Según documentos judiciales, los dos hombres acusados de sedición son el editor en jefe de ‘Stand News’, Patrick Lam, y el exeditor Chung Pui-kuein, que ocupó el mismo cargo hasta el pasado noviembre.
Además, los documentos oficiales señalan que las autoridades enjuiciarían a la empresa matriz del diario digital afectado, Best Pencil Limited.
Los casos fueron llevados a la corte de West Kowloon este jueves 30 de diciembre, y a ambos se les negó la libertad bajo fianza.
De ser declarados culpables, podrían enfrentar hasta dos años de prisión y una multa de hasta 5,000 dólares hongkoneses.
«Las dos personas fueron arrestadas ayer por conspiración para publicar información sediciosa, contraviniendo los artículos 9 y 10 de la Ordenanza de Delitos», afirmó la Policía en un comunicado.
Se trata de un estatuto que data de los días de Hong Kong como colonia británica antes de 1997, cuando regresó a manos de China con la promesa de que Beijing mantendría las libertades occidentales acostumbradas por 50 años.
En total, siete personas fueron capturadas el 29 de diciembre, luego de que alrededor de 200 agentes de la Policía llevaran a cabo redadas tanto en la redacción del medio de comunicación, como en las viviendas de algunos de sus trabajadores y exempleados. Operaciones en las que se apoderaron de teléfonos, computadoras y documentos.
Los demás han sido detenidos para ser interrogados, según informó la Policía. Entre ellos, cuatro exmiembros de la junta directiva de Stand News.
La estrella del Pop y activista Denise Ho Wan, exmiembro de la junta directiva y una de las figuras más reconocidas de la disidencia hongkonesa, fue liberada.
Como consecuencia de las redadas y capturas, el medio de noticias en línea cesó sus operaciones, cerró sus redes sociales y despidió a todos sus empleados. Un duro golpe para las últimas voces abiertamente críticas a las autoridades chinas que han aumentado su control sobre a la isla semiautónoma.
La represión contra la prensa y activistas se ha visto exacerbada luego de la entrada en vigencia de la ley de seguridad nacional, aprobada el 30 de junio de 2020, que otorga amplias facultades a Beijing para reprimir una variedad de crímenes políticos, entre ellos el separatismo y la colusión. Es considerada una forma de acabar con la oposición al gobernante Partido Comunista en la antigua colonia británica.
Exigen respeto por la libertad de prensa
El secretario de Estado de EE. UU., Anthony Blinken, criticó los arrestos y aseguró que, al silenciar a los medios de comunicación, las autoridades chinas y locales socavan la “credibilidad y viabilidad de Hong Kong.
“Un gobierno seguro que no le teme a la verdad abraza una prensa libre”, dijo Blinken, quien pidió a las autoridades que liberen a los periodistas y dejen de atacar a los medios de comunicación independientes.
El jefe de la diplomacia estadounidense agregó que “la libertad de expresión, incluida la libertad de los medios de comunicación, y el acceso a la información proporcionada por medios independientes son fundamentales para sociedades prósperas y seguras. Estas libertades permitieron que Hong Kong floreciera como un centro global para las finanzas, el comercio, la educación y la cultura”.
En Canadá, la ministra de Relaciones Exteriores, Melanie Joly, también denunció las detenciones y señaló que uno de los periodistas arrestados es también ciudadano canadiense nacido en Hong Kong.
Un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Alemania indicó que los acontecimientos mostraron que «hay una erosión constante del pluralismo, la libertad de opinión y la libertad de prensa en Hong Kong, especialmente desde que entró en vigor esta ley de seguridad nacional».
China defienden los arrestos
Horas antes, la líder del Ejecutivo de Hong Kong, Carrie Lam, justificó tanto las redadas como los arrestos contra los comunicadores, al sostener que fueron acciones policiales, que no estuvieron dirigidas contra la industria de los medios de información.
«Estas acciones no tienen nada que ver con la supuesta supresión de la libertad de prensa», dijo.
Ante los reclamos de Occidente por su liberación, Lam respondió que: «Debe quedar muy claro qué es informar noticias y qué son actos o actividades sediciosos para socavar la seguridad nacional».
Este es el segundo medio de comunicación que recientemente se ve forzado a cerrar en Hong Kong, luego de capturas a reporteros y directores, y el congelamiento de sus activos.
Beijing refutó la postura estadounidense y contratacó con críticas por la petición de extradición del fundador de Wikileaks, Julian Assange, tras publicarun paquete de 500.000 archivos secretos sobre las campañas militares de EE. UU. en Irak y Afganistán, donde se expuso decenas de irregularidades, crímenes y excesos.
«Si el gobierno de Estados Unidos no le teme a la verdad y tiene confianza, ¿por qué busca la extradición de (Julian) Assange? ¿Por qué no trató a (Edward) Snowden como un denunciante? EE. UU. Debería abandonar la hipocresía y la doble moral y dejar de interferir en los asuntos internos de China, en nombre de la libertad», cuestionó el vocero de la Cancillería china, Zhao Lijian.
El enfrentamiento no cesa y en medio de las críticas por la cohesión a la democracia, Estados Unidos también sancionó a cinco funcionarios chinos con sede en Hong Kong tras las elecciones del consejo legislativo en la ciudad a principios de este mes, por reducir la autonomía y las libertades de Hong Kong.
Pero el Gobierno chino se resiste a los llamados internacionales para respetar la libertad de prensa y el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Zhao Lijian, sostuvo en las últimas horas que su país responderá imponiendo contramedidas a cinco estadounidenses, incluido el exsecretario de Comercio, Wilbur Ross, y la presidenta de la Comisión de Revisión Económica y de Seguridad de Estados Unidos y China, Carolyn Bartholomew.