El expresidente de Ucrania, Petró Poroshenko, aterrizó en el aeropuerto Sikorsky de Kiev en un vuelo procedente de Varsovia a las 07:10 de la mañana de este lunes 17 de enero. Esto a pesar de las amenazas de arresto por alta traición, un caso que, según él, fue inventado por aliados de su sucesor Volodímir Zelenski para «desviar la atención» de los problemas reales de Ucrania.
A su llegada, los guardias de migraciones retuvieron su pasaporte por unos minutos, una acción que llevó al exmandatario a acusar a los agentes de obstaculizar su entrada al país.
Poroshenko fue recibido por entre 3.000 y 5.000 personas. Algunas alzaron pancartas en las que se leía «necesitamos democracia» o «el país necesita a ‘Porokh'» (apodo de Poroshenko).
Por su parte, Tetiana Sapyan, portavoz de la Oficina Estatal de Investigaciones (DBR), reveló que al exmandatario de 56 años se le había entregado una citación para comparecer ante un tribunal más tarde el lunes, donde se determinaría si es puesto en prisión preventiva o no.
«Sin embargo, Petró Poroshenko se negó a recibir documentos procesales, ignoró los requisitos legales del investigador y, al mismo tiempo, las personas que estaban con él realizaron resistencia física, lo que quedó registrado en grabaciones de video», explicó Sapyan en una sesión informativa.
Para Poroshenko, las autoridades le «tienen mucho miedo» a la oposición.
“Dirigieron todos sus esfuerzos no hacia la protección del Estado contra el agresor (ruso), sino hacia la lucha contra la oposición”, acusó en referencia a la reciente acumulación de uniformados rusos en la frontera de Ucrania, algo que Occidente ve como un ataque híbrido.
¿De qué se investiga a Poroshenko?
Las autoridades ucranianas acusan a Poroshenko de alta traición por un caso relacionado con la compra de carbón en Donetsk y Lugansk, territorios de las repúblicas separatistas.
También, el expresidente es sospechoso de haber facilitado la compra de carbón a empresas prorrusas que están en guerra con Kiev.
Estos acontecimientos se habrían dado entre 2014 y 2015, cuando Poroshenko era mandatario de Ucrania. Las ventas están valorizadas en unos 48 millones de euros. En caso de ser hallado culpable, podría recibir una condena de hasta 15 años de prisión.
Pero el magnate considera la acusación «políticamente motivada» y ha asegurado que no permitirá que lo metan preso.
Sin embargo, a principios de este mes, un tribunal de Kiev ordenó la incautación de todos los activos y propiedades del expresidente ucraniano. Poroshenko es dueño de una gran empresa de confitería y dos canales de televisión, entre otras propiedades.
Este enfrentamiento se da en un momento en el que Rusia ha acumulado más de 100.000 soldados en la frontera de Ucrania, algo que Occidente ve como un posible ataque al país vecino.
Sin embargo, el conflicto ruso-ucraniano se remonta al año 2014, cuando Moscú se anexó la península de Crimea.
En efecto, muchos ucranianos toman la cooperación con los separatistas prorrusos como alta traición.