Estas elecciones anticipadas, que ocurren cuatro meses después de la repentina dimisión del Primer Ministro, el socialista Antonio Costa, en medio de una investigación por corrupción, vuelven a enfrentar a los dos partidos de centro: el Partido Socialista (PS) y el Partido Socialdemócrata (PSD), que se han alternado en el poder desde el final de una dictadura fascista hace cinco décadas.
En el país más pobre de Europa occidental, que vive una crisis de vivienda y tiene problemas de bajos salarios, mala situación de la sanidad, además corrupción, 10,8 millones de portugueses pueden decidir hoy su futuro y renovar los 230 escaños del Parlamento.
A las 8 de la mañana (0800 GMT) abrieron los colegios electorales y cerrarán a las 7 de la tarde en Portugal continental, una hora más tarde en el archipiélago de las Azores, ya que está en otra zona horaria. Los resultados se esperan hacia medianoche.
Los sondeos dan ventaja a la derecha, pero sin mayorías absolutas, por lo que la ultraderecha podría tener un papel clave, como tercera fuerza más votada.
La situación está así: la Alianza Democrática (AD) de partidos de derecha, que agrupa al PSD de Luis Montenegro y a dos partidos conservadores más pequeños, lidera la mayoría de los sondeos de opinión y ha descartado hasta ahora cualquier acuerdo con los populistas radicales.
Sin embargo, podría tener dificultades para gobernar sin los votos de apoyo del partido Chega, de extrema derecha y que está en tercer lugar en las encuestas, cuyo mensaje antisistema se ha duplicado desde las últimas elecciones de 2022, de la misma manera que sus promesas de acabar la corrupción y su fuerte posición frente a lo que considera una inmigración «excesiva».
Recientemente, no cayeron bien las declaraciones del presidente conservador Marcelo Rebelo de Sousa, quien dijo, al diario Expresso, que haría todo lo posible para impedir que Chega llegara al poder. Sus comentarios fueron criticados puesto que el jefe del Estado tiene el mandato de permanecer neutral.
Del otro lado, Pedro Nuno Santos, líder del PS, tras la dimisión de Costa, podría intentar una repetición de sus antiguas alianzas con el Bloque de Izquierda y los comunistas, que le permitieron gobernar entre 2015 y 2019, si la izquierda combinada consigue más de 115 escaños en el Parlamento de 230 escaños.
Candidatos ejercieron su derecho al voto
El primero en votar fue Montenegro, líder de la coalición de centroderecha Alianza Democrática (AD), en la localidad donde tiene su residencia familiar, Espinho, a casi 300 kilómetros al norte de Lisboa, donde depositó su voto a las 11.10 hora local (misma hora GMT).
«Estoy muy tranquilo, muy optimista, pero con respeto hacia lo que cada uno vaya a expresar», al tiempo que afirmó que su expectativa es que «haya una buena participación» durante esta jornada electoral.
Minutos más tarde, el aspirante socialista, Pedro Nuno Santos, emitió su voto en un centro en la zona de Telheiras, en las afueras de Lisboa, y estuvo acompañado por su hijo, Sebastião.
«Es el día mayor de nuestra democracia», comentó Santos.
Casi todos los candidatos de los partidos con asiento en el Parlamento disuelto en enero pasado habían sufragado ya antes del mediodía, menos André Ventura, ex seminarista de 41 años ahora comentarista deportivo de televisión, quien lidera Chega. Votó, a las 12.20 en el barrio de Parque de Naciones en Lisboa.
Todos los candidatos llamaron a los portugueses a ejercer su derecho al voto, un tema que es importante teniendo en cuenta la tendencia de participación en Portugal, que no suele ser alta en las elecciones: en las legislativas de 2022 el porcentaje fue el 51,42 %.