Por: Jesús Heraldo Rueda Suárez/ Los estados de ánimo son contagiosos y tóxicos como una enfermedad infecciosa, muy a menudo los perdedores son los artífices de su propia desgracia y por lo regular terminan trasmitiéndola, ahora bien, existen personas que han sido golpeadas por la vida debido a circunstancias incontrolables, ellas merecen toda la ayuda, la simpatía y el apoyo que podamos brindarles.
Pero hay otros que atraen sus desgracias a través de sus actos destructivos y su perturbador efecto sobre los demás. Es más considero que sería magnífico el también poder ayudarlos a levantar cabeza, a modificar sus esquemas de comportamiento, pero debemos tener especial cuidado, dado que este tipo de personas por sus esquemas destructivos, terminan por meterse dentro de nosotros y cambiarnos; la razón es simple el ser humano es muy susceptible a los humores, a las emociones, e incluso a la forma de pensar y actuar de aquellas personas con las que comparte su tiempo, por ello sin abandonar el espíritu altruista, debemos mantenernos alerta cuando intentamos ayudar a esas personas, procuremos siempre rodearnos de gente buena.
Existe gente que en su diario vivir tiene creencias que todo es malo, que son de malas, y siempre conjugan sus vidas y las de los demás con esquemas grises, debemos tener presente que todo lo que somos es producto en gran parte de lo que tenemos dentro, por lo general los individuos desequilibrados, negativos, e infelices tienen una capacidad grande para contagiarnos, su toxicidad es muy contagiosa gracias a la extrema intensidad de sus emociones, siempre se presentan como víctimas y antes de que uno se pueda dar cuenta de la verdadera naturaleza de sus problemas ya hemos sido contagiados por ellos.
Tengamos presente que corremos muchos riesgos al interactuar con personas contagiosas de negativismo, vamos a perder un tiempo valioso y mucha energía, existen muchas clases de personas toxicas de las que hay que prevenirse, el más virulento es ese personaje que sufre de insatisfacción crónica, recordemos a Casio, ese magistrado romano que conspiró contra Julio Cesar, el padecía de esa insatisfacción que proviene de la envidia, simplemente no soportaba la presencia de alguien más talentoso que él, por ello Julio Cesar no le confirió el cargo de primer magistrado nombrando en cambio a Bruto, ah pero Casio por esa intensidad motivada por la envidia insistió, rumio y rumio hasta que convenció a Bruto para la conspiración, siendo el comienzo de una gran tragedia, cuantas desgracias habrían podido evitarse si Bruto hubiese aprendido a temer la fuerza contagiosa de las personas toxicas como Casio, ¿cuántos Casios hay en nuestras vidas?
Un Casio puede envolvernos con sus confidencias y la complejidad de sus sentimientos, debemos identificar esos Casios y alejarnos de ellos Inmediatamente, son fáciles de identificar, basta mirar las desgracias que atraen sobre si mismos, por su larga lista de relaciones fracasadas, la inestabilidad de su vida, tome estas y otras señales como advertencia de que esta frente a una persona toxica, altamente contagiosa, no le debemos tener lastima, no debemos enredarnos tratando de ayudarlos, la persona toxica no cambiará y sí quedaremos atrapados, recordemos que un virus penetra por nuestros poros sin advertencia previa y se esparce lenta y silenciosamente y antes de que podamos darnos cuenta la infección nos ha invadido por completo.
Ahora la otra cara del contagio es igualmente valida, hay personas que atraen la felicidad, que irradian alegría, optimismo, por su buena disposición, su euforia natural, su inteligencia, pues estas personas constituyen una fuente de placer, de alegría, de entusiasmo con ellas debemos asociarnos para compartir la prosperidad que ellas convocan, he admirado siempre a Napoleón, si bien él era de origen campesino de una familia humilde de Córcega, poco gentil, taciturno y hasta violento, pero, ¿qué hizo Napoleón? se acercó a Talleyrand su ministro quien provenía de una familia noble y aristocrática de buenos modales, por ello el trataba siempre de tenerlo a su lado y no cabe duda que Napoleón cambio a lo largo de su gobierno muchas de sus asperezas.
Utilicemos el aspecto positivo de la osmosis emocional, identifiquemos nuestras debilidades y unámonos a personas que tengan esas cualidades que no tenemos, no nos asociemos con personas que comparten nuestros defectos, todos los tenemos, ejemplo si somos taciturnos unámonos a personas alegres, si somos avaros, mezquinos por naturaleza, juntémonos con personas generosas ellos nos contagiaran.
Aprendamos a reconocer la buena fortuna a fin de poder elegirla como compañera; y a los desafortunados, para evitarlos, el infortunio suele ser culpa de la necedad y quienes la padecen son súper contagiosos, no ganamos nada asociándonos con quienes solo contagian miserias y desgracias, en cambio acercándonos a los ganadores, a los optimistas, a los alegres ganaremos poder y buen vivir.
Cuando se trata de personas negativas las hay de diferentes rasgos y hábitos, está la persona muy celosa este tipo de persona ve a todo el mundo como una amenaza, y no se detendrá ante nada ni nadie para hacerse ver superior al resto, está ese buscador de problemas, es la persona que siempre encuentra problemas en todo y con todos siempre le vamos a escuchar frases como “eso nunca va a funcionar” esa es su frase favorita, que te soltará ipso-facto en cuanto te acerques con una solución, una idea o una meta, así mismo ese sabelotodo esta persona cree y piensa que no puede equivocarse en nada y suele ser rápido en señalar los errores o defectos de los demás, siempre tienen la razón, y son los demás los que están siempre equivocados, está ese criticador que además estos son crónicos, sé que a nadie nos gusta ser juzgados, pero a este tipo de personas negativas les da igual, ya que se pasan todo el día y toda su vida convertidas en jueces siempre ven defectos en todo, y están las víctimas, siempre hay algo malo que les sucede a estas personas, y esperan que estemos ahí siempre para ayudarles a solucionar sus problemas y por lo regular están culpando a los demás de sus males, estas personas negativas sólo se comunican con el resto cuando necesitan algo, en cambio, si necesitamos su ayuda, siempre buscarán una excusa para no ayudarnos porque consideran que nuestro problema es trivial comparado con el suyo.
Las personas negativas nos harán sentir siempre estresados nerviosos e incomodos, regularmente traigo a colación Desiderata que en uno de sus apartes dice “evita a las persona ruidosas y agresivas pues son un fastidio para el espíritu”.
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*Profesional en Mercadeo
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