Por: Claudia Acevedo/ Existe un estereotipo de que las mujeres tenemos un gran instinto maternal, que nacimos para ser mamás, pero la verdad es que no todas tienen este instinto, o no todas quieren ser madres, la maternidad no es únicamente una cuestión fisiológica, sino que también está determinada por otros factores.
El no contar con buenas condiciones económicas para sostenerse y mantener un hijo, el tener un deseo profundo de querer crecer a nivel profesional y posponer el ser madre, el miedo a tener un hijo y no ser un buen padre, miedo a renunciar a la libertad y comodidad sin obligaciones familiares, miedo a tener un hijo y por compromiso o trabajos no poderle dedicar tiempo y dejarlo con otras personas a su cuidado. Estos son algunos de los aspectos que pueden disminuir el deseo de una mujer de convertirse en madre. De hecho, en los últimos años ha surgido una nueva tendencia acuñada con el término “chidfree” (sin hijos por elección). Se trata de parejas que, en cierto momento de sus vidas, han decidido no tener hijos.
En la actualidad quieres a alguien, te enamoras de él, te entregas en cuerpo y alma y deciden formar una relación después de un tiempo de noviazgo deciden vivir juntos, conocer como es convivir, pero también dejan claro que tener hijos es una responsabilidad y compromiso, por tanto, deciden vivir en una unión marital de hecho y tomarse un tiempo para vivir como pareja y posponer el tener un hijo así estos enamorados hablen en algunos momentos de los nombres de sus futuros hijos, pero en definitiva dicen aún no es tiempo somos jóvenes y debemos disfrutar de la vida un poco más.
Cuando una mujer se está acercando a los treinta y siempre ha deseado tener hijos piensa que aún falta por cumplir metas en su vida ya sea a nivel laboral o a nivel profesional, pero aun así piensa que si tiene un hijo después de los treinta puede ser una mama vieja, e incluso comienza a cuestionarse la posibilidad de ser madre. También hay mujeres llegan a los treinta y no siente la necesidad ni el deseo de tener hijos o casarse o iniciar un hogar, porque se sienten bien con lo que han logrado, no creen en ese imaginario de tener hijos para que nos cuiden cuando seamos ancianos.
Después de los treinta es normal que surjan emociones tanto positivas como negativas en la idea de ser mama, por una parte, se da la presión social al ver que varias de tus amigas ya están casadas o ya tienen hijos y te preguntan “y tú para cuando, si se ve que te gustan los niños, podrías ser una buena madre”, también nuestros familiares cuando preguntan constantemente cuándo llegará el bebé, si tienes una pareja estable. Además, el reloj biológico también comienza a presionar, ya que todas sabemos que después de los 40 años disminuyen las probabilidades de concebir y aumentan los riesgos asociados al embarazo como la preclamsia, abortos espontáneos, partos por cesáreas, la diabetes gestacional, placenta previa y el riesgo de hemorragias preparto.
Como mujeres querer tener un hijo es una decisión importante por tanto muchas mujeres aspiran tener una estabilidad laboral para poder brindarle una buena educación y manutención a su futuro hijo, otras mujeres, otras no desean abandonar su desarrollo y crecimiento en el ámbito profesional para enfrascarse en el cuidado de un bebé, ten en cuenta que un hijo no te ata o no te limita, quizás tengas que posponer mientras la crianza de los primeros años tus estudios pero podrás retomarlos luego, también hay otras mujeres quienes se preguntan si están capacitadas para cuidar y educar a un niño. Estos sentimientos encontrados les hacen dudar y entra en un dilema.
Para que puedas decidir si quieres ser madre o no, si serás una buena madre o no, debes preguntarte si realmente quieres ser madre o te sientes presionada por las personas que te rodean, como tu pareja, padres o amigos, o por el estereotipo social que debes ser madre, piénsalo bien es tu decisión no de otros, tomate tu tiempo, pero si te sientes presionada, no tomes decisiones porque te dijeron que te dejo el tren y no podrás ser madre.
Analiza si estas dispuesta a dejar a un lado tus estudios profesionales para dedicarle tiempo a ese hijo, o si dejarías de trabajar la mayor parte del día, trabajo con el cual obtienes ese buen sueldo con el cual estas acostumbrada a vivir bien, porque un hijo requiere de responsabilidad y compromiso. Es cierto que cuando una mujer queda en embarazo las más felices son las futuras abuelas las cuales se ofrecen a cuidar a su futuro nieto, con la ayuda de la abuela materna o paterna podemos apoyarnos para el cuidado, pero es importante tener presente que el bebé necesita que su madre pase tiempo con él y esto limitará el tiempo que puedes dedicarle al trabajo o estudios, al menos durante los primeros años de vida. Y sobre todo no olvidar la importancia de crear y mantener el vínculo de madre e hijo.
Revisa y piénsalo dos veces si estas preparada para tener un cambio en el estilo de vida porque al tener un hijo cambias hasta en tu forma de vestir, porque una madre tiene un trabajo de cuidado y amor de 24 horas sobre todo los primeros meses de vida del niño, durante este tiempo seguramente tendrás que limitar tus salidas sociales y tu vida dará un vuelco de 180 grados, dormir menos, llevar una maleta con ropa extra para el bebe, pero no olvidemos que la llegada de un hijo cambia la relación amorosa , porque los padres deben cuidar del niño no es un favor que el padre cuida de este, las relaciones sexuales no son tan a menudo como antes, lo importante es que exista un diálogo entre la pareja manteniendo una confianza y comunicación asertiva. Recordemos que los momentos en los que la pareja está en crisis no son los mejores para tener un niño, y menos con la esperanza de que la llegada del bebé resolverá los problemas de pareja. Que mejor que planear tener un hijo con tu pareja eso si teniendo en cuenta que es un acuerdo entre los dos.
Ten en cuenta al momento de tener un hijo o decidir tenerlo si cuentas con las condiciones económicas y el apoyo social necesario para enfrentar la llegada de un bebé, dado que no es fácil mantener un hijo si no cuentas con cierta estabilidad económica y con personas que puedan darte una mano cuando más lo necesites, no solo en prestar dinero si no lo tienes, en contar con amigos que te escuchen cuando tengas un problema.
Por último, pregúntate si estás preparada desde el punto de vista emocional para criar a un niño, porque esta gran labor demanda una gran dosis de paciencia, ser capaz de comunicar de manera asertiva, generar un vínculo, implantar la norma, saber dar cariño. Al principio de la maternidad parece una tarea difícil, pero se aprenderá durante el tiempo, no hay un papá o una mamá perfecta, pero si una madre que aprende de las vivencias y también enseña lo bueno y no tan bueno de la vida. Para algunas mujeres criar a un niño puede llegar a ser una experiencia altamente estresante que genera elevados niveles de ansiedad y depresión. Incluso el miedo al no ser una buena madre puede provocar una depresión posparto, es normal sentir miedo, pero no que este se apodere de nosotros y de nuestros pensamientos y genere cambios en nuestra conducta lo cual provoque una patología, Eso no significa que no debas tener hijos, pero sí que deberías trabajar estos aspectos con la ayuda de un psicólogo para poder vivir la maternidad de una forma más satisfactoria y ofrecerle a tu hijo lo mejor de ti. Y si no es tu deseo tener hijos no te sientas mal o no dejes que eso te haga sentir menos, recuerda siempre que es tu decisión no de otros.
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*Psicóloga y Co-fundadora de la LICMA Liga del Conocimiento y Salud Mental.
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