Por: Diego Ruiz Thorrens/ Si existe un conjunto de temas que insistiré hasta el cansancio que debemos trabajar con todos los jóvenes adolescentes y abordar urgentemente como sociedad son aquellos que comprenden la dimensión de la salud sexual y reproductiva (sexo, sexualidad, placer, consentimiento, etc.) de manera abierta, sin tapujos ni barreras. A esto, debemos sumar el análisis de los peligros que representan algunas redes sociales (Facebook, Instagram, Tiktok, Twitter, etc.) y su impacto en la cosmovisión que tenemos del sexo y la sexualidad. Este ejercicio (hablar de manera franca y abierta) tiene como fin evitar caer en la desinformación y en los vacíos que generan más daños que beneficios. Insisto: hay que romper con la desinformación y los imaginarios culturales que continúan existiendo sobre la sexualidad, y que potencian muchísimo más el machismo, la validación de la violencia contra la mujer y hasta el feminicidio.
Abordar abiertamente este dialogo ayuda a forjar mejores relaciones humanas, y aquí el rol de los llamados lideres ‘pares’ cobra vital importancia. En la realidad, muchos adolescentes (al igual que muchas personas) nos sentirnos más seguros y en mayor confianza conversando con alguien que identifiquemos en un mismo nivel de igualdad. Esto nos permite alcanzar mayor comodidad y seguridad en el dialogo, liberándonos de toda preocupación, señalamiento o presión por el qué dirán.
El encabezado del presente artículo está inspirado en “El triunfo de la estupidez”, título del vídeo del “youtuber” español Moi Camacho (cuyo nombre es Moisés), creado como respuesta ante un suceso que sacude por estos días a toda España, escándalo que involucra a un joven influenciador de tan solo 19 años y sus desafortunadas, machistas, retrógradas y poco inteligentes declaraciones sobre el sexo y la sexualidad. Sus opiniones han sido compartidas miles de veces en redes sociales y en ellas claramente se burla de la manera más descarada de temas que afectan la salud, la sexualidad, la integridad y la vida de las mujeres, como es el abordaje del consentimiento mutuo en la relación sexual, la violencia contra la mujer y hasta la violación.
En su vídeo, que pueden ver dando clic aquí, Camacho expone lo que está mal con la actual generación de jóvenes influenciadores, principalmente cuando éstos, desde su más clara ignorancia, terminan siendo replicadores y referentes de peligrosas aseveraciones que al final validan la violencia en razón del género, la desinformación científica, etc., gracias a sus “inocentes” opiniones” o pareceres.
Camacho arrecia su crítica recordándonos algunos aspectos que deberían ser evidentes para todos nosotros como sociedad (como la lucha, prevención y reducción de la violencia contra la mujer), pero que en boca de estos influenciadores se vuelven peligrosos dado que muchos de ellos son escuchados por millones de jóvenes en el mundo, gracias a aplicaciones (o Apps) que fácilmente podemos descargar en nuestro celular.
Estos influenciadores, motivados por conquistar mayores números de “me gusta” o likes, parecieran no conocer de límites, y cuando se ven arrinconados por alguna opinión que se sale de proporción, muchas veces en vez de disculparse, terminan por justificar su error, y lo hacen sin el mayor de los sonrojos. Ejemplo: algunas de las barbaridades o afirmaciones que fácilmente podemos escuchar en boca de ellos (y que posteriormente han debido retractarse y “disculparse”) van desde aseverar que “el agua no hidrata sino más bien deshidrata” (¿dónde diablos se había escuchado que el agua deshidrata?); que los tapabocas no sirven para un carajo (porque, según ellos, el Covid no existe); o que, en relación al cuerpo de las mujeres, se puede estar en contra del aborto, pero en pro de la violación. El escándalo en el que está sumergido el reconocido joven influenciador tiene que ver, precisamente, con unas declaraciones devastadoramente peligrosas: “se puede tener sexo con una mujer sin protección y decirle (mentirle) que nada sucederá, porque diré que soy estéril y no va pasar nada”.
La pandemia ocasionada por el Covid–19 obligó a muchos jóvenes a repensar la comunicación con sus pares y aquí es donde las redes sociales y las nuevas tecnologías adquieren una potencial dimensión. Lo sucedido en España también puede, perfectamente, ocurrir aquí. Sí, soy consciente que en un país como el nuestro avanzar en el reconocimiento de los derechos sexuales y reproductivos, la diversidad sexual y los derechos de la mujer no es tarea fácil, dado que seguimos enfrentando todo tipo de obstáculos y encontrando nuevos y mayores contradictores, muchos de ellos que encuentran la libertad sexual como el nuevo enemigo a ser “satanizado”.
Es por ello que si continuamos evitando hablar claramente sobre sexo, sexualidad y placer responsable; sobre violencia de género tanto en relaciones de pareja como en las relaciones sexuales; sobre salud emocional y cómo relacionarnos con nuestro entorno y los demás, las futuras y actuales generaciones de jóvenes adolescentes y jóvenes adultos continuarán buscando y escuchando a éste tipo de influenciador o referente, personas que les valdrá un carajo lo que ocurre con la vida de aquellos que les siguen y/o escuchan, dado que su único (y más importante) interés será que les hagan virales, que compartan sus estupideces… Y cobrar por la promoción de su “marca” o de sus propios contenidos.
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*Estudiante de maestría en derechos humanos y gestión de la transición del posconflicto de la escuela superior de administración pública – ESAP Santander.
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