Por: Carlos Andrés Mahecha/ Se siente que ha bajado la efusividad de varios colombianos frente a las exigencias hacia el gobierno, pues si bien le gobierno ha mostrado una atención e intención espero que sincera hacia lo que los colombianos piden, pues es inevitable seguir con esa parsimonia hacia los asuntos públicos, sociales y políticos que causan la injusticia social y la violencia.
Hoy es claro que la sociedad colombiana es más educada e informada, hacia sea por fake news o por cadenas falas de redes sociales lo que sea, pero no se puede negar que hay un interés, por esto es más difícil que los gobiernos hagan lo que quieran o le que les manden ciertos personajes o grupos exclusivos. Pero también es cierto que aun nos falta una consolidación de criterio y convicción de lo que se quiere, pues seguimos cayendo en la pasión de distractores que siempre son usados para hacer lo que no se debe y no queremos que se haga, pero pues nada es nuestro ADN.
Es indiscutible el no aceptar que el futbol, noticias para tapar otras, escándalos de famosos, el clima entre muchas otras distrae y son el momento perfecto para hacer aquellas diabluras, como proyectos de Ley, reformas, decretos que nada benefician a los colombianos, pero que históricamente pasan en estos momentos, entonces pensando en que aun pasa por desconocimiento, deberíamos estar más y mejor informados.
Es loable que el pueblo se manifieste y exprese la inconformidad, la injusticia a la que han sido sometidos, las oportunidades que quieren tener, la voz de los que no pueden salir a decirlo o la falta de representatividad. Lo que no podemos permitir y debemos cuestionar es que se usen a las personas, las manifestaciones, la protesta o iniciativas a favor o en contra de las mismas para validar intereses particulares de ciertos individuos o grupos con intereses perversos como el populismo político, el mantenimiento de la clase dirigente parasita, narcotráfico, en fin.
Esto lo digo porque es una realidad, esto pasa en Colombia que los objetivos reales de los que protestan y los que están en contra de la protesta muchas veces son mandaderos de intereses perversos, y ojo los mandaderos no solamente son los que salen a la calle, muchas veces son aquellos famosos, políticos, presidentes, empresarios, en fin.
No perdamos el impulso del cambio por esas pasiones pasajeras, seamos más contantes y serios con la información que consumimos y replicamos, estemos atentos a no caer en el juego de los que tienen mal este país, no confundamos la inconformidad con la violencia pues es lo que menos necesitamos, pero, sobre todo, no dejemos que esta envión de unidad y sensatez se nos acabe y quede como uno más, que el resultado, que la meta sean cambios significativos, estables y beneficiosos para todos.
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*Administrador Público y Especialista en Desarrollo Social.
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