Por: Hernando Ardila González/ Ucrania es un Estado soberano ubicado en Europa Oriental, con una población de 41.732.779 habitantes y cuya capital es Kiev. Hizo parte de la Unión Soviética (1922-1991), pero en el 16 de julio de 1990, declaró su soberanía estatal.
Ucrania, (se escribe Україна y se dice ukrɑˈjinɑ), significa “nuestro país o país nativo”, por estos días tiene los ojos del mundo encima y los ejércitos y sus cañones en máxima alerta a “buena” cuenta de intereses geoestratégicos de Rusia, su antigua compañera territorial y Estados Unidos incrustado en la OTAN, organización internacional de carácter político y militar, que dice “garantizar la libertad y la seguridad” de sus miembros a través de medios políticos y militares y que actualmente, cuenta con treinta países miembros: Albania, Alemania, Bélgica, Bulgaria, Canadá, República Checa, Croacia, Dinamarca, Estados Unidos, Estonia, Eslovaquia, Eslovenia, España, Francia, Grecia, Hungría, Islandia, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Montenegro, Noruega, Holanda, Polonia, Portugal; ya les diré cuál es el 30.
Ustedes ya se preguntarán por qué el autor de esta columna nos trae a colación un país y un conflicto de tan lejana latitud, tienen razón en cuanto de mí se conoce que he sido radical en mi postura consistente en que cada pueblo soberanamente se labra su propia desgracia o su prosperidad y que las naciones todas deben ser respetuosas de los modelos que cada país se dé, como quiera que esa suerte de laboratorio que son los modos de producción o sistemas, le van permitiendo a la humanidad que en paz y con justicia, vaya encontrando el camino hacia el modelo económico, político y social, que haga posible el desarrollo pleno del fin último que nos trajo a lo que por ahora sigue siendo “un valle de lágrimas” y no “la tierra prometida”, todavía por encontrar.
Pues bien, resulta que como si se tratara de una potencia económica, militar y un alto referente moral, ético, de equidad y apacible nación, increíblemente Colombia, ¡sí, Macondo; sí, la Tierra del Olvido; sí la de los 500 años de soledad y desolación!, hace parte de dicha organización dominada por los gringos, (significa verde lárgate), toda vez que el expresidente Juan Manuel Santos, muy seguro de que el Acuerdo de Paz recién implementado entre la guerrilla de las FARC EP y el Estado, nadie ni nada lo haría trizas, entonces de puro lambón, se fue a buscar bonches a otras latitudes, cuando ni siquiera dejó blindada la Paz para su terruño y así formalizó “nuestro” ingreso a la OTAN el 31 de mayo de 2018.
Este desafortunado, torpe, costoso y ridículo ingreso, en su lóbrego ocaso está siendo aprovechado por el usurpador del solio del Libertador, cuyo régimen ha sido por demás una desgracia para la patria que no termina de cesar la horrible noche, ni de encontrar la libertad sublime y lo que derrama en las auroras es la sangre, las más de las veces inocentes como la de los 6.402 caídos en los eufemísticamente llamados “falsos positivos”, cuando lo que pasó fue una “Verdadera Masacre” provocada por el siniestro personaje que responde a la macabra pregunta de ¡quién dio la orden!; la humanidad entera ya lo sabe y gime aún sin comprender las palabras de quienes fueron asesinados por un régimen que les adosó una tormentosa cruz
Y digo que el actual mandatario del que dio la orden, porque no es mandatario de los colombianos, le ha servido la OTAN y el provocado conflicto de Ucrania, para darse ínfulas de potentado, grandilocuente, sabio y amenazador líder mundial, cuando sabemos que lo único que gobernará es su casa, aclaro, no la de Nariño a la que llegó por fraude y con dineros del narcotráfico, cuando sabemos que de sabio nada tiene porque su estupidez es más grande que él mismo y cuando sabemos que lo único que amenaza es la paz, la economía de los pobres, la pequeña y media empresa, el campo y la seguridad alimentaria…¡el futuro de la patria!
Le ha servido para seguir lucrándose en sus paseos por el mundo, con familia a bordo, cacareando una paz que ha hecho trizas, posando de defensor del medio ambiente donde caen abaleados luchadores contra el fracking al que considera uno de sus logros, cuando en su campaña prometió un no rotundo a esa práctica, caen defensores del agua y de los bosques que su compinche ganadero consorte de la senadora profascista, derriba en otra forma de masacre; y de esa escaramuza lejana que solo se entiende en Inglés, ucraniano y ruso, se lucra el triste contador de la historia naranja de los siete enanitos, que hizo imposible ocultar la risa de líderes de la Unesco y que hoy tiende una cortina de humo para ocultar ante el mundo la gran tragedia que enluta y entristece al pueblo macondiano, el cual empieza a despertar en medio de la ya comenzada lucrativa invasión del mercado de votos y conciencias
Así que lo que tienen el usurpador y sus secuaces en campaña sucia, ¡no significa una angustia por Ucrania, sino que, en nuestro país nativo, significa una angustia de perder aquello de lo que aún se ‘lucrania’.
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*Abogado Penalista, postulado a Maestría en Derecho Constitucional. Presidente Colegio Nacional de Abogados de Colombia Conalbos Santander y Vicepresidente Nacional.
Twitter: @HernandoArdila6