Por: Óscar Eduardo Martínez Mantilla/ Los alimentos han bajado en Colombia, tomo como referencia la carne y los huevos, cerca del año 2000 un cartón de 30 huevos costaba aproximadamente 7 u 8 mil pesos, cuando el dólar se cotizaba en 1.757 pesos, hace diez años el cartón de embriones de gallina se podían comprar en cualquier expendio del territorio nacional en 3.9 dólares.
Hoy año 2021, época de poscrisis de pandemia, en nuestra amada patria el mismo cartón de 30 huevos, que es la fuente primaria de proteína para la gran mayoría de los hogares en Colombia está alrededor de los 3.7 dólares, mostrando una baja en los precios de dos centavos de dólar en 10 años, algo similar pasa con la carne y muchos más de los productos que se consumen y se producen internamente, usted me dirá, Óscar Leonardo estás loco, esas comparaciones no son reales y si así fuese yo no compro en dólares y menos importo huevos y carne.
Y yo les argumentaría: si pudiésemos importar directamente el huevo y la carne sale más económico que el producido en cualquier finca grande o pequeña de nuestros departamentos, que la producción agrícola es incompetente con los precios internacionales que nuestro abastecimiento alimentario no existe y que la balanza comercial hace mucho que está en un déficit de 10.927,2 millones de euros 12.481,1 millones de dólares, un 4,6% del PIB. Agregaría que este déficit deja en evidencia la carencia o la ineficacia de políticas públicas que garanticen la seguridad alimentaria.
Me dirán, ¿y que tengo que ver con importaciones y exportaciones si yo compro es huevos de la granja de aquí de esta región y la carne la traen del matadero que también está cerca?
Respondería, efectivamente esos animales son criados y alimentados en la región, pero las vacunas las vitaminas, el concentrado, el concentrado y la gran mayoría de materias agrícolas, son importados, no obstante a pesar que directamente nosotros no importamos si estamos consumiendo la trasformación de productos terminados con insumos importados; los cuales ya no pagamos a 56 pesos que era el precio del dólar en el año 82, los pagamos a 3.693, un incremento en solo cuatro décadas del 598%.
La solución no es producir, tampoco capacitar al campesino, menos trasladar 13 billones al sector financiero privado, una parte de la solución es inclinar la balanza comercial a nuestro favor que nuestras necesidades internas se puedan suplir con la oferta nacional; esto solo se puede dar si los insumos agrícolas son nacionales si las semillas certificadas son producidas en nuestro país y tener un mercado objetivo.
De esta forma podríamos mantener una estabilidad interna de precios y producción, para suplir nuestras necesidades, posteriormente generar un superávit y exportar solo lo que sobra después de suplir necesidades locales.
La invitación es revisar las necesidades internas y como por medio de la asociación municipal se genera una gran productora de insumos nacionales.
*Estudiante.