Por: Hernando Ardila González/ Dos personas famosas fueron detenidas un 4 de agosto, voy a contarles las diferencias:
Ella nació en para ser tragedia, él nació para provocarlas.
Ella fue una bávara, él es un bárbaro.
Ella empieza a escribir el diario que la hizo públicamente famosa un 14 de junio de 1942, él recibió el cargo público que lo haría famoso, 38 años después.
Ella quiso escribir un libro blanco esperanzador, él pudo escribir una historia negra de horror.
Ella quiso ser una notable periodista para escribir sus pensamientos, ideales y fantasías, él no necesitó serlo, porque tiene influyentes y obsecuentes periodistas, que escriben de sus pensamientos, ideales y realidades sin ficción
Ella tenía a Kitty, una amiga imaginaria, «inteligente», alegre y divertida, que se convirtió en el personaje ficticio al que ella le confía todos sus secretos. Él tenía a Kaya, no sé si «inteligente», alegre y divertida, también a Carlos, a Salvatore, al Ñeñe, y a Iván el aprendiz, a los que convierte en sus personajes reales en los que él confía sus secretos.
El padre de ella en Países Bajos tenía una fábrica de mermelada, él tenía un país debajo a punto de mermelada.
Ella amaba la vida, él apelaba a la muerte.
Ella, aunque inocente vivía en su escondite…la Casa de Atrás, él, aunque culpable vivió públicamente en la casa de atrás… Del Congreso.
Ella vivió 15 años huyendo del terror, él lleva 40 años sembrando puro terror.
Ella era una joven que le costaba doblemente mantener su opinión en tiempos en que se aplastaba cualquier ideal, él cobra doblemente a quien tiene opinión y en sus tiempos aplastaba cualquier ideal.
Para ella era imposible construir sobre la base de la muerte, la desgracia y la confusión, para él solo es posible construir la confusión y la desgracia, para destruir la vida.
Escribía de la liberación por ella deseada, él proscribía la liberación por miles anhelada.
Ella fue víctima… ¡Él fue victimario!
A ella la delata un completo desconocido, a él lo delatan los criminales que de antes han sido sus amigos.
Ella escribió su última carta el 1o de agosto de 1944, él su último trino el día de su arresto.
A ella la detuvieron un 4 de agosto, a él lo aquietaron 76 años después.
Ella perdió su libertad por un delito… Ser judía, él la perdió por ser jodido.
A ella la llevaron a un campo de concentración, a él lo confinaron en una hacienda de diversión.
Ella es un símbolo de resistencia, él es un símbolo de tragedia.
Ella alemana judía, él no, pero pareciera el alemán que la mató.
Ella murió inocente cuando apenas brotaban sus pétalos de primavera, él vive con culpa y ya le caen las nieves del invierno
Ella murió inocente a causa de una epidemia tifoidea y víctima del fanatismo, él vive en medio de una pandemia y es culpable de cegar vidas inocentes por igual fanatismo.
Ella no vivió para contar su historia, él no morirá y seguirá contando su histeria.
Ella tiene nombre: Annelies Marie Frank… Ana Frank.
Él es, el innombrable.
*Abogado Penalista, postulado a Maestría en Derecho Constitucional. Presidente Colegio Nacional de Abogados de Colombia Conalbos Santander y Vicepresidente Nacional.
Twitter: @HernandoArdila6