Tras conocerse los vídeos y fotografías revelados por la revista Semana, que dan cuenta de una «exótica fiesta» que se habría presentado en el pabellón de extraditables de la cárcel La Picota de Bogotá, las autoridades iniciaron una investigación, orientada a determinar posibles hechos de corrupción que involucraría tanto a las directivas del centro de reclusión, como a guardianes del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec).
De acuerdo con los vídeos y las imágenes fotográficas que se conocieron, en el festejo que se habría dado en el marco de las festividades de la virgen de las Mercedes, además de agrupaciones musicales se incluyeron licores importados, cigarrillos y juegos de azar, productos que se investiga si fueron ingresados con la complicidad de algunos guardianes del penal.
Las autoridades iniciaron una investigación, orientada a determinar posibles hechos de corrupción que involucraría tanto a las directivas del centro de reclusión ,como a guardianes del Inpec.
Ante las denuncias, el líder del sindicato del Inpec, Oscar Robayo, aseguró que es necesario que se de una investigación profunda para determinar si hay responsabilidad de los guardianes en las irregularidades que se habrían podido presentar en el marco del festejo.
Frente a los hechos, Robayo aclaró que la presencia de agrupaciones musicales es común, en los días de festejo de la virgen de las Mercedes, una imagen religiosa venerada por los reclusos en las diferentes cárceles del país.
«Lo que no está bien y que debe ser investigado, es el ingreso de bebidas embriagantes, cigarrillos y otros elementos que quedaron registrados en los vídeos», señaló el líder sindical y aseguró que particularmente «en la cárcel La Picota hace falta una administración penitenciaria real, esta ha sido administrada por retirados de la Policía que no han podido dar un manejo adecuado a este centro».
Sumado a ello, el vocero del sindicato pidió que las autoridades competentes indaguen los hechos y que el Inpec realice una investigación disciplinaria para determinar responsabilidades al interior del Instituto Penitenciario.
«Es urgente que se den contrataciones óptimas, por parte de la unidad de servicios penitenciarios, para tener los elementos de control necesarios que eviten que se repitan este tipo de situaciones, que se den medios de vigilancia electrónicos como cámaras, sensores, circuitos de televisión y todos esos elementos», destacó el vocero al tiempo que aseguró que se espera que se tomen medidas administrativas y disciplinarias y que se den las sanciones que sean necesarias frente a los hechos denunciados.
Por último Robayo responsabilizó a los directivos de La Picota a quienes señaló por no hacer bien su gestión, ya que según destacó, muchas de estas falencias son por causas de decisiones administrativas erróneas.
El ministro de justicia, Néstor Osuna, anunció el cambio de director de la cárcel La Picota, tras el hallazgo de más de 100 celulares y licor al interior de las celtas del pabellón de extraditables.
A través de su cuenta de Twitter, Osuna sostuvo que “las cárceles no son clubes de recreo y en aquellos centros donde el Inpec no pueda mantener el control, habrá cambio como ocurrió en La Picota”.
«No nos confundamos (…) las cárceles no son lugares de recreo, no vamos a permitir la ilegalidad, la corrupción o la violación del régimen penitenciario», añadió Osuna.
Así las cosas, el ministro designó al dragoneante Horacio Bustamante Reyes, como nuevo director de La Picota, donde se esperan mantener los operativos sorpresa y regular cualquier elemento prohibido en el penal.
Bustamante Reyes es administrador público y lleva 27 años al servicio del Inpec. En la actualidad es el director de la cárcel de mediana seguridad de Manizales, «considerado el mejor de la región del viejo Caldas», expuso la cartera de justicia.
Las declaraciones del jefe de cartera de Justicia, se dan luego de una reunión que sostuvo con el director del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec), coronel Daniel Fernando Gutiérrez ante las votos y videos de revelados por la revista Semana, que dan cuenta de una «exótica fiesta» que se habría presentado en el pabellón de extraditables de la cárcel La Picota de Bogotá.