Orlando Arciniegas un verdadero hombre que en las alegrías se portaba como un infante, en las adversidades un experimentado ser, su sonrisa fue siempre su dialecto universal.
Por: Luis Alfredo Bonza Forero/ “Cuando un amigo se va queda un espacio vacío”, dice un exegesis musical. Al sentarme frente al computador con sentimiento de congoja por la expiración de un gran amigo con más de 45 años de sincera amistad, escribí este honroso breviario para referirme a la partida de este mundo al paraíso celestial, del empresario Orlando Arciniegas a quien cariñosamente le decíamos “Ora”, en una concisión de aprecio, amistad, lealtad, profesada a un varón de visión y desarrollo prolífero, porque si una maquina lograba hacer el trabajo de 50 hombres corrientes, no existe maquina alguna que pudiese hacer el trabajo de un hombre extraordinario como “Ora”.
Orlando Arciniegas un verdadero hombre que en las alegrías se portaba como un infante, en las adversidades un experimentado ser, su sonrisa fue siempre su dialecto universal, lo rodeaba como persona inteligente, siempre espero lo que la suerte le podía conceder, gracias a Dios, Orlando siempre irradió su ayuda humanitaria, social, generosa, nunca aparto a sus amigos incontables, por ello la nombradía de “Ora” siempre transitó por el espacio que él quiso, porque era portador de un don casta, que lo identificó junto con su amada familia, hoy su ausencia denota tristeza pero sus enseñanzas existen vivas.
Nos hizo encontrar con Orlando Arciniegas, su connotado liderazgo en los sectores menos favorecidos de la ciudad, porto su liderato hasta el día que se nos adelantó en el camino por mandato divino, gracias a nuestro padre celestial se cruzó en su senda la señora Mariela Rodríguez, su esposa a quien amo hasta el día triste de su perpetua partida, su señora fue el soporte en su hogar, laboraron con Ora en su Droguería 1 cerca al hospital en otrora Ramón González Valencia, se encontraron dos energías positivas para posicionar una acreditada empresa consagrada a la venta de medicamentos de alta calidad.
Pasado el instante luctuoso la señora Mariela Rodríguez, su hija Heydi, sus hijos Freddy e Ulises, sus dos adoradas nietas, los dos hermosos nietos su orgullo, reciben un legado y maravilloso ejemplo de su actuar, su gallardía agradada por quien todo lo puede, hoy Ora le acompaña en su inmenso valle divino, a lo mejor los días fueron iguales para un reloj, pero no para Orlando Arciniegas por su responsabilidad sentida, quien colocando piedra una sobre otra, contribuyo a edificar el futuro de su proyecto hecho realidad, porque la familia Arciniegas Rodríguez siempre pensaron en un futuro promisorio.
Ojala quienes fuimos sus amigos le hubiésemos mostrado nuestra amistad de corazón, al colofón de esta epístola, expresar a la señora Mariela Rodríguez de Arciniegas, sus hijos Freddy Arciniegas Rodríguez su esposa, hijos; su hija Heidy Arciniegas Rodríguez, su esposo el arquitecto Fabián Oviedo e hijos; Ulises Arciniegas Rodríguez y su consorte, digna prole, familiares, quienes tienen vínculos con tan digna familia Arciniegas Rodríguez, nuestra triste genuflexión de pesar por la partida de Orlando Arciniegas, a su nueva vida celeste al lado del Todopoderoso que seguirá orientando a la entristecida y noble estirpe.
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*Periodista
Twitter: @BonzaForero