaron el golpe de Estado y exhortaron a Mali para que se dirigiera hacia unas elecciones democráticas.
El presidente francés, Emmanuel Macron, catalogó de “inaceptable” lo sucedido en Mali y días después el Ministerio de Defensa anunció que, por precaución, suspendían las operaciones militares con las fuerzas locales.
Sin embargo, un mes después, el 2 de julio, Francia retomó las operaciones conjuntas con las fuerzas de Mali y el Gobierno de transición, con el objetivo de luchar contra los grupos yihadistas de la zona.
Se prevé que el mandato de Goïta finalice el próximo febrero, momento en el cual debe haber unas elecciones democráticas, cumpliendo con los compromisos establecidos con la CEDEAO.