Por: Ruth Stella Catalina Muñoz Serano/ Mucho se ha escuchado y leído acerca de los hábitos, de la forma en que los instauramos en nuestro cuerpo, y como una simple palabra o expresión puede convertirse en un hecho; es complejo porque incluso estamos acostumbrados a pensar sobre nosotros mismos sobre lo que vamos a lograr algún día o cómo me han escuchado mis estudiantes decirles en clase “ el ser alguien en la vida” para cuando pueda lograr tener dinero, para cuando pueda lograr tener un trabajo digno o para cuando logre tener una familia, nos hemos quedado soñando bajito; bueno, no digo que soñar es malo, no lo es, soñar aunque suene un poco dicotómico, nos permite estar conectados con nuestro presente, con esas realidades que sólo nosotros conocemos.
Pero solamente hay un, pero, que nada justifica tener un mal hábito y aun así los tenemos y lo justificamos, por supuesto por ejemplo para quienes no podemos consumir azúcar porque nuestro cuerpo no lo procesa bien, nos excusamos con la expresión “una vez al año, no hace daño” y resulta que sí hace daño.
Lo mismo con esos pecaditos o antojos y demás que no debemos consumir pero que los usamos para darnos premios, sucede con muchas cosas de la vida, aplica para un nuevo trabajo, un nuevo semestre académico o las elecciones presidenciales, etc.
Un mal hábito puede ser que sigamos aceptando los gobernantes que tenemos y sigamos creyendo que estamos en un estado social de derecho, cuando en realidad sabemos que no es así y tendríamos que recurrir a estudios para comprobarlo, pero, la realidad es la que nos muestra en qué punto de negación social política e incluso emocional nos encontramos como sociedad.
Ustedes que me leen saben que lo he dicho y lo he escrito muchas veces, la responsabilidad siempre es de otros, por olvidamos de nuestra propia responsabilidad, ahí es donde se crean esos hábitos, lastimosamente y aunque los justifiquemos en el fondo sabemos que no están bien, entonces, ¿será un mal hábito aceptar por necesidad algunas cosas? y ustedes saben a qué me refiero, o ¿será un mal hábito negar las capacidades de otra persona porque puede hacer algo que yo?
Hay muchos malos hábitos que tenemos instaurados en nuestra vida, por los cuales hemos aceptado que está bien que nuestra ética y moral sea definida por agentes externos a nuestra propia vida o incluso que esté bien que aceptemos que la responsabilidad de nuestro presente y pensando en lo que viene, en lo que queremos ser, pero no dimensionamos que es el presente el que nos lleva al futuro y que esos malos hábitos que hemos adquirido en el hoy, son los problemas del mañana.
Por eso es importante tener los pies puestos en la tierra, para ser más claros, pero nosotros seguimos justificando cualquier mala acción y mal hábito, porque “pobrecito no tuvo oportunidades” o “porque es que él le dio trabajo” o “porque él nos prometió”; muchas han sido las razones por las que hemos aceptado tener malos hábitos en nuestra vida el problema aquí no sólo es haberlos aceptado el problema fue cuando nos dimos cuenta y no hicimos nada.
No justifiques perdón, no justifiquemos, ningún mal hábito, ser parte del cambio es responsabilidad de todos, aunque suene como a frase de cajón.
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*Docente, Psicóloga (UNAD), Especialista en Gerencia de Proyectos (Uniminuto), Maestrante en Psicología comunitaria (UNAD).
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