Por: Paola Guarín/ Las principales ciudades de nuestro país están adoptado políticas públicas y acciones administrativas en aras de proteger los ecosistemas estratégicos que buscan garantizar especialmente la protección hídrica, la calidad del aire y un equilibrio biótico.
El área metropolitana de Bucaramanga, liderado por las Autoridades Ambientales como la CDMB, han desarrollado importantes gestiones en cuanto a la preservación de áreas protegidas declarándolas como áreas estratégicas de la región, como lo son, los parques regionales Cerro La Judía y Bosques Húmedos Andinos El Rasgón, además del Páramo de Berlín.
Unos datos interesantes y relevantes son la gestión liderada por esta autoridad ambiental, durante los últimos seis años se adquirieron más de 51,3 hectáreas, predios ubicados en zonas protegidas declaradas por la entidad, zonas de amortiguación de los parques naturales regionales.
Estos predios están ubicados en ecosistemas prioritarios como páramos, bosques alto andinos, humedales y ecosistemas secos, cuya posición fisiográfica tengan que ver con cuencas de infiltración, áreas de recarga de acuíferos, manantiales, nacimientos hídricos y nacimientos de ríos, donde la disponibilidad hídrica corresponda a cuencas abastecedoras de acueductos veredales y/o municipales, cuencas críticas (en cuanto al índice de escasez), sistemas de abastecimiento vulnerables, debido a las altas presiones sobre la cuenca (múltiples usos), áreas definidas por los instrumentos de gestión como POT, EOT, Pomcas y áreas definidas en los Planes de Manejo de las Áreas Protegidas Regionales.
Un caso ejemplar es la ciudad de Medellín, donde se debatió y aprobó un Acuerdo Municipal, como hecho histórico estratégico para la protección de los recursos naturales, planteándose como política pública y acogiéndose a lo dispuesto en el Artículo 111 de la Ley 99 de 1993, donde asignando un mínimo del 1% de sus ingresos corrientes destinados al proceso de adquisición y mantenimiento de predios para la protección del agua y al pago por servicios ambientales, para así disponer una partida presupuestal anual que logre adquirir predios que tienen un valor ambiental estratégico desde el año 2018.
Uno de los principales cambios es la importancia de preservar y restaurar todos los ecosistemas estratégicos de Bucaramanga y su área metropolitana, es no limitar la protección solo al ecosistema estratégico del agua; pues la participación ciudadana como inclusión y protección a los campesinos, es una relación que debe consolidarse en la estructura ecológica principal que deben desarrollar los Planes de Ordenamiento Territorial (POT), junto con el Plan de Desarrollo.
En lo que respecta a la ‘Ciudad Bonita’, en los últimos meses ha presentado un índice en ascenso de contaminación ambiental en el aire y polución, según estudios adelantados por las autoridades ambientales y municipales, señalando que las consecuencias pueden repercutir en serios perjuicios para la población y la salubridad pública, debido a las crecientes enfermedades respiratorias.
Urge la política ambiental en la Ciudad Bonita en aras de garantizar en la proxima década (como mínimo) medidas puntuales administrativas, a fin de contrarrestar las causas de los problemas ambientales.
Por ello la importancia de exhortar a los mandatarios municipales, especialmente en el área metropolitana, enfocar una de sus líneas de sus planes de desarrollo, iniciar políticas públicas que garanticen y promuevan acciones eficientes y coherentes, identificando los puntos más críticos, contrarrestándolo con la formulación de una metodología de trabajo como carta de navegación para el manejo, cuidado y conservación ambiental, durante los próximos años.
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