En una decisión que refleja la sencillez y humildad que caracterizó su pontificado, el Papa Francisco dejó por escrito sus últimas voluntades, confirmando su deseo de ser enterrado en la Basílica de Santa María La Mayor en Roma, un lugar de profundo significado personal y espiritual para él. La publicación de su testamento coincidió con el traslado simbólico de su cuerpo a la capilla de la Casa Santa Marta, su residencia en el Vaticano.
Firmado el 29 de junio, el documento manifiesta la intención del Santo Padre de tener una sepultura sobria, sin ornamentos ni detalles adicionales. El Papa especificó que su tumba deberá estar sobre la tierra y marcada únicamente con su nombre papal en latín: Franciscus. No deseaba que se añadieran fechas ni referencias a su pontificado.
Francisco explicó que su elección se debió a la especial devoción que siempre tuvo por la Virgen María. “Mi vida y mi ministerio sacerdotal los he confiado siempre a la Madre de nuestro Señor”, escribió. Por ello, pidió que sus restos descansaran “esperando la Resurrección” en la basílica donde, tradicionalmente, rezaba antes y después de cada viaje apostólico.

Benefactor pagará su entierro
El testamento también reveló que el Papa no quería que la Santa Sede asumiera el costo de su sepultura. Según explicó, los gastos serán cubiertos con una suma donada por un benefactor, cuyo nombre no se menciona y que ya habría sido entregada.
En su despedida, el Papa Francisco dejó un mensaje de gratitud y esperanza. Pidió a Dios que bendiga a quienes lo quisieron y seguirán orando por él, y ofreció el sufrimiento de la última etapa de su vida como ofrenda “por la paz del mundo y la fraternidad entre los pueblos”.
APN Noticias