El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó este viernes 13 de diciembre que se encuentra «en muy buena forma» después de su operación por una hemorragia cerebral, en un mensaje en redes sociales.
“¡No se preocupen, estoy en muy buena forma!”, escribió el mandatario, prometiendo estar “pronto listo para volver a casa y seguir trabajando”.
En el vídeo, el presidente, de 79 años, pasea por un pasillo del hospital de Sao Paulo, con pantalones deportivos, zapatillas deportivas y una camiseta azul, junto a su neurocirujano Marcos Stavale. Un vendaje largo cubre la parte superior de su cabeza
En el mensaje escrito que acompaña el vídeo, agradece «las oraciones y palabras de consuelo» que le enviaron.
Lula da Silva dejó este viernes la unidad de cuidados intensivos del Hospital Sirio-Libanés de Sao Paulo, donde se encontraba tras ser sometido a dos operaciones para tratar un sangrado en el cráneo, ocasionada tras una caída en su residencia a finales de octubre, según apuntó un boletín de sus médicos.
El mandatario se encuentra ahora en cuidados intermedios y —de acuerdo con el centro médico— está «lúcido y orientado». Además, se ha alimentado bien y realizado caminatas por los pasillos del hospital.
El líder izquierdista fue operado el lunes en la noche, en un procedimiento que tomó a los médicos cerca de dos horas para drenar una hemorragia intracraneal después de que se quejara de fuertes dolores de cabeza.
Los médicos lograron con éxito detener el sangrado entre su cerebro y la membrana meníngea, pero el mandatario debió volver a quirófano el jueves, para un segundo procedimiento, que incluyó la embolización (obstrucción) de la arteria meníngea media, con el objetivo de reducir el riesgo de hemorragias futuras.
La previsión de sus médicos es que sea trasladado este viernes a una habitación común del hospital. Se estima que el mandatario será dado de alta el lunes o el martes de la próxima semana.
El dos veces presidente de Brasil podría volver a despachar desde el Palacio presidencial de Planalto, en Brasilia, la próxima semana debido a que no sufrió ninguna secuela en las intervenciones quirúrgicas, aunque sus médicos le han recomendado que mantenga un ritmo de trabajo moderado.
El pasado 19 de octubre, Lula sufrió una caída en el Palacio de la Alvorada, su residencia oficial, en la que se golpeó la parte posterior de la cabeza en el baño y debió recibir cinco puntos de sutura cerca de la nuca. El incidente provocó que cancelara su viaje a Kazán, Rusia, para participar en la Cumbre de los BRICS.
Desde entonces, el mandatario —dos veces presidente de Brasil— ha tenido una abultada agenda en los últimos meses, que incluyó apariciones a distancia en la reunión de los BRICS, pero también la cancelación de viajes y compromisos, como su asistencia a la Cumbre de APEC en Lima en noviembre, que decidió saltarse para enfocar su energía en su participación como anfitrión en la Cumbre del G20, celebrada a finales del mes pasado en Rio de Janeiro.